Lisandro Ciarlotti es el cocinero y propietario del restaurante que ocupa una esquina del barrio Chauvín y acaba de cumplir diez años. Recurre a la pesca de anzuelo que recibe fresca cada mañana.
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Es uno de los pocos lugares de la ciudad atlántica donde el pescado llega a la mesa con sus valores originales intactos, resultado de la pesca de anzuelo y con toda la frescura de la reciente captura. El artífice de Lo de Tata recurre a dicho método para garantizar que, cada día, las piezas cobradas a las aguas del Mar Argentino lleguen sanas y enteras a la cocina: mero, chernia, merluzones, salmones blancos (que en realidad no son salmónidos) y, cuando es temporada, pez limón y bonitos, que sirve en un fuentón de metal para “caranchear” dispuesto en el centro de la mesa.
Los presenta con limón y condimentos para realzarlos; nada de salsas pesadas o demasiado fuertes encubridoras de los sabores originales, todo lo contrario. El pescado también se sirve como entrada, en forma de crudos o tiraditos.
El ambiente es alegre y ecléctico, bien de cantina: redes que cuelgan, recuerdos familiares, viejas publicidades, y hasta una foto de Moria y Susana –alguna vez las divas máximas de La Feliz– en la puerta del baño de mujeres.
Los mozos conocen su oficio y el menú llega con algunas marcas de autor –o del chef, mejor dicho– que hicieron que Lo de Tata se viralizara en las redes. “No usamos crema para cocinar, ni tenemos lemoncello. La pasta con langostinos no va con queso, no la pida”, son algunos de los comentarios.
Para empezar, hay que pedir la tortilla de papas babeuse, los calamaretti fritos, los mejillones a la provenzal, los langostinos con aceite de oliva, limón y pimienta y las rabas de “puta madre” (así figuran en la carta). Cada plato es delicioso y fresquísimo, preparado en el momento en una pequeña cocina en la que el equipo de Lisandro hace magia. De postre, destaca el flan de la Nonna con dulce de leche Chimbote.
Un barrio emblemático
Según supo documentar el arquitecto e historiador marplatense Roberto Cova (fallecido a los 91 años el 6-11-21), el barrio Chauvín toma el nombre del florista uruguayo José Francisco, de ascendencia francesa, que llegó a La Feliz a principios del siglo pasado. El hombre compró 18 hectáreas y allí levantó Villa Chauvín, la casa en la que vivió con su mujer, donde dio rienda suelta a su pasión por las botánicas; se dedicó al cultivo de flores, árboles, y al diseño de jardines donde se lucían fuentes y estatuas. Este paisajista inspirado hasta tuvo florería en la zona de la desaparecida Rambla Lasalle.
En ese entonces, todos los días a las seis de la tarde partía de la ciudad de Mar del Plata “el tren del pescado” rumbo a Buenos Aires, con un cargamento de ictiologías frescas y de tasajo, pescado en salmuera que se producía en la zona de Chauvín. El tren sumaba otro cargamento: las flores de Chauvín para ser vendidas en la capital.
La residencia del florista ocupaba la manzana abrazada por las calles Córdoba, San Luis, Azcuénaga y Larrea. Fue demolida después de su muerte y en su lugar se levantó el prestigioso Hospital Privado de la Comunidad.
De la herencia de Chauvín perduran el estanque para plantas acuáticas que se hallaba en el jardín de su casa, los árboles que hoy embellecen los parques del barrio, además de los maceteros y las esculturas que se lucen en las plazas de la ciudad. Un ejemplo notable es la Venus de Medicis, instalada en la fuente de la plaza San Martín.
Este antiguo barrio es motivo de interés de inmobiliarias y compradores por concentrar propiedades cuya estética responde a la tradicional marplatense. Chauvín se halla cerca de la casa y centro cultural Villa Ocampo, al lado del Barrio Los Troncos, y es uno de los trece barrios emblemáticos de La Feliz.
Allí se detecta la cantina de Lisandro Ciarlotti, con sus diez años de éxitos recién cumplidos. El chef habla de esta trayectoria, de la reciente publicación de su primer libro de recetas– y cuenta: “me acuerdo del día en que pasé por esta esquina y dije: epa, este es el lugar perfecto para abrir mi restaurante”.
La Rioja 3098. T: (0223) 653-3523. Todos los días, de 20 al cierre. Ig: @lodetata
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