
Federico Parrilli es licenciado en gestión ambiental, organiza tours para visitar su jardín botánico de carnívoras y hasta cría sus propios insectos para alimentarlas.
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Los tours de Federico Parrilli no son convencionales: su propuesta es ver y alimentar plantas carnívoras en el primer jardín botánico de este tipo en América Latina. Linterna en mano, reúne a los visitantes y los invita a un tour inédito: descubrir y alimentar a las plantas más rápidas del mundo, que comen insectos y hasta pequeños roedores y pájaros.

Parrilli es licenciado en gestión ambiental, investigador y divulgador en Carnívoras Argentinas y consultor ambiental en Panambí, Misiones. Tiene 34 años y la mitad de su vida cultivó carnívoras. En la actualidad, su Jurassic Plant de la localidad de Loreto (Corrientes), reúne unas 600 plantas adultas de 130 variedades.
Federico se apasiona con estas plantas. La primera que tuvo fue una Drosera capensis, que se consigue en viveros y que hoy se sabe que es un riesgo biológico ya que puede ser invasora en Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Así que, dice riéndose, la contraindica.

“Las carnívoras son re locas. Que una planta se coma a un animal va en contra de todo lo que nos parecía lógico. Hoy por hoy, nos percatamos que la biodiversidad excede nuestra capacidad de entenderla. Pero acá estamos, tratando de comprender el mundo que nos rodea”, cuenta. Federico nació en la ciudad de Buenos Aires, con los árboles de tilo en las calles y los potus en frascos y macetas. Conoció los Esteros del Iberá hace 15 años. Los fines de semana largos que podía regresaba, pero cada vez menos como turista y con más ganas de vivir en ese magnífico humedal, uno de los más grandes del planeta.

Para ingresar a los Esteros, donde conviven más de cuatro mil especies de plantas y animales, hay varios pueblos de entrada. Parrilli eligió Loreto, sobre la RN 118, asfaltada y en muy buen estado, que recorre el Iberá Oeste. Allí armó este jardín botánico que parece de otro planeta. “Si me preguntás cuál fue la primera excursión guiada, me remito a la casa donde me crie en Capital Federal. Cada amigo del palo de las carnívoras que venía a visitarme tenía un tour entre mi colección. Como yo en las suyas”, cuenta Parrilli.
Sus plantas proceden de viveros y ferias, pero especialmente, de los cultivadores hobbistas de plantas carnívoras que hace años “intercambian locuras” que crean ellos mismos mediante polinización.
La primera excursión con visitantes fue en abril de 2022 en el espacio físico de un amigo y colega con quien inició el proyecto. Pero a finales de 2023 la sociedad se disolvió y Federico mudó Jurassic Plant al fondo de su casa.

Tour nocturno
“Jurassic Plant es el primer Jardín Botánico de plantas carnívoras de Latinoamérica y los visitantes del Iberá Oeste pueden tener una experiencia nocturna única. Alimentan a las plantas y son parte de los programas de conservación y educación ambiental”, indica Federico. Los visitantes se contactan por las redes para coordinar su visita o mediante la recomendación de prestadores turísticos. A la hora de esta entrevista estaban a punto de llegar a los mil visitantes.
Los tours se hacen de noche por dos razones: el calor y la fascinación que produce entrar en un lugar desconocido lleno de plantas carnívoras. Son grupos reducidos y personalizados. Federico deja que la gente toque las plantas, les dé de comer y muestra los esqueletos de los insectos que ya han sido atrapados.

Muchos llegan buscando a la Venus atrapamoscas que popularizó la serie El Encargado, pero se maravillan con algunas otras aún más impresionantes. La excursión es divertidísima porque Parrilli le pone un toque de humor y mucha información.
A la gente le sorprende el tamaño de algunas plantas, la velocidad de otras y la belleza de muchas. En base a encuestas post visita, muchos prefieren los momentos donde les dan de comer ellos mismos a las plantas o cuando se enteran del proyecto Carnívoras Argentinas y el trabajo de investigación, divulgación y conservación que hacen en el país.
“Las plantas carnívoras son aquellas que capturan y digieren animales para nutrirse. En vez de obtener nutrientes por las raíces lo consiguen por los organismos que capturan” describe Federico. En el planeta hay más de 800 especies de plantas carnívoras. Pero además de especies, hay híbridos o cruzas entre distintas especies.

“Yo cultivo cientos de variedades del género Nepenthes y Sarracenias sobre todo, pero hay muchas que evito ya que podrían ser exóticas invasoras. Es importante no introducir especies que podrían ser plaga y competir con las especies nativas y este es uno de los pilares de Jurassic Plant”, remarca. “No podría elegir una única especie como favorita, siento que muchas son realmente fascinantes”, piensa.
En Argentina hay al menos 20 especies conocidas. La mayoría de ellas están en los Esteros del Iberá y Loreto –explica Parrilli– es la localidad con mayor avistaje de plantas carnívoras nativas. De hecho, la mayoría de fotos en su libro Plantas carnívoras de Argentina son de este pueblo correntino.

En Jurassic Plant, además, se propagan especies nativas para la reintroducción. “Nuestros visitantes no sólo tienen experiencias únicas, sino que nos ayudan en la conservación de especies”, dice el investigador.
Las más sexys
Dos veces por semana, Parrilli emprolija y mantiene la colección. Si bien le encanta que las plantas crezcan para donde gusten, conserva los senderos para el paseo nocturno con los visitantes. “Al tener plantas de distintas familias botánicas, dependiendo la época del año, algunas se lucen más que otras y siempre se extraen las hojas secas para resaltar las más sexys de la colección”, apunta Federico.

Las alimenta y saca manualmente los insectos perjudiciales como las langostas. Si ve orugas, las lleva al montecito para que siga habiendo mariposas. “No uso venenos, así que si el visitante quiere puede hasta besar las plantas. Sucede y es genial”, asegura. Antes de cada excursión, prepara linternas y otros dispositivos y se asegura de tener alimento suficiente para que los visitantes puedan alimentar a las carnívoras por su cuenta. Para ello, cría insectos.
“Pero más allá del mantenimiento de las plantas y preparativos para las excursiones, hay todo un trabajo de propagación que va desde la polinización seleccionada para crear híbridos ornamentales específicos a la propagación de especies nativas para la restauración ambiental desde Carnívoras Argentinas”, subraya.
Divulgación en escuelas
Parrilli está empeñado en la divulgación y la educación ambiental. “Gané un proyecto de National Geographic como Explorador. Gracias a un equipo de amigos muy ‘manijas’ lo pudimos llevar a cabo y consiste en llevar las plantas carnívoras a las escuelas rurales para divulgar ciencia y promover el cuidado de nuestros esteros mientras exploramos los pastizales del Iberá”, cuenta.

El corto documental Mita retrata esa aventura. Se puede ver en Youtube. Con el proyecto llegaron a 220 estudiantes y encontraron más de 40 sitios con plantas carnívoras nativas creciendo de manera silvestre.
Jurassic Plant, Loreto, Corrientes. Visitas nocturnas conviniendo horario previo. $20.000. Descuentos para grupos.
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