Talía Zamboni integra la Fundación Rewilding Argentina y es experta en el manejo de fauna nativa de los Esteros del Iberá y El Impenetrable.
Hydrochoerus hydrochaeris es el nombre científico del carpincho, viene del griego y en castellano significa “cerdo de agua”. Lo explica Talía Zamboni, que es bióloga, hizo un master en Vida Silvestre en Costa Rica y es coordinadora de conservación del proyecto Iberá de la Fundación Rewilding Argentina. Y agrega que su denominación en guaraní –“capibara”– hace referencia a que es un “comedor de hierbas”. Así presenta al animal que en los últimos días fue trending topic, llegó a las tapas de los diarios y hasta se convirtió en remera. Fue luego de que los vecinos de Nordelta –el complejo conformado por 23 barrios cerrados para cerca de 45.000 habitantes, con cinco colegios, restaurantes, un centro médico, otro comercial y un hotel, según reza en su web– mostraron su preocupación ante la notoria presencia de los carpinchos en la zona, a través de las redes sociales.
¿Qué características físicas tienen los carpinchos?
Tienen el cuerpo diseñado para zambullirse y permanecer en el agua. Sus ojos, orejas y orificios nasales se encuentran al mismo nivel, lo que les permite asomar levemente la cabeza para respirar y ver, manteniendo el resto del cuerpo en el agua para ocultarse. En sus patas hay membranas entre los dedos, para nadar. Son el roedor más grande del mundo, con dientes incisivos y molares que crecen mucho porque constantemente están masticando vegetación. El carpincho macho posee una glándula para marcar el territorio en la parte superior del hocico, que es visible como una zona oscura y sin pelos.
¿Cual es su hábitat natural?
Es una especie que se distribuye exclusivamente en Sudamérica, y si bien se los encuentra en una variedad de ambientes, suelen estar asociados a cuerpos de agua dulce que utilizan para refrescarse, refugiarse del peligro o copular. También necesitan zonas altas y secas donde se alimentan y descansan.
¿Cómo es su comportamiento y de qué se alimentan?
Son animales sociables, y generalmente viven en grupos de pocos o muchos ejemplares. Suelen alimentarse de vegetación terrestre (gramíneas y hierbas), aunque a veces incorporan vegetación acuática. Y ante la presencia de peligro tienen vocalizaciones de alerta para que el grupo corra a una zona resguardada, que suele ser el agua.
¿Qué animales son predadores del carpincho?
Son presas de una gran variedad de predadores, como zorros, gatos monteses u ocelotes. Así como de especies de mayor porte como el aguará guazú (que puede predar sobre crías) o el yaguareté. En un ecosistema completo en el que los predadores están presentes, la gran cantidad de crías que tienen los carpinchos (entre una y ocho, generalmente) permite que las poblaciones se mantengan estables a pesar de ser predados. En ecosistemas degradados donde faltan especies clave como predadores, el carpincho tiende a crecer desmedidamente. En estos casos, a veces existen otros mecanismos de regulación poblacional, como la muerte por escasez de alimento o por enfermedades como la sarna.
Así, si la especie se encuentra en un ambiente con gran disponibilidad de alimento y territorio, es posible que la población continúe creciendo. Consecuentemente, la vegetación del sitio se puede ver degradada, produciendo una pérdida de biodiversidad y disminuyendo la capacidad de ese ambiente de secuestrar carbono, un elemento presente en los gases causantes del aumento de las temperaturas a nivel global. La ausencia de depredadores también provoca una mayor supervivencia de animales enfermos y por lo tanto una mayor tasa de contagio de patógenos.
En el pasado los carpinchos fueron perseguidos por su carne y cuero, lo que los ha llevado a una disminución e incluso extinción local en varios sitios. Si bien dicha práctica se encuentra prohibida, siguen siendo cazados en algunas zonas.
¿Cómo suele comportarse ante la presencia del hombre?
Es un animal que ha sabido adaptarse a las modificaciones que el ser humano ha generado en los ambientes naturales donde habitaba. Ante modificaciones del paisaje para establecer cultivos, ganadería o urbanizaciones, esta especie, a diferencia de otras más sensibles, ha logrado permanecer en su lugar. La convivencia entre humanos y carpinchos es habitual en muchos ambientes rurales o semiurbanos, tratándose de una especie en general tranquila y pacífica que no teme al hombre, a menos que éste los agreda.
Además, al ser herbívoros, los carpinchos ejercen un rol controlando la vegetación que pueda secarse y convertirse en combustible, pudiendo evitar por ejemplo incendios de grandes magnitudes durante épocas secas. Incluso ayudan a mantener diferencias en la altura de la vegetación, generando más heterogeneidad de ambientes para diferentes especies.
¿Cuál es la solución para el conflicto de los carpinchos en Nordelta?
La proliferación de carpinchos en Nordelta es un ejemplo del desequilibrio generado en un ambiente natural por la urbanización. Hablar de una “invasión de carpinchos” no sería lo adecuado, ya que es una especie que era propia de ese ambiente: no que haya ingresado de manera forzosa. Nordelta es un emprendimiento inmobiliario que avanzó sobre un humedal natural. Para evitar este conflicto, habría que haber tomado acciones previas tendientes a una planificación urbana de manera sustentable.
Considerando que las edificaciones ya están y que hay personas viviendo allí, sería importante que los habitantes de Nordelta comprendan que se encuentran en un ambiente que ha sido degradado, pero que continúa teniendo componentes del ecosistema original, como los carpinchos. Existen muchos ejemplos de convivencia de carpinchos en zonas habitadas por humanos. De hecho viví durante dos años en un casco de estancia que forma parte del Parque Iberá, y era habitual que las familias de carpinchos durmieran o merodearan las casas, e incluso durmieran en las galerías. Se convive perfectamente con la especie, con sencillos hábitos diarios, como conducir a bajas velocidades. Incluso en sitios donde podían afectar las huertas o flores, o para evitar que ingresaran a la pileta, se colocaban boyeros que aprendían a respetar rápidamente y que no les ocasionaban daño.
Otro ejemplo similar es el pueblo sudafricano St Lucia, en la provincia de KwaZulu-Natal. Fue establecido sobre un humedal de gran extensión, como Nordelta, y en lugar de carpinchos tenía hipopótamos. Ahí los habitantes lograron una convivencia armónica con la especie, que se ha transformado en un ícono y una peculiaridad atractiva para los turistas.
Existe una gran variedad de literatura y especialistas en el manejo de especies silvestres en ambientes urbanos. Hay muchos ejemplos de urbanizaciones que coexisten con especies como mapaches, zorros, osos o alces. Para esto hay que entender a la especie, sus requerimientos y hábitos. Y así como la naturaleza ha tenido que adaptarse a nuestra llegada, debemos buscar la forma de convivir y respetar aquellas especies que han logrado sobrevivir a nuestro avance, volviendo a conectarnos con ella, de la cual también somos parte.