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“Hace veinte años, un grupo de familiares, amigos y compañeros nos propusimos abrir un espacio que preservara la vida, obra e ideario de Evita. Así nació el Museo Evita, un espacio de puertas abiertas para todos los interesados en conocer los aspectos más íntimos de esa mujer común nacida en Los Toldos, provincia de Buenos Aires, que desde muy joven viajó a la ciudad persiguiendo su sueño de ser artista, protagonizó una maravillosa historia de amor y coraje, y quedó para siempre en el corazón del pueblo argentino”, relata Cristina Álvarez Rodríguez, presidenta del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón y, además, sobrina nieta de Evita.
El Museo Evita abrió sus puertas el 26 de julio del 2002, al conmemorarse 50 años de su muerte. Y para celebrar estas dos décadas se exhibe una muestra especial que se suma a las de sus doce salas, y reflejan las distintas etapas de la vida de la abanderada de los humildes.
De casa familiar a hogar de tránsito
Ubicado en Lafinur 2988, en el barrio de Palermo, el museo fue primero una casona que tiene su propia historia. La construcción data de 1923 y fue originalmente un petit hotel de estilo francés, en dos plantas. Unos años después, la propiedad fue adquirida por la familia Carabassa, que en 1926 contrató al arquitecto Estanislao Pirovano para que la reformara y le diera un toque neo renacentista italiano- español, de acuerdo a la moda de la época y a los orígenes de la familia. La torre y el segundo piso fueron agregados en ese momento, dándole así su actual fisonomía.
En la casona vivió el matrimonio Carabassa con sus 11 hijos y luego la propiedad se puso en venta. En 1948 la compró la Fundación de Ayuda Social Eva Perón, y la transformó en el Hogar de Tránsito Nº 2, que albergaba a mujeres con o sin hijos, en estado de vulnerabilidad, y que provenían de todo el país con problemas de salud, vivienda o trabajo. Allí tenían asistencia material y espiritual, techo, comida y un espacio donde poder compartir con sus hijos. La mayoría se quedaba entre 8 y 10 días, pues en ese tiempo un grupo de trabajadores sociales, que analizaba caso por caso, solucionaba sus problemas.
El Hogar dejó de existir luego del golpe de estado de 1955, cuando se intervinieron todos los bienes de la Fundación Eva Perón y pasaron a manos del Estado Nacional. El lugar estuvo cerrado durante dos años y luego fue destinado a una escuela para niños ciegos durante treinta años, hasta que la institución fue trasladada a Caballito, con el nombre de Santa Cecilia.
También funcionaron oficinas de la administración pública y luego el lugar estuvo cerrado unos años más hasta que nació el Museo Evita. Desde ese momento propone a los visitantes un recorrido a través de la historia de Eva Perón, con fotografías, vídeos y documentos de la época. El edificio fue declarado Lugar Histórico Nacional en 1999, y un año después la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo declaró de interés cultural y patrimonio histórico. Finalmente, desde 2007 es un Monumento Histórico Nacional.
Uno de los lugares más acogedores de la casona es su patio interno, estilo andaluz, con azulejos y pisos de industria argentina que mandó a hacer especialmente la familia Carabassa. En el enorme patio principal, exterior, funciona un restaurante con una excelente propuesta gastronómica. Ese espacio fue adquirido posteriormente por los Carabassa, y era el patio de juegos del Hogar de Tránsito Nº2. La entrada es por J. M. Gutiérrez 3926.
El museo, sala por sala
“Lo primero que se armó fue la biblioteca, que reúne todas las biografías que hacen referencia a Eva y demás bibliografía especializada en historia del peronismo. Es uno de nuestros tesoros más preciados”, asegura Romina Martínez, Coordinadora del Área de Educación y Capacitación del Museo Evita.
“Algunos de los objetos pertenecen a la familia Álvarez Rodríguez y además hay muchas donaciones. Hasta hoy seguimos recibiendo donaciones de personas que muchas veces se sorprenden al encontrar algunas cosas en sus propios hogares”, dice Gabriela Maltempo, guía del museo. Y agrega que reciben “muchos visitantes que estuvieron hospedados como hijos y reconocen el cuarto en el que pasaron poco más de una semana, hasta que se resolvieron sus problemas. También vino una de las últimas hijas de los Carabassa, que solamente quiso visitar el primer piso porque dijo que no le interesaba ver la planta baja, ya que la utilizaba la servidumbre y no la familia. Sus recuerdos estaban ligados solamente a una parte de la casa”.
