
Sin planificarlo, pasaron de la ciudad al campo, del departamento al domo y de los bares de Palermo a una pulpería rural.
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El anuncio del inicio de la cuarentena sorprendió a Noelia Salom y Martiniano Caballieri a 170 km de su hogar en Buenos Aires. Habían llegado por el fin de semana a Saladillo, destino que frecuentaban para a visitar a los padres de él. Era mediados de marzo de 2020 y llegaron como siempre: con un bolsito de mano como único equipaje.

Se quedaron “aislados” un año y medio. Pero lejos de sentir que su existencia se había puesto en pausa, conquistados por la novedosa cotidianeidad en un entorno natural y calmo, de a poco comenzaron a proyectar su vida en el campo.
Cinco años más tarde, la joven pareja tiene en pleno funcionamiento un circuito turístico en Cazón: un domo geodésico para alojarse y asistir a actividades apuntadas al bienestar y una pulpería que recrea el espíritu de reunión pueblerina de antaño. A esta infraestructura le suman servicios adicionales, como visitas guiadas por el Vivero y pueblos aledaños, cabalgatas y una pequeña tienda regional donde dan a conocer el trabajo de los productores locales. A la nueva vida rural también llegó, hace un año y medio, su bella hijita Jazmín.

De Palermo a Cazón
La joven pareja se había formado varios años antes del comienzo de la pandemia, a partir de estrechas coincidencias descubiertas en una aplicación de citas. “Matcheamos enseguida”, cuenta Noelia. “A los dos nos gustaba la fotografía, el teatro, los eventos culturales y estábamos en momentos similares: yo volvía a Argentina luego de una larga estadía de trabajo en Perú en una ONG y él, regresaba de vivir 12 años en España”.

Noelia, chaqueña, con un título en Relaciones Internacionales, sentía que ya había viajado bastante. Martiniano, oriundo de Saladillo, tras formarse en realización y producción audiovisual en Buenos Aires, se había ido a estudiar a Barcelona y de allí, a trabajar a Madrid, pero la crisis financiera global de 2008 lo hizo volver al país.
Ambos, con ganas de echar raíces, fueron consolidando su relación.

Tras cinco años de noviazgo, empezaron a convivir en el departamento de Martiniano en Palermo sin dejar de visitar asiduamente a la familia de Saladillo. “Nos encanta la ciudad y su oferta cultural, pero la verdad es que antes de la pandemia vivíamos a mil, trabajando mucho, viviendo en un dos ambientes que casi no tenía ventanas. Y notábamos que nos relajábamos mucho cuando veníamos a visitar a mis padres, nos atraía fuertemente la paz del campo”, relata Martiniano.

Ya en pleno aislamiento en Saladillo, un día salieron en auto a recorrer los poblados vecinos. Y a 15 km apareció Cazón, un pueblo rural de, en ese entonces, 230 habitantes y un millón de árboles.
“Cuando vimos su pulmón verde, fue amor a primera vista”, dice Noelia. El Vivero Municipal Eduardo L. Holmberg, de 210 hectáreas dedicadas a la producción de 300 especies forestales, ornamentales, frutales, aromáticas y trepadoras es el mayor orgullo de Cazón, declarado pueblo turístico en 2019.

“Nos pareció algo muy inusual que en un pueblo tan pequeño exista este bosque que se puede recorrer libremente. El Vivero, que es uno de los más grandes y antiguos de la provincia, los atardeceres increíbles y la amabilidad de la gente nos cautivaron. Así decidimos establecer nuestro hogar en Cazón”, relata Noelia.
La construcción del domo
Cuando compraron el lote de 750 metros cuadrados en Cazón para levantar su vivienda, les faltaba conocimiento técnico, pero les sobraba tiempo y motivación. “Diseñar y construir una casa desde cero era todo un desafío, pero en plena pandemia teníamos el tiempo y las ganas de hacerlo nosotros mismos, solo que no sabíamos nada de construcción”, confiesa Martiniano, quien en 2015 había quedado impactado con la arquitectura de los domos . “Trabajé con videos 360° para realidad virtual, en plena ola de video inmersivo y proyectaba contenido en domos geodésicos. Quedé fascinado con la acústica, con las figuras geométricas de los domos”, cuenta. Y empezó a soñar con construir el propio.
En latín, “casa” se dice domus, y de ese vocablo derivan las palabras mayordomo, domesticar. “Cuando supimos que domo es sinónimo de hogar, descartamos otras ideas de vivienda, como un container, y ratificamos la decisión de erigir esta estructura semi esférica, aprender sobre geometría y lo que hiciera falta para darle forma al primer domo geodésico de la zona”, explica Martiniano.
Como queríamos que tenga un fin habitacional y que no sea simplemente una unidad de glamping desarmable, elegimos un revestimiento de madera guayubira, de buena calidad y resistente. Tuvimos que hacer cálculos matemáticos y refrescar conceptos de geometría, porque los domos se hacen en base a triángulos con angulaciones específicas”, cuenta Martiniano. Investigando en foros y redes, con el asesoramiento de amigos de Saladillo, y sobre todo con mucho esfuerzo y precisión lograron armar la estructura , separando la vivienda en dos bloques: el domo como área principal de 50 metros cuadrados, y otra unidad contigua con cocina, baño y lavadero.

Noelia participó activamente en todo el proceso, y además, durante la etapa de obra se formó en turismo rural, descubriendo su talento hospitalario, conociendo nuevas iniciativas sustentables y consolidando al domo como propuesta turística compatible con el espíritu natural de Cazón.
Así, al proyecto de hogar le siguió el de alojamiento y espacio de experiencias de bienestar en el domo: lo llamaron Modo Domo Cazón. En mayo de 2023 recibieron a los primeros huéspedes, y desde entonces, el domo hospedó a decenas de viajeros y fue sede de retiros de yoga y de alimentación consciente.

Como a Noelia y Martiniano les gusta traer novedades al pueblo, el próximo fin de semana largo, los días 23 y 24 de marzo, ofrecerán algo inédito en la zona: una experiencia sonora inmersiva de sanación con una gong terapeuta que hará sonar en varias sesiones grupales el poderoso flujo de armónicos del gong en la peculiar acústica del domo. “Las frecuencias actúan a nivel físico, emocional y mental, reseteando todo el sistema nervioso”, explica Nora Vera, gong terapeuta de Sonora Gong que hará conocer la gong terapia en Cazón.

Se trata de una propuesta única de escapada otoñal, que se completa con degustaciones de tés premium a cargo de la sommelier local Cristina Candia, deliciosas comidas saludables en la Pulpería de Cazón y caminata y meditación por los senderos boscosos del Vivero.
El próximo fin de semana largo es una buena oportunidad para, como les ocurrió a los protagonistas de esta nota, sucumbir al embrujo de este pueblo “terapéutico” tan especial.
DATOS ÚTILES
Cómo llegar
En auto: Cazón se encuentra a 177 km de CABA por RN 206. En auto son 2.30 horas aproximadamente.
El Domo está ubicado en Calle Buenos Aires, entre Salta y Santa Fe.
Información sobre Domo y actividades:
Modo Domo Cazón
En Instragram: @modo.domo.cazón
Cel: 11 5 4948626.
Sonora Gong
En Instagram: @sonoragong
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