Una pizzería canchera, delicias nikkei, un bistró de noche y un referente de la cocina vegetariana: nuevos sabores para una escapada gourmet a esta activa localidad en expansión.
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Poco evidente, sin un polo definido como en otros enclaves de la zona norte, el mapa gastronómico de Tigre continental reparte coordenadas –las clásicas– en torno al casco histórico y la estación fluvial. Hay otras en el renacido Boulevard Sáenz Peña o en el llamado Paseo de los Antojos; las más recientes se concentran en los pagos de Nordelta y los barrios cerrados, al costado de una autopista o en un centro comercial. En todos los casos, la apuesta es subir la vara.
TIBUK
El bistró del boulevard
Hubo un tiempo en que la cocina de autor brillaba por su ausencia en los alrededores del Puerto de Frutos, aunque no faltaban parrillas, pizzerías y otros espacios gastronómicos de muy buenas intenciones, pero estándar en sus propuestas. Hasta que apareció este mundo paralelo llamado Boulevard Sáenz Peña, un mundo de galerías de arte, tiendas de diseño y un restaurante con carta de la cocinera Juliana López May, una precursora local.
En 2017, Julián Tiberio paseaba por el boulevard, vio una casa en venta y no lo dudó: en ese lugar se imaginó su bistró, que se materializó tras ocho meses de obra. La propiedad reciclada sumó un deck de madera, cocina con equipamiento de última generación y un patio tropical con un colorido mural.
Tibuk es una deformación del apellido de Julián y el menú tiene el sello de su gusto personal, apoyado en los años de experiencia en gastronomía –trabajó en Formentera y José Ignacio–, definido por él como “comida sencilla, pero bien hecha”.
Bondiola braseada con boniato y chutney, risotto de hinojo y queso azul, fainá con burrata o tortellini de calabaza con crema de salvia son algunos de los platos que aparecen en la pizarra y varían de acuerdo con los productos de estación. Para ejecutarlos están las manos expertas del cocinero Germán “Nego” Da Rosa. A pedido del público, los inamovibles de la carta son el rösti de salmón y el strudel de remolachas y queso de cabra. Estas creaciones le valieron el Tigre de Oro (un premio que otorga el Municipio de Tigre) hace un par de años y el reconocimiento de sus pares en la zona.
De entrada, llegan un hummus y panes caseros de cortesía; los vinos (un capítulo destacado) están a resguardo en una imponente cava refrigerada. Al final conviene probar el volcán de dulce de leche con helado de bananas, la crème brûlée o el sambayón con frutas.
Boulevard Sáenz Peña 1263. T: (011) 5197-4660. Martes a sábado a la noche. Conviene reservar.
LA COCINA DE DAKSHA
Devoción y sabores de la India
Hoy es una gran referente de la cocina vegetariana, con un libro recién publicado (La cocina de Daksha, El Ateneo), apariciones en MasterChef y varias celebridades que la siguen pero, en algún momento, Daksha Devi –su nombre significa “experta”, en sánscrito–, cocinera y devota de Krishna, preparaba en su casa hamburguesas de soja cuando casi no existían las dietéticas –ni se hablaba de soja transgénica– y fue una de las pioneras en hacer ghi (manteca clarificada) en el país.
Sigue cocinando igual que como aprendió en el templo Hare Krishna, donde se fue a vivir a los 19 años e hizo sus primeros chapatis, técnica que perfeccionó en sus múltiples viajes a la India. Lo hace con la misma dedicación y humildad, porque de eso se trata su cocina: de servir, de ofrecer los alimentos con amor.
Todo eso se traduce en las sabrosas creaciones que nacen en esta cocina abierta en pleno Tigre, donde mezclan especias (masalas), preparan samosas (empanadas indias), buñuelos, chatnis, hamburguesas de legumbres, curry de vegetales, panir (queso indio) y arroz basmati con coco, entre muchos otros. Sin un menú fijo, los platitos llenos de color y sabor –el maha thali reúne varios para compartir– van llegando a las mesas en un patio arbolado con banderines y paredes pintadas de púrpura. Para acompañar, hay ricos jugos de frutas como el Red Passion, un detox de remolacha, zanahoria y un poco de limón.
Daksha, que vive a cinco cuadras, eligió este espacio como su propio templo. Un día pasó por la puerta y se enamoró de las glicinas. “Yo quiero estar acá, necesito cocinar con luz, pájaros y verde”, pensó. Con la ayuda de sus hijos, Gopal y Sundari, atiende esta “casa de comidas”, donde también realiza clases de cocina, catering, servicio de viandas y take away. “Las especias ayudan a inmunizar el cuerpo”, afirma ella con la fuerza de los mantras que suenan en su cocina de forma constante.
