Desde 1920, es un referente de educación bilingüe en sus dos sedes, la casona histórica de Olivos y el edificio más moderno de Nordelta. Famosos que pasaron por sus aulas y anécdotas de ex alumnas.
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Tradicional y al mismo tiempo de vanguardia, el Northlands fue fundado el 1° de abril de 1920 por Winifred Brightman y Mildred Slater, dos mujeres que llegaron a principios del siglo pasado desde Gran Bretaña para trabajar como institutrices de familias inglesas. Interesadas en la educación, decidieron poner todos sus conocimientos al servicio de la comunidad y abrieron las puertas del colegio con 16 alumnos: 13 mujeres y 3 varones. Lo hicieron en las dos hectáreas que fueron donadas por la colonia británica que se había mudado a la zona, a principios de siglo.
En poco tiempo, el Northlands desarrolló una sólida reputación y pronto llegaron los primeros cambios. En 1923 dejó de recibir varones y comenzó a proyectarse como uno de los mejores colegios de niñas de América del Sur. Sus principios básicos de estimular a los alumnos para alcanzar un alto nivel académico, tomando en cuenta la formación integral de la persona, quedaron desde entonces cimentados en el lema del colegio: “Amistad y Servicio”.
En 1945 Slater cedió su parte y regresó a Gran Bretaña. Winifred Brightman, entonces, tuvo a su cargo la conducción del colegio durante casi cuarenta años, hasta 1961, cuando decidió regresar a Inglaterra. Desde entonces el colegio funciona como una asociación sin fines de lucro. A lo largo de los años también hubo otros cambios; hasta los ‘70 hubo pupilas, pero luego la escuela se amplió y esa modalidad dejó de existir.
El Northlands tiene dos sedes: la de Olivos es la primera y está ubicada en la calle Roma 1248, y en 2001 se inauguró la sede de Nordelta, con instalaciones más grandes y modernas. Ese año el colegio volvió a ser mixto. La filosofía es la misma: educación bilingüe, no confesional, de altos estándares internacionales a niños desde los 2 hasta los 18 años. Hay 2000 alumnos entre las dos sedes y trabajan casi 600 personas, entre educadores, administrativos y personal de mantenimiento.
Hace 104 años la zona de Olivos todavía era campo y las dos mujeres alquilaron una casa en la calle Pelliza, a tres cuadras de su actual ubicación. Esa fue la primera sede del Northlands por apenas dos años; en 1922 ya tenían cien alumnos y las instalaciones quedaron pequeñas, por lo cual se mudaron a una casa que hoy llaman School House y es el edificio más antiguo, junto a lo que fue la casa de Miss Brightman, o Miss B., como la llamaban las alumnas en secreto. Allí funcionan hoy algunas oficinas administrativas. Dice la leyenda que Miss Brightman era una madraza encubierta, autoritaria pero formadora y contenedora de las alumnas que se quedaban en la escuela todo el ciclo lectivo cuando eran pupilas y quizá veían a sus padres un par de veces al año.
De estilo inglés, color blanco y con grandes ventanales, la School House tenía varias habitaciones para las pupilas, un cuarto de baño transformado hoy en dos toilettes, una biblioteca, cocina y comedor. Los pisos de madera todavía son los originales, al igual que una imponente cúpula de vitraux. La escalera de mármol termina en el Shakespeare Lawn con su fuente circular, palmeras, una enorme parra debajo de la cual las alumnas jugaban al elástico, y un colorido jardín inglés. Todo eso se conserva aún hoy. Pero allí funcionan ahora las oficinas de las autoridades, de la directora académica y también se hacen los procesos de admisiones. Y también hay un pequeño espacio que atiende Gillian, una ex alumna de 80 años que ayuda con los objetos perdidos y en las clases de violín.
En el Shakespeare Lawn se interpretaban obras de William Shakespeare. Hoy tienen un teatro para eso, pero el pequeño parque quedó como testigo de otros tiempos y a veces se hacen eventos especiales. Por ejemplo, y a pesar de los mosquitos, cuando el colegio cumplió 104 años hicieron un tea party para alumnas mayores de 78 años. Son mujeres que ayudan a continuar con las tradiciones.
Con el tiempo la escuela creció y las instalaciones se fueron adaptando a las nuevas necesidades. En 1925 comenzaron las construcciones de otras instalaciones y de la pileta de natación, que en principio fue descubierta. Hoy la Secundaria ocupa los primeros edificios en una de las manzanas y enfrente está la Primaria y el Kindergarden.
El proyecto educativo combina el aprendizaje y la certificación internacional de lenguas extranjeras, tiene múltiples actividades extraescolares que fortalecen el sentimiento de pertenencia al grupo, y pone mucho énfasis en actividades deportivas y de voluntariado. Muchos docentes fueron ex alumnos del Northlands. Y es una tradición que muchos otros ex alumnos manden a sus hijos a esa misma escuela que los vio crecer. Así, la comunidad sigue unida en el tiempo.
