Desde la novedad gourmet del restaurante de Paula Méndez Carrera a las tradicionales pulperías y boliches, estos son los sitios más recomendables.
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A 110 km de Buenos Aires, Areco es una de las escapadas más rendidoras para hacer en el día. La buena mesa es parte fundamental de la propuesta y el destino tiene variedad de ofertas.
Almacén de Ramos Generales
Cuando en el año 2000 Juan María Aldasoro logró hacerse de una parte del viejo caserón que hoy ocupa su restaurante, supo enseguida lo que quería: un pasaje al pasado, ambientado de manera tal que pudiera rimar con la tradición arequera.
Más de 20 años después, esa identidad luce intacta: mobiliario antiguo, utensilios de campo, objetos que rememoran otras épocas. La casa, construida en 1850, funcionó como casco de una estancia de la familia Castex y era, literalmente, el borde del pueblo: a partir de allí, empezaba el campo.
Se sirve buena parrilla, pastas, guisos invernales. Un recomendado a los postres: la mousse de chocolate, que es bien casera y replica una receta que le pasó un amigo chef. Ramos Generales suele ser frecuentado por actores famosos, políticos, embajadores y productores de audiovisuales de todo el mundo que ni siquiera se conocen en la Argentina.
Muchos eligen el restaurante de Juan como escenario cotidiano para sus comidas, como fue el caso de Ricardo Darín cuando grabó Kóblic junto a Oscar Martínez. “Acá se sienten como en casa, es lo que buscamos”, dice Juan.
Almacén de Ramos Generales. Zapiola 143. T: (2326) 41-4786. Todos los días, de 12 a 16 y de 20 hasta las 24.
Corazonada
Es la propuesta de altísimo nivel de la renombrada chef argentina Paula Méndez Carrera, que hace más de una década que está instalada en Areco, cambio de vida que se dio después de ser madre por tercera vez.
Su curriculum es envidiable. En 1994 se diplomó en Cocina y Pastelería en la prestigiosa escuela francesa Le Cordon Bleu, de París, ciudad donde se estrenó como cocinera en el hotel Le Bristol y en la pastelería de Gérard Mulot; cinco años después, continuó con sus estudios en Londres, donde obtuvo el Grand Diplôme Le Cordon Bleu. Fue una alumna ejemplar, cuyo conocimiento supo enriquecer con una nutrida experiencia laboral en Nueva York, Líbano, Singapur, Australia, y en cada destino pudo medirse con destacados profesionales.
Gracias a su relación con Le Cordon Bleu, varias veces le tocó representar la cocina argentina en la Ciudad Luz y viceversa. Fue chef ejecutiva en varios restaurantes franceses de Buenos Aires, y chef consultora de La Bamba de Areco, exclusivo hotel y restaurante de la cadena Relais & Châteaux. También condujo programas de TV en El Gourmet.
Hoy, la casona restaurada que bautizó Corazonada es el escenario de su restaurante, que apunta alto. En la propiedad hay huerta de vegetales (incluyen los nativos papines y topinambur), infaltables aromáticas y flores comestibles. De la estacionalidad de estos tesoros depende, en buena medida, el menú.
Algunas de las delicias propuestas: Ravioli de zucchini y gírgolas con crema ligera de azafrán; Pesca del día, vegetales babies, crema anisada y espirulina; Solomillo de cerdo, sauco y boniato; Lomo, papas Anna, gírgolas a la plancha, y chimichurri de hibiscus.
Corazonada. Belgrano 569. Reservas: www.corazonada.meitre.com Miércoles a sábado al mediodía. Viernes, también noche.
El Boliche de Bessonart
Esta antiquísima casona dos veces centenaria alberga uno de los boliches más significativos de la provincia de Buenos Aires. No sólo por las dos plantas que ocupan una esquina sin ochava, sino porque su fachada está literalmente torcida.
Pero a Augusto Bessonart, actual dueño, no le importó y nunca dudó de que su destino era volver a ser epicentro de la vida arequera. Ya lo había sido durante más de cien años como almacén de ramos generales, propiedad de la familia Castex, hasta que en 1951 pasó a manos de la familia Bessonart.
Hace 20 años, la sociedad se disolvió y a la decisión de comprar toda la propiedad se sumó la idea de transformarla en un lugar público. Sin embargo, el camino no estaba allanado. Entre idas y vueltas, el edificio se deterioró y la Municipalidad deslizó la posibilidad de demolerlo por peligro de derrumbe. A pesar de la amenaza latente, Bessonart decidió avanzar. “La rescatamos, por suerte”, dice.