Avenida Liniers 1756. T: (011) 4749-4803. Martes a sábado, de 12 a 16. Domingo, de 10 a 16, take away plus (almuerzo y brunch sin servicio de mesa).
LA CHISPA
Pizza y vereda
No es una pizzería más de Tigre. Primero, porque la pizza se propone ser distinta: una masa crocante y aireada (resultado de una fermentación de 24 horas), con mezcla de distintas harinas y cocinada en horno de leña, y variedades originales: de remolacha caramelizada, de queso de cabra y nuez pecán, de portobellos, de corazón de alcauciles. Segundo, por la alta onda del lugar, influencia de su dueño, Gabriel Miguel, que trabajó muchos años en televisión y viajó por el mundo como camarógrafo de Narda Lepes. A él, que no es un nyc tigrense, pero adoptó el barrio como propio, se le ocurrió usar esta pintoresca esquina como set de eventos culturales, música en vivo, proyección de películas o lectura de poesía. Una esquina viva donde hacer vereda al sol, esperar un pedido y compartir una experiencia multicultural.
Por último, porque van más allá de la pizza y ofrecen, por ejemplo, una focaccia buenísima, un guiso de lentejas vegano, tortilla, calzón relleno de bondiola braseada en jugo de naranjas, empanadas de tres quesos y tres cebollas, tartas de harina integral (berenjenas y tomates, zanahorias y apio, brócoli y puerro) y un chorizo a la pomarola, perfecto para mojar el pancito casero en la salsa.
Si bien hay mesitas y sillas, los habitués curten mucho el comer de parado. Cualquiera de las pizzas se ofrece al corte, por porción: desde la clásica de mozzarella, hasta una fugazzeta con roquefort, rúcula y cherries, o una de tomates asados y jamón crudo (las opciones del día se anotan en una pizarra que enmarca la cocina), y se pueden acompañar con una limonada fresca o una cerveza. En el rubro panes, destacan las ciabattas y baguettes caseras, artesanales y hechas en el día.
Otro detalle no menor es que La Chispa hace una campaña activa a favor del reciclaje y la reducción del uso de plásticos: cuando los clientes van a buscar los platos, los alientan a que lleven sus propios recipientes.
Alsina 699. T: (011) 5058-7300. Miércoles a domingos, de 11 a 23.
LIMA ESTILO NIKKEI
Fusión innovadora
Las mesas negras asoman entre las plantas al fondo del Euskal Herria Plaza, un mall a cielo abierto sobre el corredor Bancalari que convoca a los que viven en los múltiples barrios cerrados de los alrededores. Una gran barra conecta la cocina y el salón –innovador diseño que lleva la firma del arquitecto Teo Shilton–, donde mandan los colores neutros con algunos toques dorados, varios espejos, lámparas de yute, más plantas y una frase en luces de neón sobre la pared: “Muy bonito el bailecito”. La pronunciaba el abuelo de María, Ramón y Santiago García Calvo cada vez que se retiraba de una fiesta. Los tres jóvenes hermanos la adoptaron y les pareció oportuno que adornara el local que abrieron, en noviembre de 2019, junto con el cocinero peruano Pedro Gutiérrez Vargas.
Lima se ganó un lugar entre los foodies de la zona y de más allá también. “Es una fusión entre la cocina japonesa y la peruana, ofrecemos platos creados con los mejores insumos locales adaptados minuciosamente al estilo nikkei y las técnicas orientales tradicionales”, explica María, dueña y anfitriona.
Primera sorpresa al abrir la carta: no todo es salmón. Entre sus platos hay muchos de pesca fresca, como sashimis y tiraditos de pescado blanco –lenguado, chernia–. El hit de la casa es el pulpo pachamanquero, cocinado a las brasas en salsa de ajíes y hierbas andinas, acompañado de papas crocantes, palta y salsa acevichada.
De la sección abrebocas se destaca la causa limeña, plato típicamente peruano que viene repleto de colores y delicadezas, con un suave puré de papa andina al ají amarillo, pulpo anticuchero, sashimi de salmón y tartare acevichado, ideal para picotear y sumar un pisco sour o un cocktail Sakura (gin, shrub de frutos rojos, almíbar y tónica). El roll limeño (langostinos furai y palta adentro, salmón anticuchero por fuera), el niguiri trufado (con aceite de trufa y ralladura de lima) y el ceviche clásico hecho con pesca del día, mucho cilantro, batata glaseada y maíz canchita son otros imperdibles.
Para cerrar, el muy goloso suspiro limeño o el volcán Lima (cacao al 70% y helado de crema) son buenas opciones.
Centro Comercial Euskal Herria Plaza. Av. Coronel Escalada 1200. T: (011) 2325-7464. Todos los días, mediodía y noche.
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