Junto a su cuñada, pastelera profesional y heredera de recetas familiares europeas, están al frente de estas mesas con delicias para compartir.
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Basta con dar un paso más allá del umbral y el aire ya huele a galletitas de manteca, a tibieza, a horno pródigo. Tres baldosas después, los ojos se llenan de colores, con borlas que decoran saquitos de té artesanales, con frascos de mermelada, con bloques de dulce de membrillo y tortas. Y una vez en el salón, mientras todo el sol del patio ilumina las paredes llenas de antiguos objetos de cocina, se revelan otras delicias saladas.
La Casa de Champa es un lugar donde empezar el día con un desayuno casero o un brunch, almorzar y tomar el té, siempre con café de especialidad y blends muy delicados. El lugar tiene tres espacios. En los estantes de la boutique, la mermelada de pétalos de rosa se codea con la jalea de naranja, los bloquecitos de membrillo y el dulce de cayote. Al lado, frascos con té en hebras, saquitos artesanales, infusores y teteras compiten en atracción con escabeches, tejidos andinos y otras artesanías para regalar o darse gustos.
En el salón, todo se elabora a la vista. Desde cualquier mesa pueden verse los panes caseros, los strudels y las tortas alemanas, con finas capas de bizcochuelo rellenas de crema de chocolate con cobertura de merengue italiano.
Entre las opciones del menú conviven las porciones de torta, los scons con jamón y queso, o con manteca y mermelada; pancakes veganos con frutas frescas y miel; waffles con rúcula, queso de cabra gratinado y chutney de mango, y otros con crema, dulce de leche y banana; huevos revueltos sobre tostadas de pan de campo; yogur casero con granola; tostones con palta, semillas y tomates cherrys; bagels y bowls con verduras y quínoa.
Tradición europea y muchos recuerdos
El salón fue fundado en 1996 por la familia de José y Cristina Zettelmann. Los dos montaron el negocio en lo que era también su vivienda de fin de semana, después de haber estado al frente durante años de otra casa de té en Bariloche.
Yamila, hija de Cristina y pastelera profesional, heredó sus recetas y sus secretos, que fue aprendiendo desde su infancia. En Tilcara, unió su fuerza creativa con la de su cuñada, Eileen Geoghegan, quien es licenciada en Turismo, organizadora de eventos y experta en té, a punto tal que creó su marca propia, Tulma Blends.
Ambas socias venden sus blends al público, pero también a tiendas, hoteles, restaurantes. Y los sirven en el salón donde, mientras se maceran las hebras en la tetera, se puede ver la colección de 80 morteros y cientos de objetos de la vida cotidiana que atesoró el suegro de Eileen, arquitecto. Todos lo conocieron como “El Champa”, y de ahí proviene el nombre del negocio.
“Yo sentía que el té en saquitos, industrial, que servía mi suegra no estaba a la altura de sus especialidades gastronómicas, tan increíbles. Cuando me vine a vivir a Tilcara, hace 15 años, se lo dije. Y me respondió: ´Dale, probemos´.”
Trabajan con hebras importadas de China, Japón, Sri Lanka, India además de frutos, flores y hierbas de una quinta propia y de pequeños productores locales. “Las deshidratamos en secadores solares y así armamos blends que reflejan cada una de las cuatro áreas geográficas de la provincia: la flora de la yunga, de la puna, de la quebrada y del valle”, describe.
Eileen, de ancestros irlandeses, se desempeñó en hotelería y se capacitó en manejó de té, catas, proceso de cultivos, cosecha y armado de blends durante meses en India. “Me interesaba aprender hasta llegar a sabores equilibrados. La marca creció durante 10 años y no tenemos consumidores: tenemos fanáticos”, cuenta, divertida.
Tulma Blends tiene puntos de venta en Capital Federal (pick up points en microcentro) y envíos a todo el país. Además, el salón de té ofrece delivery de exquisiteces una vez por semana en San Salvador de Jujuy.
Más info
Belgrano 763, Tilcara, Jujuy. T: (0388) 439-2793.
IG: @lacasadechampaRepostería alemana y blends de té artesanales
Desayunos, brunchs, almuerzos y meriendas. Martes a domingos, de 8 a 20.
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