Acá hay ensaladas, picadas de buena calidad y empanadas que las prepara el propio Augusto, quien recomienda especialmente las de cordero cortada a cuchillo. Y un secreto que ya no lo es tanto: la preparación del Fernet es con Pepsi… pero de una forma singular. “No es un invento mío, yo lo veía prepararlo así a mi viejo”, reconoce Augusto. “Y no sólo eso, un cliente de toda la vida me contó que mi abuelo ya lo preparaba así”.
El Boliche de Bessonart. Zapiola 151. T: (2326) 65-5600. De miércoles a viernes, desde las 17 hasta la medianoche. Sábado, domingo y feriados, a partir de las 11 en horario corrido.
Rossita
A fuerza de buena gastronomía, este restaurante se convirtió en un verdadero clásico de Areco, frecuentado por locales y también por turistas que llegan por el poder inclaudicable del boca a boca. Esperanza Rossi y Martín Tarducci –cocinero del espacio– se conocieron trabajando en un restaurante francés de Buenos Aires, en 2002. Tiempo después surgió la posibilidad de migrar hacia Areco, donde terminaron creando, en 2011, este proyecto que llamaron Rossita (es la unión de ambos apellidos), que de a poco se fue convirtiendo en un verdadero fenómeno culinario.
Tanto es así que es realmente necesario reservar con anticipación para conseguir una mesa durante los fines de semana. De afuera, la arquitectura de Rossita acompaña a los típicos frentes arequeros. Por dentro, en cambio, apunta a una decoración más moderna y net. Allí se despliega una propuesta gastronómica que se especializa en carnes y pescados a las brasas (el más popular y celebrado es el pacú). Más que recomendado.
Rossita. San Martín 326. T: 11 4044-4036. De miércoles a sábados a la noche y los domingos al mediodía.
Club Vermut
Es una de las últimas sorpresas de la nueva gastronomía de San Antonio de Areco. El proyecto nació del anhelo de dos amigos, Adrián La Greca y Facundo Cárdenas, que buscaron “inconscientemente volver a esas tardecidas de pueblo, charlas y aperitivos, que conducían a noches memorables”. Encontraron el espacio ideal, una antigua e imponente esquina de dos plantas que supo albergar al coqueto hotel Patio de Moreno. Se ingresa por un living de piso damero blanco y negro, donde suenan discos de vinilo, y un aire de auténtico club de coctelería.
Además, si el clima lo permite, cuenta con un bellísimo patio de paredes de ladrillo a la vista, ligustrinas, enredaderas y una lagerstroemia. El tapeo y el propio vermut son protagonistas de una carta balanceada que ofrece además una selección de platos principales y postres. Imperdibles las albóndigas de hongos.
Club Vermut. Moreno 261 T: (2326) 44-0162. De martes a sábado a partir de las 19.
El Mitre
Es una de las esquinas más icónicas del pueblo. El Mitre Bar Histórico está ubicado frente a la plaza Ruiz Arellano y a metros de la iglesia San Antonio de Padua, sobre una calle adoquinada, flanqueada por enormes plátanos y construcciones coloniales de impronta 100% arequera. Emmanuel De Renzo, su actual dueño, cuenta que la propiedad fue construida en 1854: “Fue el primer hotel de Areco y residencia del primer intendente”. Entre pisos de pinotea, viejas aberturas y un aire clásico, este bar despliega una propuesta que combina exquisitos gravlaxs de salmón, bondiolas a la barbacoa y platos típicos –aunque con toques sorpresa– como la imperdible milanesa napolitana. Además, tienen una excelente coctelería a cargo de Florencia Hermes.
El Mitre. Alsina 151, esquina Mitre. Reservas por MD al IG. De miércoles a domingo, desde el mediodía hasta la medianoche.
Lo de Tito
Muy cerca de la plaza principal de Areco, una pulpería recreada en lo que fue el patio de la casa de los Magdalena. El emprendimiento arrancó cuando decidieron construir en el patio de la casa familiar para tener un boliche de campo. Lo fueron haciendo de a poco, pero el padre de Julia Magdalena –don Tito– murió dos meses antes de la inauguración (en 2014), y así fue que su nombre quedó como homenaje. Julia está en la atención del salón, su marido Marcelo Sabatini en la cocina, su hija Lucía en la caja y su hijo Lucas como mozo. Hay sobrinos y amigos para ayudar, que colaboran con la impronta familiar del lugar. No hacen platos elaborados, ni parrilla, sino pura cocina casera, con especial foco en las minutas. La provoleta, las empanadas fritas de carne cortada a cuchillo y el bife de chorizo a caballo (con dos huevos fritos) tienen sus fans. Hay opciones vegetarianas y sin tacc.
Lo de Tito. Matheu 411. T: (2326) 40-9384. Miércoles y jueves, mediodía. Viernes y sábado, mediodía y noche. Domingo, mediodía. Sin reservas.
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