Conocer desde adentro una de las viñas de Colonia del Sacramento permite dimensionar el destino a través del paladar. Porque la ciudad es mucho más que su casco histórico y sus callecitas soñadas y fotografiadas hasta el infinito.
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Colonia se hace lugar en el camino del enoturismo. Tiene con qué. Entre sus más de 15 bodegas, se puede visitar por dentro Finca del Sacramento, que diseñó una experiencia tan contundente como express: cata de vinos, almuerzo, paseo por viñedos y olivares. Apenas 9 horas desde que el barco sale del puerto de Buenos Aires hasta que vuelve alcanzan para conocer la historia de la finca, almorzar un menú de 3 pasos, darse una vuelta por el predio y, si el calor lo permite, hasta un chapuzón en la pileta. También, recorrer el lugar en bici o a caballo. Y descansar a la sombra de árboles añosos en cómodas hamacas paraguayas.
Bajo la guía de Johana Váquez, sommelier de la bodega que le marca el pulso a la cata con información relevante sobre la historia del lugar, los visitantes incorporan información y ponen en juego todos los sentidos. La transparencia, la ubicación de la copa para que la atraviese un rayo de luz, el movimiento circular. “Identificamos aromas primarios en base a datos sobre la ubicación de la planta en el viñedo. Es un entrenamiento que conjuga la información sobre los minerales y la humedad del suelo, pero también el tiempo que pasó en las ánforas de cocciopesto, el mismo material que se usaba antiguamente en Roma”, señala sobre los vinos de la bodega Cerros de San Juan, cuya producción se encuentra solo a 20 kilómetros de la finca, en un predio de 40 hectáreas cerca de Carmelo. Johana agrega: “Estos recipientes son una parte fundamental en el proceso de elaboración de vinos de alta gama, que garantizan una menor intervención para que las uvas puedan expresar en la forma más genuina posible las características particulares de nuestro terroir. También incorporamos barricas nuevas de roble francés y americano para seguir sumando alternativas de crianza”, explica Johana, una usina de datos, imágenes olfativas y relatos sobre este sector de Colonia que se posiciona con fuerza en el circuito del vino.
La ubicación es privilegiada. Fundada en 1854 por la familia Lahusen, la bodega fue la más antigua de la región, cuando se emplazó entre el río San Juan, el arroyo Miguelete y el Río de la Plata. “Por eso las plantas son fuertes y resisten a la sequía, porque toman la humedad del ambiente y los minerales de los sedimentos y los suelos pedregosos en altura”, aclara la experta. E invita a degustar un Tanat, una de las variedades icónicas de la región. “¿Sienten el sabor a mermelada y frutas rojas?”, indaga botella en mano. Las etiquetas tienen su propia historia, ya que remiten al escudo familiar que domina uno de los salones donde se realizan las degustaciones.
El almuerzo, en tanto, se ofrece a la sombra de una galería con visuales panorámicas a los viñedos cuyas cepas están destacadas en letreros de madera: Albariño, Petit Verdot, Pinot Noir, Tanat, Lahusen Gewürztraminer. Cada sector cuenta con rosales y flores coloridas, “una alternativa natural para proteger a las uvas de distintos insectos”, explican durante el recorrido que ayuda a la digestión. El menú de 4 pasos incluye focaccia, ensalada verde, quesos y fiambres artesanales con aceitunas y empanadas, todo casero. Entre los postres, flan y tarta de manzana con helado de crema.
El predio de Fincas del Sacramento comprende 10 hectáreas: incluye cabañas para quien quiera extender la estadía y pasar la noche en la finca. Una opción para conocer el Real de San Carlos, una joyita patrimonial apenas a 5 minutos a pie del lugar. La ex plaza de toros que estaba en ruinas volvió a ponerse de pie y ahora, rehabilitada, es un centro cultural, anfiteatro, museo Taurino y punto de información de las bodegas de Colonia, que muchos llaman La Toscana de Latinoamérica. El complejo fue fundado en 1910 y el proyecto de conservación contempló dejar al descubierto un sector en ruinas (consolidadas sin peligro de derrumbe) para establecer un diálogo histórico entre la vieja plaza de toros y el actual centro cultural.
En tanto, la excursión que combina la visita a la bodega y al casco histórico en el mismo día es un buen pantallazo para conjugar la serenidad campestre con los hitos de la ciudad: Desde la Puerta de la Ciudadela y su imponente muralla, a las fachadas de estilo portugués, la icónica calle de Los Suspiros, la Iglesia Matriz y el tradicional faro del siglo XIX. El tiempo da justo para apreciar las ruinas del convento de San Francisco, la Basílica del Santísimo Sacramento y Plaza de Armas. Los datos que aporta el guía experto suman contexto a la caminata por esta ciudad que ostenta el título de Patrimonio Mundial declarado por la Unesco en 1995. Una acreditación que se palpita en cada adoquín, y en cada esquina. Una escapada express a un destino de alta gama con historia propia.
Más información
Está organizada por Civitatis, la plataforma internacional de excursiones y experiencias que con más de 85 mil propuestas en español está presente en más de 3500 destinos de 160 países. Esta en particular lleva por título “Ferry a Colonia y Visita a una bodega”. Incluye el pasaje en ferry Colonia Express ida y vuelta, el bus para traslados hacia la finca y al puerto y la visita guiada por el centro histórico.
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