Construido en 1732, fue transformado en 1980 en uno de pocos espacios artísticos de vanguardia de la ciudad. Pero antes tuvo varios usos muy distintos y de ese complejo surgió el nombre del famoso barrio.
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El edificio data del XVIII y su primer destino fue el de un convento de monjes recoletos llegados de España, que con el tiempo le dieron el nombre al barrio, Recoleta. Tras la Revolución de Mayo, se transformó en una academia de dibujo y ese fue su primer acercamiento al arte, aunque en 1822 cambió otra vez de rumbo y devino en escuela de agricultura, una prisión y un cuartel. Unos años después fue el primer Hospital de Clínicas y luego un asilo para enfermos psiquiátricos. Más tarde, Valentín Alsina lo convirtió en un hogar para gente de la calle, y a inicios del 1900 fue un hogar para ancianos, el asilo Viamonte, durante más de siete décadas.
En 1978 volvieron a pensar en el edificio como un reducto para el arte y así se proyectó el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, que recién en los ‘90 fue bautizado como Recoleta. Los arquitectos Jacques Bedel, Luis Benedit y Clorindo Testa llevaron a cabo las reformas necesarias respetando la estructura original. La suma de todas las intervenciones a través de los siglos, le dan al lugar una impronta ecléctica que combina elementos de estilo colonial con rasgos italianizantes y modernos. En esa época, los jóvenes artistas porteños se reunían de forma clandestina en sótanos y locales nocturnos, y en el afán de expresarse construyeron una cultura transgresora. Luego de su inauguración y ya con la democracia, se convirtió en uno de los primeros circuitos oficiales por donde pasaron distintas corrientes artísticas de la danza, la música y las artes plásticas.
Declarado Monumento Histórico Nacional en 1948, tiene 27 salas de exposición, un microcine, un auditorio y un anfiteatro. El auditorio El Aleph, de estilo neogótico, data de 1885 y fue edificado como capilla del antiguo asilo de mendigos y luego hogar de ancianos Viamonte. En esos espacios se desarrollan exposiciones, recitales, conciertos, representaciones teatrales y eventos. Además, hay cursos y talleres, un laboratorio de investigación y producción musical equipado con la más avanzada tecnología, un bar, una terraza, una tienda de objetos de diseño argentino contemporáneo y una residencia para artistas.
Con la idea de seguir el modelo del Centro Pompidou de París y el espíritu del Instituto Di Tella de los años ‘60, el Recoleta reflejó a través del arte la apertura democrática que transitaba el país, reuniendo voces y lenguajes artísticos de la música, el teatro, las artes plásticas, y diversas propuestas artísticas alternativas. En 1989 fue sede de la primera Bienal de Arte Joven, en 1991 y 1997 fue sede de las ediciones de ArteBA; en el ‘97, David Bowie se presentó en vivo, y un año después tuvo lugar la muestra En trance, de Yoko Ono, en la que cien ataúdes se ubicaban en un enorme galpón y del interior de cada uno de ellos crecía un árbol. En el ‘98 Gustavo Cerati presentó su disco solista Plan V. El Recoleta también fue el espacio para que las Abuelas de Plaza de Mayo pudieran hacer visible la búsqueda de sus nietos.
Convento, asilo y restaurante del Gato Dumas
Es uno de los edificios más antiguos en pie de la ciudad y fue construido en 1732, en terrenos donados por don Fernando de Valdez e Inclán. El diseño original es de los arquitectos jesuitas Johann Kraus y Johann Wolff, mientras que el de la fachada y los espacios interiores son atribuidos al arquitecto italiano Andrea Bianchi.
Con la Revolución de Mayo, en 1810, y luego la Independencia, en 1816, los monjes recoletos fueron trasladados a la provincia de Catamarca, y entonces Manuel Belgrano creó una academia de dibujo dirigida por el padre Francisco de Paula Castañeda que funcionó hasta 1822. En ese momento pasó a manos del Estado, después de la reforma eclesiástica, y el predio devino escuela de agricultura, jardín botánico, prisión y cuartel. En 1828, las tropas del General Juan Lavalle se instalaron en el antiguo convento, dando inicio a la rebelión en la que sería asesinado el Gobernador Manuel Dorrego. En 1834, por iniciativa de Juan José Viamonte, un sector del predio se transformó en el primer Hospital de Clínicas de la ciudad y en un asilo para enfermos mentales. En 1858 el Gobernador Valentín Alsina inauguró un asilo de mendigos e inválidos, cuando se prohibió la limosna callejera.
En 1880 se le hicieron reformas al predio y el arquitecto italiano Juan Antonio Buschiazzo agregó nuevos pabellones, aunque los claustros se conservaron intactos. El pabellón de acceso, de estilo italianizante y la capilla de estilo neogótico fueron construidos, junto con pabellones de una sola planta, entre 1881 y 1885. Las obras fueron financiadas con donaciones de porteños de la clase alta. Entre 1893 y 1894 se realizaron nuevas ampliaciones, también a cargo de Buschiazzo, pues el asilo crecía en número de alojados; se agregaron lavaderos, panadería, y nuevas dependencias.
