Proponen mucho más que una cena: en estos lugares, la comida es apenas el principio de la noche.
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Pasada cierta edad, la idea de ir a un boliche ya no resulta tan tentadora. El plan ideal está mucho más cerca de una salida a comer con amigos a algún restaurante con una buena propuesta gourmet. Como mucho, la cita puede continuar de copas en algún bar. Algunos lugares interpretaron esta tendencia del público que supera los 30 años y decidieron ir un paso más allá para extender la experiencia: conforme la noche avanza, van creando un ambiente de fiesta al finalizar el servicio de mesa.
1. Bagatelle
El desparpajo francés
Con sucursales en todo el mundo, desde hace unos años el Hipódromo de Palermo también esconde este secreto a voces. Aunque nació en Nueva York, Bagatelle fue creado por dos franceses que buscaban fusionar el espíritu bon vivant del sur de su país con un clima alegre y festivo, pero sin descuidar la alta cocina.
¿Qué significa esto? En un espacio de estética clásica y elegante, con iluminación tenue, una imponente barra y paredes cubiertas de arte pop, se ofrece una gastronomía de sofisticada inspiración mediterránea. Creada y dirigida por el chef Julián Pino, ésta comienza a dar los primeros toques de sorpresa, no solo a la vista en la presentación sino sobre todo en las técnicas de cocina utilizadas. Un clásico es la pizza de trufa, pero también hay tartare de atún con guacamole, vinagreta de jalapeños y chips de batata, salmón grillado con hummus, ensalada griega y yogurt especiado y cordero con gnocchi y queso de búfala, entre otros. La coctelería acompaña al mando del bartender Roy Pimentel.
La segunda parte de la noche, la más disruptiva, comienza a las 23.30. Es entonces cuando la música sube y los camareros, disfrazados y provistos de bengalas, comienzan a circular con botellas de champagne francés que corre generosamente entre las mesas. Ahí comienza el baile, en el que hay DJs a cargo y la etiqueta queda de lado: está permitido subirse a las sillas y la gran mayoría de los comensales lo hace. ¿Cómo no hacerlo cuando los mozos ofrecen las bebidas “a caballito” de otros?
Av. Del Libertador 4101, Palermo. Instagram: @bagatellebuenosaires.
2. Orno
Bingo & karaoke
En Orno, la pizzería más vanguardista de zona norte, la propuesta de los jueves es el “drag bingo”. Conducido por Socorro, artista y transformista, funciona desde noviembre del año pasado y transforma una pizzería canchera pero tranquila en una absoluta fiesta. Sin necesidad de pagar más allá de lo que se consuma, se reparten cartones que permiten el juego. Socorro, enfundada en conjuntos de lo más sexies, va cantando los números y corrobora los aciertos de línea. Y cuando llega el grito de ¡bingo! habilita una lluvia de papelitos y una ronda encendida de aplausos. Champagne, tragos y canciones dedicadas son algunos de los premios.
Pero la fiesta no termina el jueves. Los viernes también hay una excusa para volver a comer delicias como la pizza Pumpkin, con crema blanca de ajo asado, calabaza ahumada, ricota, hinojo, mozzarella ahumada, ciboulette, eneldo y oliva, o la Big Kahuna, con salsa de tomates mendocinos, jamón cocido, pickles de jalapeños, piña asada, mozzarella fior di latte fresca y ahumada. La invitación de este día es a animarse al karaoke de la mano de Flow Gateño, una actriz, cantante y música que invita a probar sus dotes hasta a los más tímidos.
Estos ciclos se completan con un pop up de la barra de Casa Cavia junto a Flavia Arroyo, que ofrece una carta especial de cócteles basados en la cultura pop. En ambos casos, la fiesta comienza a las 22.30 en la sucursal de Olivos.
Corrientes 402, Olivos. Instagram: @ornopizzeria.
3. Augusta
Música en vivo en un pulmón de la ciudad
La de Augusta es una onda relajada. Ubicado junto al Campo de Golf de la Ciudad, en Palermo, ofrece una privilegiada vista a los hoyos y un cielo súper abierto. En ese marco se presenta como un bar de tapas al aire libre, en el que disfrutar del atardecer y la noche.