Marina Urreaga, líder de ex alumnos, cuenta que el violín es obligatorio desde Sala de 5 hasta 4° grado porque es el único instrumento que trabaja los dos hemisferios del cerebro a la vez y, además, la motricidad fina. Después pueden elegir entre ocho instrumentos diferentes. Y agrega: “le damos mucha importancia a las ciencias, las artes y los deportes. Hay materias obligatorias y otras que cada alumno puede elegir. También hay un programa de becas y hay una, particularmente, que premia la situación académica. Hay tres divisiones por año en Olivos y dos en Nordelta; y cada una tiene alrededor de 25 alumnos. Antes había más chicos por aula pero hoy hay un concepto más personalizado de la enseñanza, donde se contemplan las necesidades de cada uno de los niños y formas de aprendizaje”.
El Northlands presta especial atención a los deportes y, además de una enorme pileta de natación climatizada y cubierta, hay canchas de fútbol, hockey, básquet, rugby, pista de atletismo y gimnasio. Cuando el colegio se hizo mixto se necesitaba espacio para los varones en el recreo y una cancha de fútbol se construyó en lugar de una casita que también era para las pupilas y ya no existe.
En el predio donde funciona la secundaria está el departamento de ciencias y artes que es el edificio más nuevo; se inauguró en el 2021. Tiene un teatro en el que cada año se estrena una obra que organiza The Suburban Players; esta vez será West side story. Y también tiene un anfiteatro en la terraza, con un camino repleto de plantas autóctonas argentinas. También hay una moderna biblioteca, los laboratorios y el área de idiomas, diseño y tecnología.
En las instalaciones donde funciona la primaria hay una biblioteca que fue el antiguo salón de actos. El Kinder, que data de los ‘90, está ubicado en la esquina de la manzana y el edificio combina una parte antigua con otra muy moderna, vidriada y con mucha luz. Además de un jardín, hay una granja con conejos, gallinas y una huerta.
Vanesa Henson, directora de Cultura, remarca que “al colegio lo diferencia la búsqueda de excelencia y la calidez humana desde su consigna amistad y servicio. Es un pensamiento holístico integral, de bienestar propio y de la comunidad. Hay un gran abanico de posibilidades y fomentamos la toma de decisiones desde el kinder”.
Las familias eligen el Northlands por el proyecto y no por la cercanía. Pero el 50% del alumnado es de la zona, y el 14% es internacional. En Nordelta el 90% es de la zona y el 20% internacional. “Hay chicos de 45 nacionalidades diferentes y de todas las religiones. Abrazamos lo tradicional anglo, pero somos de vanguardia, nos enfocamos en el mundo de hoy, en el cambio constante, la adaptación y en acompañar a cada chico en su propia trayectoria”, dice Urreaga.
Una reina, artistas y periodistas famosas
Máxima Zorreguieta es la alumna más glamourosa de la escuela. Pero, de perfil bajo, desde la institución no quieren hablar sobre eso. “Cuidamos mucho a los ex alumnos, no los exponemos, somos reservados. Pero ella sostiene vínculo con la escuela y con sus ex compañeros. Para nosotros es una alumna más como Mechi Margalot que estuvo muchos años en el seleccionado de hockey. Y celebramos los logros de todos”.
La reina de Holanda no es la única celebrity que asistió al Northlands. También fueron la actriz Anya Taylor - Joy, Cayetana Álvarez de Toledo, María Belén Aramburu, Nelly Arrieta de Blaquier, Inés Berton, Mónica Cahen D’Anvers y su hija Sandra Mihanovich, Dolores Cahen D’Anvers, Carola Gil, Florencia Canale, Puli Demaría, las hermanas Vanina y Silvina Escudero, María Eugenia Estenssoro, María Freytes, Mercedes Margalot, Sol Santamarina y las hijas mayores de Mauricio Macri. Además, muchos científicos del CONICET pasaron por esas aulas y también deportistas destacados.
Algunas alumnas recuerdan anécdotas de sus años escolares. Jennifer Cook, egresada en 1959, dice: “recuerdo las famosas exhibiciones de gimnasia que solía organizar Mrs Findlay, la jefa del departamento de deportes y gimnasia. Entrenábamos durante horas y luego llegaba el gran día con padres y familiares como espectadores. También nos encantaban las clases de natación. Los viejos vestuarios al lado de la pileta eran de madera y había un trampolín; hacíamos postas entre los equipos”.
Mary Patejuk, egresada 1953, dice que “era un desafío laboral ser secretaria part time de Miss Brightman, allá por el ‘54. En algunas oportunidades mis tareas coincidían con eventos deportivos después de horario escolar. Recuerdo en especial un torneo de vóley que tenía que jugar. Cuando la abordé con mi pedido para ausentarme en esa ocasión, m respondió con firmeza algo del tenor de ‘primero y ante todo está el deber’. Me tragué las lágrimas y aprendí una lección de lo más ingrata”.
Cristina Perry, egresada ‘78, apela a una anécdota con una de las profesoras. “La srta. Mayochi era profesora de español y de filosofía. Un día en clase nos contó que alguien le había cuestionado su forma de caminar inclinada hacia adelante con la cabeza y la mano que sostenía la cartera más adelante que el cuerpo. Muy tranquila ella contestó que era porque su cabeza iba más rápido que su cuerpo. Genial”.
Y Carolina Negri, egresada ‘98, recuerda una travesura: “en nuestro viaje de estudios a Córdoba encerramos varias ovejas en el cuarto de profesores. A la noche, cuando se fueron a acostar, abrieron la puerta y los animales salieron disparados. No olvidaré jamás los gritos de la profesora de Natural Economy”.
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