En 2023 se recuperó y volvió a funcionar este histórico símbolo de la pequeña localidad de San Esteban, a 10 km de La Cumbre.
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Su porte es singular. Tanto, que los comentarios acerca de que era una obra de Gustave Eiffel –el mismo que construyó la célebre torre parisina– no tardaron en diseminarse por todo el valle de Punilla y más allá. En San Esteban, a 10 km de La Cumbre, lucía oxidado y había perdido sus aspas, pero se había convertido en un símbolo de la pequeña localidad.
El mito de Eiffel quedó “desenmascarado” cuando, en 2013, Jorge Tartarini publicó que se trataba del modelo Hércules 1916 tipo nº6 de la firma argentina del Ing. J. A. Saglio, con casa central en Bernardo de Irigoyen 1460-70 de Buenos Aires, y talleres y sucursal en la ciudad de La Plata. Sin embargo, el encanto o la pátina de haber sido del gran ingeniero francés parece perdurar y haberle servido a la hora de recibir los fondos del estado nacional para su recuperación.
Fue adquirido por Adelia Harilaos de Olmos –viuda del gobernador de la provincia Ambrosio Olmos– en la Feria Rural de Buenos Aires. Por fotografías y otros indicios se presume que esto sucedió en 1918, y la Marquesa Pontificia habría comprado dos. Uno fue instalado en su estancia El Durazno, en Río Cuarto (del cual no queda nada) y el otro en la estancia San Sebastián, hoy Dolores. No es el único legado de doña Adelia: mandó construir la Casa San Sebastián para niños expósitos, en recuerdo de su suegra, Sebastiana Cabanillas de Olmos, y en honor a su esposo.
La estructura del molino, de 35 metros de alto, está formada por tres niveles: el superior donde estaba la rueda con aspas, el del medio con un tanque de agua pequeño, y el de abajo con un tanque de mayor tamaño. Esos tres sectores se encuentran delicadamente circundados por una barandilla decorativa y conectados por una escalera caracol enroscada alrededor de su eje.
Fue declarado bien de interés histórico en 2014, pero tuvo que esperar hasta 2023 para volver a funcionar. “La mayoría de las piezas son originales. Se restauró prácticamente todo y lo que no, se replicó. Por ejemplo, de la rueda de aspas, cola y timón recuperamos pedazos que mandamos a fabricar a Buenos Aires a la empresa que hoy construye Hércules y que hicieron réplicas exactas de las originales. También se replicó una baranda, que es una pieza de fundición. Fue un trabajo bastante artesanal”, contó la arquitecta Yamila De Lorenzi al sitio La Estafeta online.
Las obras tendieron a que el molino fuera más que una pieza de museo y volviera a entrar en servicio. De hecho, una parte de la estructura está conectada a la red, ya que funciona con bomba eléctrica, y el tanque octogonal inferior cumple el rol de cisterna y provee de agua a una parte de los vecinos de Dolores.