Cercana a Segovia, no solo es escenario de fabulosas historias de ficción sino que allí se celebran espectaculares fiestas folclóricas y religiosas que la convierten en un destino turístico imperdible.
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Pedraza es uno de los lugares mejor conservados de España en tierras castellanas y por eso fue la locación central elegida por el director vasco Alex de la Iglesia. Detenida en el pasado, con orígenes en el siglo XI, una única puerta de entrada y salida al pueblo porque un muro la rodea, calles empedradas, casas con blasones y 350 habitantes, Pedraza (a 120 km de Madrid), con su belleza intacta, es el ámbito principal donde transcurre la aterradora y policiaca historia bíblica “30 monedas”, cuya segunda temporada se emite los lunes por HBO
En su segunda temporada, la serie dirigida por De la Iglesia junto a Jorge Guerricaechevarría sumó al actor estadounidense Paul Giamatti y narra la lucha de un sacerdote exorcista, exconvicto y boxeador contra las fuerzas del mal en un pueblo remoto a partir del relato evangélico que cuenta que Judas acordó entregar a Jesús a cambio de 30 monedas de plata.
Pero, vamos al escenario. A unos 40 minutos de la célebre Segovia, está Pedraza. Con una preservada conservación, sus méritos tienen galardones. En 1951 ya se ganó un reconocimiento como Conjunto Monumental de España, en tanto que la Fundación internacional Europa Nostra le concedió en 1996 un diploma “por la recuperación de la vida de esta villa medieval amurallada, mediante una respetuosa rehabilitación de sus viejos edificios, con la frecuente colaboración de la iniciativa privada”.
Y, como si fuera poco, en 2019 fue elegida como el Pueblo más bello de Castilla y León y desde 2014 también forma parte de la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Laureles bien ganados por mostrar en su haber urbano y en sus construcciones señoriales el auge novelesco vivido con esplendor en la Edad Media; aunque su tierra rememore pasados romanos y celtibéricos cuatro siglos antes de Cristo.
Qué ver y disfrutar en esta escondida aldea castellana
Este lugar, un tanto laberíntico, está a pocos más de 1.000 m de altitud en el piedemonte segoviano, sobre un promontorio pétreo y acompañado por los arroyos Vadillo y San Miguel. Gran parte de los palacetes y casas con balcones datan de los siglos XVI y XVII. Como la llamada casa de Pilatos (un caserón del 1500) y enfrente una vivienda en tres plantas con un entramado de madera y ladrillo (medioevo puro, digamos), entre otras fachadas con escudos de familias.
Efectivamente, fueron edificados en un tiempo de buenas arcas gracias a la exportación de lanas de ovejas merino hacia el norte de Europa.
La columna vertebral de la ciudad es la calle Real, que lleva al centro de la vida pública: la Plaza Mayor, caracterizada por ser irregular, algo anárquica, como surgida de retazos, muy interesante; aunque sin diseño y a la vez hermosa.
Y si se toma la calle Mayor, se arriba al prominente Castillo, una fortaleza del siglo XIII y, por ende, entre los más antiguos de Europa, que tuvo varios agregados y reconstrucciones siglos después con un muro defensivo equipado de intimidantes cañoneras, un puente levadizo (que ya no está) y un perímetro que en gran parte es un barranco con abrupta pendiente. En la actualidad es sede del Museo Ignacio Zuloaga, que expone gran parte de la obra pictórica de este artista plástico vasco que había comprado el Castillo en 1926.
Por otra parte, la puerta de acceso al poblado, que tuvo reconstrucciones, ostenta portones de madera de álamo negro que en siglos pretéritos permanecían cerrados de noche para abrirse únicamente en caso de emergencia. Había que solicitar el permiso del carcelero cuyo puesto vigilante se hallaba al lado del portón. Bueno, el presidio es otro de los puntos de interés turístico (siniestro, sería un término más apropiado).
La Cárcel estaba ubicada en el terreno donde se hallaba una torre vigía y muestra cómo malvivían los presos comunes y cómo padecían horrores los delincuentes que purgaban crímenes, quienes eran arrojados (como se muestra en la serie) a un sótano sin escaleras de salida. Al caer sufrían lesiones o quebraduras que terminaban con su vida… Mejor omitir aquí otros detalles más tenebrosos de padecimientos, no obstante, cabe citar que se exhiben la mazmorra, el cepo de los pies, los grilletes para el cuello...
Más simpática y relevante resulta visitar la Casa del Aguila Imperial que funciona en la reformada Iglesia de San Miguel, donde se ofrece información acerca de dicha especie de ave de presa y donde los jardines tienen un alto interés botánico. Destacable también la iglesia románica de San Juan Bautista.
Estos son algunos de los espacios que conocieron y en los actuaron figuras de la miniserie con Megan Montaner, Eduard Fernández, Miguel Angel Silvestre y Macarena Gómez, si bien parte de la serie también se grabó en Toledo, Salamanca y Ciudad Real, entre otras.
Ceremonias, tradiciones y una iluminada oscuridad
Muy tradicionales y religiosas son las fiestas patronales en homenaje a la Virgen del Carrascal, en septiembre, cuando se desarrolla la misa y la procesión con su talla recorriendo las calles con cánticos. No faltan ornamentos, juegos infantiles, orquestas, disfraces, torneos y otros eventos. Luego, en la tarde, se visita la Dehesa Vieja (a unos 3 km) para ver los novillos y llevarlos a la Plaza Mayor acompañados de caballistas, previo al folklórico encierro de toros del día siguiente.
Por supuesto, como ocurre en tantas comunidades hispánicas, a lo largo del año se suceden celebraciones, verbenas, encuentros tradicionales, peñas y diversiones populares entre los pedrazanos, donde hace gala su gastronomía típica en base a cordero y cochinillo, asados en horno de leña, acompañados de ensalada de las huertas cercanas.
Pero el toque más encantador y mágico de Pedraza es la festividad “La noche de las velas”, de principios de julio, cuando todas las luces de la ciudad se apagan y se encienden 60.000 velas en los muros centenarios, plazas, edificios estatales y viviendas desde el atardecer y se disfruta al aire libre de un concierto de música clásica, coral, sinfónica, de cámara, de jazz o flamenco, en la explanada del Castillo.
Una nocturnidad placentera y sosegada que se ubica en la antípoda emotiva de quienes sienten que la oscuridad es propicia para el mal… como transita el guion de la producción televisiva que tiene a la agraciada Pedraza como eje.
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