Abierto en noviembre de 2021, desde entonces también le han ido agregando algunos platos principales al tapeo (tiene más de 20 opciones), entre ensaladas, parrilla y risottos. Su público va de los 28 a los 40 años, y se inscribe precisamente en ese tipo de gente que disfruta de salir a comer y, en lugar de seguir la noche en un boliche, prefiere quedarse allí, donde el ambiente va mutando en bar, conocer gente, charlar y tal vez compartir algún trago. El clima lo completa un DJ en vivo y, pasada la hora de la comida, la asistencia se renueva con quienes van a tomar algo y escuchar música.
Pleno de madera y fibras naturales, algo de su estética evoca la playa. También lo hace su espíritu distendido, que invita a relajarse incluso el último día de la semana, con un antidomingo a la hora del atardecer. “Ponemos música chill para despedir el fin de semana y toca alguna banda en vivo”, ilustra Ignacio Battistino, socio. Es la receta perfecta para sentir que el lunes aún queda lejos.
Av. Ernesto Tornquist 6385, Palermo. Instagram: @augusta.gp.
4. Under
La fiesta continúa abajo
Como su nombre lo indica, Under propone un bar subterráneo. Lo hace con la idea de “reinventar el concepto de bar tradicional mediante la reutilización y reciclado de espacios inutilizados”. Así, lo que en cualquier restaurante hubiera sido un sótano que funcionara como un depósito o bodega, aquí se vuelve un reducto lujoso y con coctelería de alto vuelo.
Under viene a completar la propuesta de dos restaurantes bien conocidos e icónicos de la ciudad. En Palermo, se ubica bajo Tigre Morado, la cebichería de autor que seduce con piqueos, anticuchos y un local diseñado por la fresquísima e innovadora mente de Eme Carranza. Mientras, en el centro porteño se aloja debajo de una sucursal de Fabric, tal vez una de las más elegantes y sofisticadas de la cadena. En ambos casos, la idea es estirar el disfrute. Que luego de una comida gourmet entre amigos o en pareja se pueda descender a estos bares subterráneos y continuar la noche en otro ambiente y espíritu. “Under invita a los intrépidos que quieren algo más que una cena, sino también un momento de baile, cocktails y diversión”, describen desde el emprendimiento.
Honduras 5900, Palermo, y Esmeralda 438, Centro. Instagram: @under.bar.ba.
5. Francisca del Fuego
Una agenda infalible
En los arcos del Rosedal, Francisca del Fuego se destaca por dos cosas: un horno de barro del que salen maravillas y una agenda de eventos a prueba de balas.
Con la muy reciente incorporación del chef Valentín Grimaldi, la carta se renovó con recetas de estación, aunque siempre manteniendo la impronta de pizzas y tapas de inspiración marroquí. En esta línea, se destacan appetizers como el tostón de focaccia crocante con mozzarella fundida, hongos asados, rúcula y reducción de aceto, platitos como el queso halloumi gratinado con sweet chili, avellanas tostadas y aceite de rúcula o un sándwich como el wrap azteca, un roll tibio de tortilla de trigo relleno de pollo asado, pasta de porotos negros, choclo, cebolla morada, cilantro y aderezo de pico de gallo, por solo nombrar algunos ejemplos. Además, claro, de las infalibles pizzas de masa madre, otro de los puntos fuertes de la propuesta.
Sobre la agenda, los ciclos musicales son parte del sello del local. Con DJs invitados, buscan subirle el volumen a la noche y encender la pista, invitando a bailar a un público joven-adulto en un plan descontracturado (el espíritu es de boliche, el look puede ser relajado). Durante mayo se dará una nueva edición de “Francisca Social Club”, con músicos de la movida indie y rock en vivo, así como DJs. Será todos los viernes a partir de las 18.00, horario en el que también empieza un happy hour perfecto para ir entrando en calor.
Av. Infanta Isabel 220, Arco 14, Palermo. Instagram: @franciscadelfuego.
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