Con casi las mismas marcas que en la Florida, buenas promociones y precios tentadores, es una interesante plaza de compras que atrae a turistas en ese plan.
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Hay varios shoppings o malls, como dicen por ahí, con gran cantidad de tiendas, muchas más del tiempo y el dinero disponibles. Las mejores ofertas suelen ser de ropa, donde se llegan a obtener descuentos de hasta el 70% en productos seleccionados de marcas reconocidas, sean top o intermedias, las mismas que se pueden encontrar en los centros comerciales de la Florida.
Además, hay otras tiendas –almacenes– con marcas propias, la mayoría de las veces, made in China, muy baratas. A veces incluso sin marca y todo mezclado en revoltijos. Con buen ojo y algo de tiempo es posible ubicar hallazgos o rarezas de esas que, a la vuelta, en una fiesta, alguien podría decir: ¡Qué divino eso que tenés! ¿De dónde es? En caso de responder con la verdad sería: Lo compré en ¡El Machetazo! (En algunas verdades reveladas el glamour se va al tacho)
En Panamá se pueden comprar zapatillas a mejores precios que en Argentina, pero es necesario patear y patear los pasillos de los centros comerciales porque las ofertas que no suelen estar en la tienda de la marca, sino en outlets de calzado donde tienen pocos modelos y uno o dos pares de cada número.
Con respecto a la electrónica, las opciones baratísimas suelen ser una compra de riesgo porque la durabilidad es corta. Para celulares, televisores, computadoras, artículos de fotografía, electrodomésticos es conveniente ir directo las tiendas oficiales o bien a Panafoto o Multimax, que son negocios reconocidos y ofrecen garantía, algo así como el Best Buy de Estados Unidos.
Los preferidos
Uno de los centros comerciales más cómodos y bien ubicado a tiro de la zona hotelera, es el Multiplaza Pacific. Elegante y completo, pertenece a una cadena con sucursales en Costa Rica, Colombia, Honduras y El Salvador. Lo primero que llama la atención al entrar es la limpieza: está impecable a pesar de la gente que circula constantemente. Además de contar con tiendas típicas de shopping estadounidense, como Banana Republic, Coach, Calvin Klein, Columbia, Birkenstock y Bershka tiene tiendas departamentales como H&M, Forever21, Stevens y Félix B. Maduro, esta última, una cadena panameña en sintonía con Macy’s. Maduro es el apellido de una de las familias más poderosas del país.
En el Multiplaza también hay marcas del segmento de lujo, como Dolce & Gabbana, Gucci, Chanel, Valentino, Carolina Herrera y Hermès. Y una apertura esperada hace un par de meses: Decathlon, con más de 8.000 artículos de 65 deportes.
En el Multiplaza hay bancos, cine, supermercado, un Marriott y una sucursal de Copa Airlines, útil para consultas y reservas. Varios hoteles tienen minibuses con servicios frecuentes y gratuitos desde y hacia el centro comercial. El estacionamiento, con servicio de valet parking, es pago.
Muy buen patio de comidas con locales fast food, restaurantes (Olive Garden, en el segundo nivel), cafés de especialidad (Unido Coffee Roasters y Juan Valdez) y una heladería artesanal, Gelarti. Para picar algo al paso hay una franquicia de Paul Bakery. Muchos panameños lo consideran el mejor de la ciudad, aunque no el más barato.
Cerca del aeropuerto doméstico y de las esclusas de Miraflores, Albrook fue inaugurado en 2002 y se jacta de ser el shopping más grande de América Latina, y posiblemente uno de los más concurridos, con más de 50.000 visitantes por año.
Está dividido en dos plantas organizadas en pasillos de animales. Por ejemplo, en el sector Elefante están las tiendas departamentales Conway y Stevens, Saks, Titán y El Costo, todas con precios económicos. El sector Koala, en cambio, tiene negocios de marca, como Keneth Cole y Lacoste, y perfumerías. Hay rubros que se agrupan: calzado y deportes se encuentran mayormente en los pasillos Hipopótamo y Rino.
Victoria Secret, Guess, Bath & Body Works, Quicksilver, Vans y muchas otras marcas y megatiendas de deporte conviven con un casino, un gimnasio, entretenimientos para niños, cine y bowling.
Este centro comercial es inmenso, con más de 700 tiendas y para no terminar caminando como un zombie siempre por los mismos pasillos, resulta útil descargar y analizar el mapa antes de ir. Es el mejor mall para encontrar descuentos de marcas desconocidas a muy buenos precios. ¿Un jean a cinco dólares? Sí, es posible.
