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Ya en el siglo XIX se conocía con ese nombre la intersección de Juncal y Libertad, donde nacía la Calle Larga de la Recoleta (que fue luego Avenida de la República y, más adelante, Quintana). Unos metros más adelante, hacia Parera, estaba la estación 5 esquinas del tranvía, cuya concesión original se entregó en 1869.
En 1886 se inauguró, en Libertad 1312, la Escuela Graduada de Niñas, o Benjamín Zorrilla, que en la actualidad se llama Domingo F. Sarmiento, pero que fue, es y será “el 5 esquinas”. Se caracterizaba por su ochava circular de triple acceso, con elementos academicistas Beaux Arts e hibridaciones italianizantes. Era obra de los ingenieros Próspero Lebeau y Ramos Muñoz, que construyeron varias escuelas. Fue muy modificado en 1936, cuando Alberto Gelly Cantilo, director de Arquitectura Escolar, generó un plan de recambio para la educación pública. El lenguaje racionalista, despojado de ornamentos, parecía entonces sinónimo de un rol modernizador del Estado. Del antiguo inmueble, inscripto en la etapa de las escuelas palacio –como la Onésimo Leguizamón de Santa Fe y Paraná, el Mariano Acosta de Urquiza 277 o la Presidente Roca de la plaza de Tribunales– quedó poco y nada.
En la otra esquina, con entrada por Juncal 1207, erigió el arquitecto Luis A. Broggi su vivienda, que mereció el primer premio del Concurso Municipal de fachadas en 1914. Sobre la puerta se conserva el monograma LAB (sus iniciales). La elección de ese terreno y el proyecto fueron muy resonados en su momento, puesto que el mismo Broggi hizo público que se mudaba de donde vivía –cerca de la Plaza Rodríguez Peña– porque un edificio de varios pisos le había quitado la luz de las habitaciones del contrafrente. Prometió entonces no levantar jamás una casa que no tuviera aire y luz propios y/o que quedase expuesta a su falta. En efecto, y tal como explicó en la Revista de Arquitectura de mayo de 1927, salvo la escalera, que recibía luz cenital, los demás ambientes daban a la calle. Precavido, también compró los terrenos vecinos y construyó edificios que armonizaran con el suyo. No fue para siempre, claro. Los vecinos vendieron y levantaron otros.
Por esos caprichos del destino, este arquitecto que tiene la mayor parte de su obra demolida –con excepción del célebre edificio La Inmobiliaria, sobre Av. de Mayo– conserva su residencia en pie.
En el lugar funcionó la agencia de publicidad de David Ratto y la AFJP Máxima. Hoy, en la planta baja, hay un local de Como en casa.
¿Querés saber más sobre las esquinas porteñas? Aquí la historia de Corrientes y Florida
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