Fue construido en la década del 60 por ambas provincias. El objetivo era conectar la Mesopotamia con el resto del país. Hasta entonces se cruzaba en balsa.
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Hasta 1969, año de la inauguración del túnel subfluvial, el cruce entre Paraná y Santa Fe había que hacerlo en balsa. Si su construcción supuso el orgullo de una obra de infraestructura mayúscula, más importante aún fue el hecho de que a partir de ese momento, la Mesopotamia quedó vinculada en forma directa al resto del país.
Bautizado inicialmente con el nombre Hernandarias de Saavedra, en homenaje al primer gobernador del Río de la Plata de la época colonial, en 2001 pasó a llamarse Raúl Uranga - Carlos Sylvestre Begnis, los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe, respectivamente, que hicieron posible su concreción.
Luego de que el Estado Nacional rechazara todas las peticiones para construir un puente colgante, ambas provincias acordaron sortear las trabas burocráticas eligiendo una modalidad poco ortodoxa. Si la ley no permitía que intervinieran la superficie, nada decía respecto del lecho del río. Así nació la osada idea de generar una conexión subterránea.
Tubos de hormigón, computadoras y lásers
El proyecto empezó a concretarse en 1962 y se inauguró el 13 de diciembre de 1969. Participaron más de 2 mil obreros. Lo construyó la empresa alemana Hochtief AG, que llegó a la Argentina con una ecosonda, un láser y una computadora. Tres elementos que deslumbraron a los técnicos locales y que permitía dilucidar la envergadura de semejante tarea.
Este es el único túnel subfluvial del mundo construido en el lecho de un río de llanura. En su parte más profunda, está a 32 metros debajo de la superficie. Tiene casi 2.5 km de longitud, que se recorren a una velocidad máxima de 60 km y una mínima 40 km, sobre una calzada que tiene 7,5 metros de ancho.
Sentado en la sala de controles del túnel, una extensa habitación repleta de pantallas y botoncitos, Eduardo Mover, subdirector de Electromecánica, dice sin dudarlo: “Esta es una obra de ingeniería impresionante, que si se mantiene como corresponde, va a durar por mucho tiempo”.
El túnel está conformado por 37 tubos de hormigón, de diez metros de diámetro, 65 metros de largo y 4.200 toneladas. Los tubos están unidos entre sí debajo de cuatro metros de arena, que no están en contacto con el agua. Luego de una creciente en 1982, que despejó uno de los bancos de arena y el agua tocó uno de los tubos. Entonces se compraron dos mallas geotextiles de 600 metros x 100 mts (una) y 300 mts x 100 (la segunda), que están adosadas con cemento al lecho y contienen la arena y la protegen de la corriente.
Un barco-isla y buzos en el Paraná
A la estación energética del túnel ingresan 13.200 voltios y ellos mismos poseen transformadores que la bajan a 380 voltios para mantener iluminada la ruta. Hay ocho ventiladores, entre extractores y ventiladores: 4 en Paraná y 4 en Santa Fe. Los extractores “chupan” el aire con unos ventiladores gigantes y a través de unas torres que están ubicadas en los extremos de cada salida del túnel, se ingresa aire puro por la ventilación que está al nivel de la calzada.
Durante la construcción se empleó tecnología láser para alinear los tubos y un barco-isla con el que remolcaban los tubos (fabricados en un dique seco sobre la costa de Entre Ríos) hasta el surco que se iba dragando en el lecho del río. Los tubos se transportaban con compuertas, y una vez encastrados por los buzos, se iba liberando para trabajar desde adentro.
Cómo es su mantenimiento
En la empresa Túnel Subfluvial, un ente bi-provincial que lo gestiona y mantiene, trabajan 200 personas que deben garantizar el cruce de unos 12 mil autos por día, durante las 24 horas y los 365 días del año. Donde además tienen un área dedicada a recibir cotidianamente a turistas, escuelas y contingentes: más de 30 mil personas lo visitan por año.
Después de atravesar el túnel, todo es diferente. De las pronunciadas barrancas entrerrianas, se emerge en la planicie santafesina: la tierra se achata y los bañados copan la escena. Detrás, bajo tierra y agua, queda una verdadera hazaña de la ingeniería.
Datos útiles
Túnel Subfluvial, Solanas s/n. T: (0343) 501-0924. Se ingresa por la ciudad de Paraná, donde está el Centro de Interpretación. Hay videos explicativos, fotos históricas y maquetas que permiten comprender la complejidad de la obra. También se accede a la sala de controles. Reciben visitas todos los días del año (excepto 1º de mayo, 24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero). De 8.30 a 17.30. La visita guiada es gratuita. IG: @tunelsubfluvial visitas@tunelsubfluvial.gov.ar
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