Está ubicada en una esquina céntrica de la capital de Santa Fe, guarda historias de inmigrantes mallorquines y conoció el éxito por los alfajores Gayalí.
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“Nuestras medialunas son exactamente las mismas que hacía mi bisabuelo hace más de cien años”, asegura Rodrigo Gayá, el pastelero que está al frente de Las Delicias, la confitería que fundó su bisabuelo Guillermo. “Vamos a cumplir 110 años y soy la cuarta generación al frente de esta empresa familiar”, agrega el experto en marketing. Cuenta que el abuelo de su padre llegó a la Argentina “para hacerse la América. Venía desde Mallorca, una isla de campesinos donde la vida era dura y nada había del lujo que conocemos ahora”.
Fue a principios del siglo pasado, cuando Guillermo tenía 18 años y nadie sabe bien porqué terminó en la ciudad de Santa Fe. Hijo de un guardia civil, pronto se puso a trabajar de eso que sabía hacer la familia: panificados. Como le fue bien, lo siguieron sus hermanos mallorquines, Miguel y Bernardo. Emprendedor, Guillermo se capacitó en Buenos Aires. En noviembre de 1913, secundado por Miguel, levantó un primer negocio de pastelería con masas finas, pan dulce y turrones. Todo con recetas españolas, claro. Quedaba en San Martín y Crespo, a unas cuadras de donde actualmente se levanta la Confitería La Delicias. Dicen que en aquel entonces pudo haber imaginado que saldría adelante, pero no que los hijos de sus nietos seguirían al frente con la marca más de un siglo después.
“Este edificio se construyó especialmente para la confitería en 1916. La elaboración se hacía en un sótano. En la planta baja siempre estuvo el bar y confitería, como ahora. En el primer piso había un restaurante y salón para eventos. Y más arriba, la chopería”, detalla Rodrigo y agrega que su bisabuelo se casó con una mallorquí. Luego tuvo a su abuelo Julio, a su tío abuelo y a una tía abuela que falleció. Los hombres de la familia siguieron con el negocio, hasta que Julio le compró la parte a su hermano, y luego le legó la confitería a Roberto, padre de Rodrigo que es el segundo entre cuatro hermanas mujeres.
“Para dirigir una cocina tenés que saber trabajar a la par de tus empleados. Eso explica un poco de porqué tenemos personal de más de cuarenta años de antigüedad. Hemos tenido grandes maestros pasteleros que se fueron pasando la posta. La pastelería implica mucha técnica y precisión. Por eso podemos seguir usando las recetas de mis antepasados, que respetamos al cien por cien”, apunta Rodrigo Gayá y asegura que el desafío está en saber aplicar las nuevas técnicas sin cambiar lo esencial y cuidando la materia prima. “No es fácil porque antes se trabajaba con levaduras naturales que son muy costosas. Pero hacemos las medialunas con las mismas proporciones y métodos que nos llevaron al éxito. Cómo descansa la masa y cómo se le da las vueltas es igual a cómo lo hacía mi abuelo. Lo mismo ocurre con el hojaldre de las masas finas y mil hojas”, agrega el empresario sobre los productos más elogiados por los santafesinos.
Sin embargo, hablar de la tradicional Confitería Las Delicias es hablar también de Gayalí, la marca de alfajores que volvió masiva a esta empresa familiar que perdura por cuatro generaciones. “Acá ya se elaboraba el clásico alfajor santafesino y mi bisabuelo se puso a hacerlo también. Lo preparamos igual que él”, dice Rodrigo y no sabe porqué –“ni nadie de la familia sabe”– la marca se llama Gayalí, con un “lí” como agregado al Gayá del apellido.
“Mi abuelo siempre me decía que para conocer una ciudad lo primero que tenía que hacer es ir al mercado y descubrir qué come la gente. Me acuerdo muy bien de él porque como yo era su único nieto varón tenía algo especial conmigo. Me llevaba de viaje y me inculcaba el placer por la gastronomía”, rememora Rodrigo sobre Julio, que vivió hasta los setenta y pico, y fue lo suficientemente inteligente como para sembrar en su nieto la pasión por las harinas.
Datos útiles
Las Delicias. Queda en una esquina histórica de la Peatonal San Martín y es emblema de la ciudad por los más de cien años de trayectoria en la pastelería. Venden los alfajores Gayalí. Tienen además un local en la Manzana Jesuítica. Abren de lunes a viernes de 8 a 13.30 y de 16.30 a 21.30. Los sábados, domingos y feriados, de 8 a 13.30 y de 17.30 a 22.30. Santa Martín 2898, Santa Fe capital. T: (342) 453-2126. IG: @gayali.ar
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