El museo tiene vestidos, zapatos, sombreros y objetos originales que usó Evita. “Los textiles se cambian cada tres meses, pues los conservan con la luz y la temperatura adecuados”, asegura Maltempo. Uno de los vestidos exhibidos es el que lució en La pródiga, la única película que protagonizó Evita y que no pudo ser estrenada en el mercado comercial, en 1945. Quedó guardada y resguardada durante muchos años hasta que Raúl Alfonsín la hizo estrenar en el ‘83, con la vuelta de la democracia. Otra de las prendas es una capa Christian Dior que le regalaron a Eva durante la gira Arco Iris, adonde Perón la envió como Embajadora de Buena Voluntad, a una Europa de post guerra.
En cada una de sus doce salas el museo refleja la vida de esta mujer nacida en Los Toldos el 7 de mayo de 1919, que se mudó a Buenos Aires con apenas 16 años para cumplir su sueño de ser artista. Ganar un concurso en Radio Belgrano le permitió hacer el viaje a la gran ciudad, y durante los siguientes diez años trabajó como actriz en radioteatros, cine y teatro. Una foto plasma la participación de Evita en la película La cabalgata del circo, donde tuvo un altercado con Libertad Lamarque y a partir de allí nació el mito de la cachetada que, en realidad, Evita jamás le dio a la actriz protagónica.
La muestra también tiene escritos originales de los pedidos de las confecciones de ropa que le hacían a Juana Ibarguren; la madre de Evita debió trabajar cosiendo y cocinando para afuera cuando su marido, Juan Duarte, murió en un trágico accidente automovilístico y la familia pasó algunos apuros económicos. Muñecas de cerámica, libros, juguetes, una pelota de los campeonatos Evita se mezclan con algunos documentos, como su carta de afiliación al Sindicato Argentino de Actores o su primera libreta cívica. Tiempo después, al ver que los derechos de sus compañeros eran vulnerados, organizó el primer sindicato radial argentino y también hay huellas de eso.
Otra de las salas refleja el día en que Evita conoció a Juan Domingo Perón. “En el ‘44 se organizó un evento a beneficio en el Luna Park para juntar dinero y reconstruir la ciudad de San Juan, que el 15 de enero de ese mismo año sufrió un terremoto que dejó miles de muertos y heridos. Dicen que había un solo lugar libre, justo al lado del Coronel Perón. Y dicen que Eva, que fue invitada junto a otras actrices, fue rápidamente a sentarse a su lado. Otras versiones aseguran que en realidad Perón ya la estaba esperando porque habían sido presentados previamente por el Mayor Arrieta, que se había casado con una de las hermanas Duarte. En ese evento también estaba Roberto Galán, que se jactaba de haberlos presentado, dando puntapié así a su famosa carrera de televisión, uniendo parejas”, detalla Maltempo.
En un sitio especial están las cartas que le mandaba Perón cuando estuvo preso en la isla Martin García y en las que le prometía matrimonio para cuando saliera en libertad. Cumplió, se casaron cinco días después, el 22 de octubre 1945. Otra sala narra paso a paso el logro del voto femenino y hasta hay una propaganda que en ese entonces se podían ver en los cines y que hablaba de la importancia del voto.
La inmensa cocina es uno de los ambientes que más llaman la atención. Es original, y allí hacían comida todos los días para las 180 personas que pasaban semanalmente por el Hogar de Tránsito. Hay ollas, platos, vasos, bandejas. Muchos de los objetos estuvieron abandonados durante años en el subsuelo del Banco Ciudad de Buenos Aires, de donde fueron rescatados y restaurados.
El diseño dinámico de la exposición recrea un interesante y completo recorrido que repasa la historia de Eva Duarte desde su niñez, pasando por su juventud, sus trabajos como actriz, su vida como Primera Dama junto a Juan Perón, su lucha por los derechos cívicos femeninos y la obra social desarrollada en la Fundación hasta su renunciamiento y muerte.
Más info
Lafinur 2988. Abierto de martes a domingos, y feriados, de 11 a 19. Lunes, cerrado.
IG: m@museoevita