Luego de una breve crisis económica, en 1897, volvieron a encargarle a Buschiazzo una nueva remodelación, y esta vez el arquitecto le dio especial importancia de la ventilación. Sobre estas últimas remodelaciones, el arquitecto remarcaba: “presenta el conjunto un aspecto pintoresco y armónico, bastante agradable en su elegante sencillez. Esta obra ofrece amplias comunicaciones, escaleras de rampas suaves y derechas, servicios sanitarios completos, luz y aire en abundancia, siendo todo sencillo, económico y sin lujo, como corresponde a la morada de los ancianos desvalidos que asila y acoge la caridad pública”. Dicen que Buschiazzo y su hijo Juan Carlos diseñaron las ampliaciones de manera gratuita.
En 1907 el asilo fue transferido al Estado Nacional como parte de pago por el terreno donde se levantaría luego el Hospital Torcuato de Alvear. El asilo funcionó bajo la dirección de la Corporación Municipal de Buenos Aires, pero ante la crítica situación presupuestaria, se entregó la administración de la institución a la orden de las Hermanas de San Vicente de Paul, recuperando así el carácter del antiguo convento. En 1944, las Hermanas transformaron el lugar en el asilo de ancianos General Viamonte, que llegó a tener capacidad para 800 personas de ambos sexos, con la condición de que no tuvieran ni familiares ni medios para subsistir. Según los registros de la época, trabajaban 341 empleados distribuidos en tres turnos.
En los ‘60 se inauguró el primer restaurante del prestigioso chef Gato Dumas en una zona que, con los años, se transformaría en un elegante polo gastronómico. Por ese entonces, además, Plaza Francia era el lugar elegido por la juventud porteña para pasar su tiempo libre y vender artesanías; sobre el paredón del asilo se instaló la feria y en las barrancas de la plaza se reunieron algunos de los padres del rock argentino, entre ellos Pappo, Miguel Abuelo, Moris, Tanguito.
Nace el Centro Cultural Recoleta
Finalmente, el antiguo edificio cambió de destino en 1980 cuando se convirtió en el epicentro del arte joven, ecléctico y de vanguardia. Su segunda gran remodelación fue en 1979, cuando el intendente de facto Osvaldo Cacciatore impulsó un pretencioso proyecto para transformar el viejo asilo en el nuevo Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, adonde se instalarían en una sede única, el Museo del Cine, el Museo de Arte Moderno y el Museo de Artes Plástica. La obra fue proyectada por los arquitectos y artistas plásticos Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit. Aunque la propuesta original fue mantener el estilo, los arquitectos eligieron un lenguaje completamente contemporáneo para su obra, instalando escaleras metálicas junto a los viejos pasillos abovedados y demoliendo varios de los viejos pabellones diseñados por Buschiazzo, casi un siglo antes. El Centro Cultural se inauguró en diciembre de 1980, creció durante la dirección de Osvaldo Giesso (1983-1989) y cambió su nombre por Centro Cultural Recoleta, a partir de 1990.
En el Recoleta funciona el Museo de Ciencia Participativo Prohibido no tocar, un lugar especialmente diseñado para niños; y están las oficinas de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos en la Argentina, en un sector cedido la Municipalidad de Buenos Aires al volver a la democracia, en 1983. En 2001 se inauguró un nuevo y amplio espacio, la Sala Villa Villa, construida gracias a donaciones del grupo de Teatro De la Guarda. En 2005, en el marco de su 25 Aniversario, se reformó el hall de acceso y se restauraron las salas de exposiciones. En 2010, ya para el 30 Aniversario, se restauró el Auditorio El Aleph, que ocupa el edificio de la antigua capilla. Así, el Centro Cultural Recoleta es un curioso conjunto que combina la arquitectura de por lo menos tres períodos bien diferenciados de la historia de Buenos Aires: la primera época colonial y católica, la Belle Époque de fines del siglo XIX, y la Buenos Aires moderna reflejada en las reformas de Testa, Bedel y Benedit.
El paseo de compras
El Buenos Aires Design Center fue diseñado por Clorindo Testa en 1990, en una parte del predio del Centro Cultural Recoleta. El arquitecto aprovechó el antiguo paredón de lo que fue el asilo para excavar bajo la barranca, abrir una galería y construir el centro comercial debajo de la terraza del Centro Cultural, sobre el nivel inferior de la plaza. Esto significó, a su vez, una remodelación para el Recoleta, ya que debió cerrar mientras se retiraba toda la tierra necesaria para el nuevo centro de compras. Inaugurado en 1993, el Buenos Aires Design se dedicaba exclusivamente al diseño, y tenía un patio de comidas que ocupaba la galería cavada en el antiguo paredón. Además, desde 2003 funcionó en uno de los edificios diseñados por Testa, el Auditorio de Buenos Aires. Para mediados del 2020, con la pandemia, muchos locales de diseño y gastronomía cerraron. Ahora, se prevé que para noviembre del 2023 se inaugure un nuevo centro comercial llamado Oh!, un shopping enfocado en el entretenimiento basado en tecnología, simulación, deportes y juegos para todas las edades. Además, tendrá tiendas y un centro gastronómico.
El Centro Cultural Recoleta funciona en Junín 1930, de martes a viernes de 13.30 a 22, los sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22 y los lunes está cerrado.
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