El gurú de la luz inauguró su primer Skyspace en Uruguay, una experiencia sensorial única abierta al público. Forma parte de la nueva Posada Ayana, a metros de la playa.
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El océano Atlántico, el brillante cielo, los atardeceres de fuego y las noches estrelladas de José Ignacio inspiran a muchos artistas plásticos, ceramistas y escultores. Así sucedió con el estadounidense James Turrell —el “maestro de la luz” considerado el mejor artista contemporáneo vivo de ese rubro—, que en noviembre reveló su nueva instalación interactiva, el Skyspace Ta Khut, ubicada en la nueva Posada Ayana. Se trata del primer domo independiente de la serie en América del Sur.
En Argentina, se conoce al gurú de la iluminación por su trabajo en la salteña Bodega Colomé. Su sello es manipular luces para crear experiencias vibrantes, y el museo que lleva su nombre en Colomé es una visita must: sus numerosas luces y espacios juegan con la mente y convirtieron a este rincón del norte en destino obligatorio para los aficionados al arte. El dueño de la bodega, el suizo Donald Hess, contrató a Turrell para que concibiera allí un lugar épico y el artista (que vive en Arizona) lo logró con la obra número 13. La instalación de José Ignacio, Skyspace número 53, tiene una historia parecida.
El Skyspace ‘Ta Khut’ —el nombre significa “la luz” en egipcio antiguo— es el primer Skyspace freestanding (independiente) en América del Sur, un curioso domo hecho en mármol y cubierto de pasto a metros de la playa. Fue la pasión por el arte de un matrimonio europeo, los austríacos Robert y Edda Kofler, lo que trajo a Ta Khut a esta costa uruguaya.
Fanático de los deportes invernales, Robert literalmente esquió hasta la entrada de otro Skyspace Turrell ubicado en las montañas de Lech, Austria, hace unos años. Fue amor a primera vista. Y aunque Posada Ayana era un proyecto en pañales en ese momento, Robert supo que Turrell también conquistaría José Ignacio.
La posada —que abrió en diciembre de 2020 y se lanzó con una inauguración Skyspace para 150 invitados en noviembre de este año— y Ta Khut unen varios conceptos para la familia Kofler. Hijo de un hotelero de la zona de Bregenz, en las montañas austríacas, Robert siempre soñó con tener un lodge propio. Edda, en tanto, es una seria coleccionista de arte cuyas obras decoran la posada. Un detalle: durante los últimos cinco años sólo compró obras de artistas femeninas.
Los materiales del Skyspace también tienen un vínculo con la historia de Robert. Además, la pareja es amante del buen clima y la idea de tener un hogar en el balneario más top del continente también les atraía. Se conectaron con Turrell hace unos años y ahí empezó el ambicioso proyecto que llevó dos años.
El domo mide cuatro metros de diámetro y siete de alto y está construido con 44 toneladas de puro mármol blanco que se trasladó desde Laas, Tyrol Sur (Austria). Es una estructura cuyos elementos evocan un templo y sus paredes exteriores están cubiertas de pastos como cualquier buen bunker. También se usaron 30 toneladas de acero, 300 metros cúbicos de cemento y 285 metros cuadrados de granito.
Se accede al Skyspace por dos puertas opuestas. Su paisaje inmediato fue diseñado por Lorena Diaz, Roselyne Diana y Sergio Maceira, ganadores de un concurso de paisajismo auspiciado por la posada y con un jurado liderado por la primera dama uruguaya Loli Ponce de León, que consiste de 15.000 plantas autóctonas. En su techo se destaca un círculo de unos cinco metros diseñado por Turrell para crear un cuadro con una profundidad aparentemente eterna donde se experimenta la performance de luz.
La inspiración del Skyspace Ta Khut es claramente el entorno de José Ignacio: el amplio horizonte construido por olas, los vibrantes colores del cielo que cambian minuto a minuto hasta que baja el sol y se revela la galaxia. El centro galáctico, la sección que más brilla, se reproduce en una sola pieza de mármol azul ubicada en el centro del Skyspace. Es posible acostarse encima para obtener una memorable vista, con la precaución de llevar una manta para estar más cómodo sobre la piedra fría.
Mientras que se puede disfrutar de la instalación de la tarde todos los días y está abierta al público general, solo los huéspedes de la posada tienen permitido el lujo de vivir esta experiencia de madrugada.
+ INFO
Entrada: UR $1400
Experiencia al atardecer, a las 17. Experiencia madrugada, sólo para huéspedes, a las 4.
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