En Unquillo, Córdoba, se encuentra la sencilla casa de uno de los maestros del arte argentino del siglo 20: Lino Enea Spilimbergo que puede ser visitada.
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La vivienda del reconocido pintor, grabador y muralista, nacido en Buenos Aires en 1896, era originalmente una posta de fines del siglo 19 que funcionaba como hospedaje. El cartel de la entrada lo recuerda: “Descanso del viajero”.
Hoy, y desde hace más de 50 años, es un museo municipal que conserva el espíritu del artista que pasó sus últimos 12 años en las sierras cordobesas.
Se trata de una típica casa criolla con ladrillos de adobe que el pintor adquirió a través de un trueque por obras de su autoría en 1952, y se convirtió en su hogar hasta su muerte en 1964.
Spilimbergo se formó en la Academia Nacional de Bellas Artes para luego nutrirse en Europa de las vanguardias artísticas, de donde nació su estilo, mezcla de clásico y moderno, surrealista y metafórico.
“En 1962 realiza su último viaje a París. De ahí viene su frase célebre ‘Después de París, Unquillo’, que para nosotros es muy significativa”, asegura Laura Guardia Acosta, guía del museo. Y recuerda que Unquillo es conocido como el “pueblo de artistas”, porque allí vivieron otros grandes, como Guido Buffo o Eugenio Rivolta.
La casa museo muestra, básicamente, quién era el pintor a través de sus vínculos. Tenía una conexión muy profunda con el entorno y, si bien se exhiben muebles, fotografías, reproducciones, pinturas de sus discípulos y unos pocos originales, la apuesta es conocerlo desde las historias y anécdotas que lo describen como un artista social.
“Fue importante su paso y presencia aquí. Tenía muchos afectos, la gente lo quería y lo apreciaba y eso se intenta recuperar”, explica la guía.
En las paredes de la sala principal y el atelier hay cuadros donados por Quinquela Martín, Enrique Mónaco y Luis Saavedra, este último un artista comprometido socialmente que lo encontró muerto el 17 de marzo de 1964.
En ese amplio espacio daba clases y retrataba a vecinos de rostros y miradas expresivas. La mayoría son mujeres: la dueña del bar y su hija o Yoli, la nieta de la persona que limpiaba la casa. Dibujaba paisajes y escenas cotidianas con las que hacía denuncias sociales. “Junto con Antonio Berni, Spilimbergo se centra en el arte como un elemento de comunicación social para plasmar la realidad”, explica Laura. A ambos artistas los unía la ideología de izquierda.
Juntos plasmaron su visión en la estética mural y en 1946 crearon, con otros artistas de renombre, el Taller de Arte Mural, cuyo trabajo se puede observar dentro de las Galerías Pacífico de Buenos Aires. “Spilimbergo decía que pintar es un compromiso no sólo con uno mismo, sino con el mundo”, agrega la guía.
En el atelier bien iluminado se aprecian fotos suyas pintando con pasteles y carbonillas. “Hicimos un montaje para revalorizar la figura de Spilimbergo como una persona que generó una dinámica cultural alrededor de su persona en Unquillo”, remarca Laura.
Su habitación es la única sala con obras del artista: cinco aguafuertes y una litografía, reimpresiones de las matrices originales. Se pueden ver resinas y carbonillas, pigmentos en polvo, punzones, el atril que usaba en la casa, un proyector de fotografía para pasar imágenes como si fuera un daguerrotipo. También están el tablero de dibujo, la maleta de campaña y el pequeño atril con el que viajaba a Mar del Plata a pintar al aire libre.
En la cocina se encuentra una gigantografía que no es original, pero que recupera una obra con dejos surrealistas (aparece una calavera, por ejemplo) que el pintor realiza en una pared utilizando el hollín de la cocina económica.
Spilimbergo intervenía los muros de la casa y sólo queda uno en perfecto estado que es la joya del museo. Al salir al patio, sobre la pared lateral aparece el retrato de una mujer (que podría ser Yoli) realizado con trazos de pincel y pintura para muebles, sin su firma.
El artista no estampaba su rúbrica en todos sus cuadros.
- Casa Museo Lino Spilimbergo Spilimbergo 740, Unquillo. T: (03543) 61-0255. Jueves a domingos, de 10 a 18. @casa_museo_spilimbergo
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