A 32 kilómetros de Tanti, invita a la aventura y a descubrir paisajes extraordinarios en el macizo de Los Gigantes.
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Desde lejos, el macizo Los Gigantes parece la silueta de un animal prehistórico. A medida que la ruta avanza se descubren los pliegues y detalles de esta enorme formación en las Sierras Grandes de Córdoba, a 32 kilómetros de Tanti. En lo alto, la reserva natural Valle de Los Lisos sorprende con sus praderas, quebradas, ríos subterráneos, cañones y vertientes. Llegar hasta este sitio, que parece tomado de una película o del principio de los tiempos, es toda una aventura que incluye un trekking de dificultad media con guías especializados y actividades como el canyoning, que invita a cruzar ríos y cascadas con el agua a la cintura.
A la vera de la ruta provincial 28, detrás de una tranquera, José Luis Amuchástegui, coordinador de la reserva privada, guía con su camioneta los vehículos de los huéspedes por un camino rural de siete kilómetros que lleva hasta una casona de 1886 con paredes de adobe. El lugar es el punto de partida para recorrer la reserva, cuyos números impresionan: 4300 hectáreas, 2100 metros de altura, 12 valles, 102 sendas homologadas, 32 recorridos que se van alternando para preservar el entorno natural.
El Valle de Los Lisos se llama así porque los cerros que lo rodean quedaron lisos debido a la erosión de la roca durante millones de años. Más precisamente 350 millones de años, que es la edad de esta formación, que triplica la antigüedad de la Cordillera de los Andes. El paisaje invita a imaginar cómo habrá sido el planeta antes de ser alterado por la mano del hombre: valles, quebradas, grutas, vertientes, ríos subterráneos, cascadas y cañones. A eso se suman los cóndores que planean sobre las cabezas y el suelo mullido entre pastizales verdes, bosques verticales, hierbas aromáticas, helechos, menta, coirones, maitenes y tabaquillos encaramados en las piedras.
Otra de las excursiones más solicitadas es la de trekking y canyoning en la Senda 16, que recorre 21 kilómetros de valles por cañones y pasadizos entre grandes piedras, e incluye la travesía por un río –con traje de neoprene–, la posibilidad de bañarse en una cascada o nadar entre truchas.
Una de las excursiones más populares es la de “Valles, miradores y quebradas”. Se trata de un recorrido de 19 kilómetros que sube por la empinada Quebrada de la Senda para ingresar a los valles cuyos nombres parecen tomados de libros de fantasía: el Valle de Anjo, el Valle de Lolu, el Valle de Gabino, el Cañadón del Búho, el Valle y la Falla de Guibra, el imponente Mirador del Valle con paisajes dignos de El señor de los anillos o de las Crónicas de Narnia.
“Nosotros apuntamos a un turismo activo no convencional, todo tiene un plus que es el factor sorpresa: cada valle es distinto del anterior y siempre hay un rincón nuevo para descubrir. Yo estuve en Escocia, Nueva Zelanda, los fiordos nórdicos y Tailandia, muchos de esos paisajes los encontrás replicados aquí en los distintos valles”, se entusiasma José Luis, que recorrió distintos lugares del mundo para interiorizarse sobre disciplinas que luego implementó en la reserva, como el canyoning (desplazamiento a través de los cañones de un río) y el espeleoturismo (turismo en formaciones subterráneas como cuevas o grutas). En 2017 comenzaron el emprendimiento turístico que forma parte de la Red Argentina de Reservas Naturales Privadas.
El coordinador y guía conoce estos valles desde que era niño, junto con su primo Marcelo Moreno, otro de los guías, que se crio en estas sierras. La familia ya lleva cuatro generaciones instalada en esta zona, pero, a pesar de la familiaridad, el lugar aún los entusiasma como cuando eran chicos. “Vos caminás 100 metros y cambió el paisaje, todo el tiempo van mutando las imágenes, como si fuera un caleidoscopio: cuando pensás que eso es todo, avanzás un poco y descubrís que todavía hay más”, describe José Luis.
Mientras atardece, después de ocho horas de trekking, guías y viajeros comparten una picada con cerveza en el jardín de la casona. Mara Beik y Valeria Ormaechea, turistas entrerrianas, describen la experiencia: “La belleza te desborda, es espectacular, es mucho más que lo que está en las fotos: el paisaje, las piedras, los tapices verdes, el aroma de la vegetación. A eso sumale la aventura: andar entre los cañones, pasar por el agua con la mochila en la cabeza, mojarte en la cascada. Es adrenalínico, sentí la emoción de una niña, es como volver a ser chica, me sentía una criatura”.
Entre el entusiasmo y la camaradería, cada uno comparte sus impresiones. Jade, nuestra fotógrafa, reconoce que el camino la sorprendió a cada instante: “Es como un juego de laberintos, cuando llegás a un valle aparece otro y luego otro; parece que se espejan, pero son diferentes. Atravesamos un campo de menta con un olor divino y de pronto pasó un cóndor volando a la altura de nuestras caras, hasta pudimos ver el cuello blanco”.
José Luis sonríe: “Nuestro objetivo no solo es que las personas se vayan satisfechas, es que se vayan deleitadas”. Los viajeros asienten; el día, que empezó temprano con el desayuno en esta misma mesa frente a la casona, termina con otra ronda de cerveza, entre las postales de una jornada perfecta y la promesa del regreso.
DATOS ÚTILES
- Valle de Los Lisos RP 28 s/n (frente al hotel El Alto), Los Gigantes, Valle de Punilla. T: (3548) 51-1166. @valledeloslisos
- Las excursiones se realizan con reserva previa. Existen distintas opciones, la mayoría son de dificultad media a alta y requieren buen estado físico, aunque también se puede consultar por actividades para la familia de menor dificultad. Se puede contratar el día de trekking o alojarse en la antigua casa familiar con servicio “all inclusive”, que incluye todas las comidas, bebidas y la vianda para la excursión. Existe el proyecto de ampliar las posibilidades de alojamiento, pero por ahora no está disponible y el pernocte es en cama cucheta. Consultar precios de excursiones y alojamiento en la página web. A modo de ejemplo, la excursión “Valles, miradores y quebradas” arranca en $8750 por persona en servicio grupal; en excursión privada, con servicio premium, $15.450.
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