Ceibas, Gualeguay, Victoria, Concepción del Uruguay, Colón y Gualeguaychú enhebran una geografía verde y ondulada con agua por doquier.
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La provincia tiene un carácter casi insular, no sólo por los dos grandes cursos de agua que la abrazan y conforman sus fronteras, sino por los innumerables ríos y arroyos que surcan el interior. Por eso, no sorprende que los principales accesos a esta región sean una sucesión de puentes y túneles que sortean el agua.
Las antiguas casonas de Concepción con sus monumentos restaurados que hablan de un pasado ilustre, las playas de su vecina Colón que se continúan en la belleza insólita de El Palmar. Los carnavales de Gualeguaychú, la vida de campo en Ceibas y la belleza tranquila de las callecitas de Victoria que confluyen hacia la abadía del Niño Dios donde, de tanto en tanto, se escuchan los cantos gregorianos de los monjes, son algunas de las señas particulares de esta tierra.
1. SANTA CÁNDIDA
La gran casa construida a modo de villa palladiana aparece luego de traspasar un portón de hierro forjado custodiado por las imágenes guardianas de dos leones de piedra.
La propiedad supo ser la administración del saladero de Justo José de Urquiza. Sin embargo, el carácter actual lo adquirió de manos de sus próximos dueños Adela Unzué Baudrix y Antonio Leloir, quienes encargaron al arquitecto Angel León Gallardo Cantilo el palacete italiano. Los frisos artísticos de los interiores y las arañas de cristal de Bacarat importadas de Venecia, son algunos de los sorprendentes detalles que se conjugan con el parque, obra del paisajista suizo Emil Bruder.
Las estadías se planifican con pensión completa y prometen el disfrute de las habitaciones ambientadas con el glamour de entonces. Deportes acuáticos, pesca, trekking, salidas en lancha y hasta una cabalgata en una isla vecina, reservada solo para los huéspedes, son parte de la propuesta.
RN 14 km 130, Concepción del Uruguay. Whatsapp: 11 2049 9747.
2. RÍO DE LAS AVES
Doscientas hectáreas de campo entrerriano salpicado de lagunas, una rica fauna silvestre que merodea por las cercanías y un lodge de lujo con ocho habitaciones conforman la esencia de Río de la Aves.
El sitio que cuida en extremo la intimidad- no recibe pasajeros sin reserva previa – comercializa el sitio a través de paquetes para grupos o familias en privado con todo incluido porque, como aclaran sus dueños, allí no hay nada cerca, y esa situación es tal vez la más encantadora: encontrarse en medio de la nada a cuerpo de rey.
Salidas en kayak, recorridos en 4x4, pesca con devolución, cabalgatas, paseos en bici y la posibilidad de hacer avistamientos de aves por cuenta propia, son algunas de las alternativas que aquí se ofrecen. Después está la piscina para los días de calor y la buena mesa que no se hace esperar. Al final una charla junto al fuego, el mejor fin de fiesta. Sólo mayores de 14 años.
RN 14 Km 14 Ceibas. T: (011) 4499-9828.
3. LAS MARGARITAS
Un espléndido jardín surcado de árboles, múltiples variedades de flores y estanque con nenúfares funciona a modo de antesala del casco. Allí, recibe Manena Reggiardo, cuyo bisabuelo llegó a estos pagos y abrió un almacén de ramos generales, hace ya más de un siglo.
La estancia nació como una propiedad de ingleses destinada al cultivo y cría de ganado. De esa época es la casa que su actual dueña recicló con ambientaciones salidas de una revista de decoración. Hoy se ofrecen las tres casas aledañas en alquiler, que se pueden tomar con o sin pensión completa.
La Casita es ideal para grupos de amigos y familias. Las Cañas tienta a las escapadas románticas y La Matera hace gala de su sencillez sin perder una pizca de confort.
La mesa es aquí un tema mayor, los asados de cordero con puré de batatas glaseadas y nueces y el dulce de leche casero en el desayuno son una gloria para el visitante.
RP 11 Km 96. Victoria. T: (0341)686-8028.
4. NOHA
En las afueras de Colón Leila y Oscar Paternoster reciben en este pequeño hotel, diseñado solo para adultos. Son diez habitaciones, todas llevan nombre de árboles y tiene un carácter que las diferencia unas de otras, pensando siempre en ofrecer diversidad al huésped que regresa. Cada cuarto cuenta con detalles de confort y decoración distintivos, el uso de la madera es un recurso predominante de la ambientación.
La piscina, emplazada en un parque flanqueado por numerosos árboles, invita a pasar allí las horas de sol libro en mano. Otra alternativa es dejarse llevar por el ronroneo de la siesta en los cómodos camastros bajo la sombrilla.
El restó - que sigue la política del hotel: solo para parejas- está abierto al público no huésped. Además de la carta habitual, suelen organizar cenas temáticas en torno a una cocina determinada que varía con el correr de los días. Abierto para almorzar y cenar.
RP 135 Km 6.5, Colón. T: (03447) 41 3453.
5. EL PRADO
El campo es una suerte de lengua de tierra con costa sobre el río Gualeguay y numerosas aguadas internas, incluso una laguna que sus propietarios bautizaron La Escondida, por eso es rico en variedades de aves, un atractivo para los fans del birdwatching.
La casa se construyó al modo de los antiguos ranchos entrerrianos, con cuatro cómodas habitaciones - para 14 personas-, los pisos son de madera, los cuartos de baños tienen bañera con patitas y la cocina fue equipada a toda modernidad. Cada una de las tres galerías que la rodean propone un instante de asombro. La del este es el mejor mirador de los amaneceres sobre el río y la del oeste depara atardeceres inolvidables. La última fue acondicionada para disfrutar los días fríos. Una gran piscina y otra más pequeña.
Aquí abundan los caballos y es un placer verlos pastar a lo lejos, además está la plantación de nuez pecan y el ganado a vacuno.
1º Sección de Chacras. Gualeguay. T: (011) 4162-5130.
6. EL CERRITO
Para llegar hay que hacer varios kilómetros por un camino de sueño, una suerte de sendero abovedado de árboles que nos conducen a la casona donde recibe Alicia Atencio. La propiedad llegó a manos de la familia a principios de 1940 y fue Alicia quien la restauró con todo lo necesario para abrirla al turismo, allá por el 2005.
Ubicada sobre una lomada verdísima, rodeada de la galería de rigor, con aljibe y antiguo molino, la casa mantiene el carácter que la vio nacer.
Aquí es posible alojarse en la vivienda principal, todos los cuartos tienen baño privado, o bien optar por las dos casas independientes que están a pocos metros: La Casita de las flores y El rancho, ambas con cocina y parrilla para los que quieran preparar sus comidas, aunque es posible prescindir de estas facilidades ya que la estancia ofrece sabrosos platos caseros que se sirven en el patio bajo las glicinas, los días de buen tiempo.
Ruta 11, Km 106, Victoria. T: (03436) 61-0326.
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