Puede pasar y pasa que esté todo desordenado y que haya pocas cajeras y un rato de fila para pagar.
A unos 15 minutos del aeropuerto internacional Tocumen está el centro comercial a cielo abierto Los Pueblos Juan Díaz, con 69 negocios y tiendas, algunas como La Oca loca, tienen variedad de productos para la casa e indumentaria a precios imbatibles.
Justo enfrente, Metromall cuenta con 300 locales más, que incluyen moda, y joyería, entre otros cientos de productos. Los fanáticos de las compras son capaces de darse un panzazo en una escala larga. Para ellos, un dato aliviador: en todos los centros comerciales hay locales exclusivos de equipaje para esa valija extra que necesitarán.
Made in Panamá
Para los productos hechos en Panamá el Casco Viejo está muy bien. Hay negocios dedicados a los trabajos de los distintos grupos indígenas del país. Los más conocidos son los kunas, originarios de la comarca Guna Yala, en el Darién y el archipiélago de San Blas. Su artesanía por excelencia es la mola, originalmente, parte de la vestimenta de las mujeres kunas. Las molas consisten en varias capas de telas superpuestas que dejan ver diseños cercanos a la cosmovisión kuna. Suelen representar motivos de la naturaleza o bien tienen patrones geométricos. Las molas turísticas no son tan espectaculares como las que se pueden ver en el Museo de la Mola, pero es posible conseguir ejemplares muy bien trabajados, para enmarcar o como parte de una cartera, un almohadón o una prenda de vestir.
A media cuadra del restaurante Dodo, justo atrás de la Embajada de Francia, hay una tienda con muy lindas molas y, frente al viejo edificio de la lotería, la tienda de artesanías del American Trade Hotel tiene una muy buena selección de máscaras (nemboro) que los emberá usan para comunicarse con los espíritus.
Caminando por el Casco Viejo también se pueden encontrar locales con curadurías exigentes de artesanías y precios más elevados.
Otro buen lugar es el Mercado Artesanal de Panamá la Vieja, la primera capital, fundada en 1519 y, algunas décadas más tarde, destruida por el pirata Henry Morgan. Además de visitar el museo de sitio y recorrer las ruinas, se podrá conversar con los artesanos –son alrededor de 50 puestos– y verlos trabajar el cocobolo, la madera más utilizada; las semillas de tagua para hacer collares y aros. También habrá mujeres kuna con vestimenta tradicional, sentadas y cosiendo. El lugar está a unos diez minutos en taxi del centro y abre de lunes a sábados, de 9 a 17.
¿Qué más comprar en Panamá? Café de especialidad proveniente de las tierras altas, en los alrededores de Boquete. Mucho mejor si no es en el aeropuerto que es más caro. La variedad Geisha es la joya de la corona, el que obtuvo el mejor puntaje y precio en el mercado internacional. El cuarto arranca en los 25 dólares. Otros varietales que se cultivan en la zona: Caturra, Catuai, Java y Bourbon. Y algunas fincas para recomendar: Elida, Altieri, Lérida, Janson, Don Pepe Estate.
Donde crece el café también se da bien el cacao y, en Panamá, hay muy buenas muestras. Una marca para tener en cuenta es Nomé, que tiene un local pequeño donde se pueden comprar bombones y chocolate amargo, y tomar una clase de cocina en la que cada alumno crea su propia barra de chocolate. Otras etiquetas: Mahogany, i love Panama Chocolate y Oro Moreno.
Dejo para el final el producto más famoso de Panamá que, curiosamente, no es de aquí: el Panamá hat. Si bien se convirtió en un accesorio popular a principios del siglo pasado durante la construcción del Canal, se produce en la localidad de Montecristi, en Ecuador, que hace tiempo que insiste en que se cambie el nombre por uno que represente el verdadero origen.
Los artesanos especializados lo tejen a mano con paja toquilla o jipijapa, una fibra natural suave y flexible. Como en muchas artesanías, hay sombreros de distintas calidades y nivel de perfección. Uno básico cuesta desde 35 dólares y uno fino, finísimo, alrededor de 3.000. Ese seguro tiene la humedad suficiente y la flexibilidad para poder enrollarlo y guardarlo en una caja chica. En El palacio del sombrero o El guayacano, dos negocios del Casco Viejo, se puede aprender un poco más sobre este accesorio tan liviano como elegante.