Agrestes, de perfil familiar, con bares, servicios, deportes o paseos lacustres: guía para elegir el mejor spot a orillas de los lagos patagónicos.
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En los alrededores de la villa, a pocos minutos de auto o incluso a pie, hay unas 20 playas públicas para disfrutar de la costa y el agua de los lagos durante el verano.
1. Desembocadura del Río Bonito
Principalmente de arena y una de las más amplias, aparece junto a la desembocadura del Río Bonito, recostándose a lo largo de la orilla del lago Nahuel Huapi. Es muy tranquila y, para quienes quieran disfrutar del sol, una de las playas ideales para la tarde; también tiene sombra junto a los árboles.
Otro diferencial de esta playa: se puede llegar en auto y estacionar en la calle, o bien luego de una caminata por un sendero plano de 1,5 kilómetros que avanza junto al curso del río, atravesando un bosque: esta senda sale desde Fundación Salmónidos.
2. Lago Espejo Grande
Es una de las más populares: el increíble color del agua y su temperatura –entre 18 y 22 grados– convocan. La playa del lago Espejo es de arena, con un muelle de madera en el medio (que la divide en dos) y cuenta con servicio de guardavidas. En la misma costa se encuentran prestadores de deportes lacustres, con alquiler de kayaks y stand up paddle. También hay un parador con mesas al aire libre y servicios, y un estacionamiento muy grande. Antes o después de bajar a la playa, vale la pena hacer unos metros más por la ruta 234, después de la rotonda con ruta 40: hay un mirador para disfrutarla desde arriba, una foto imperdible.
3. Lago Correntoso
El antiguo puente peatonal de madera que cruza el río Correntoso es uno de los puntos turísticos más conocidos de Villa La Angostura. También es la llave de acceso a una atractiva playa: al bajar desde el Camino de Siete Lagos, la misma calle (Cacique Antriao) se convierte en costanera, con un paseo peatonal.
El agua del Lago Correntoso suele ser de las más cálidas de la zona; la playa que está en la cabecera es de arena volcánica, mientras el sector lateral tiene piedras grandes, cómodas para sentarse. Si se busca sol, es un balneario ideal para visitar durante la mañana y las primeras horas de la tarde. Está ubicado a unos 5 kilómetros del centro, tiene bajada para embarcaciones deportivas y hay salidas en kayaks y pequeñas embarcaciones para recorrer el lago. También hay un completo camping.
4. Playa de Pescadores
Si el plan es disfrutar el atardecer desde la arena, este es un buen spot. Para acceder a la Playa de Pescadores hay que tomar el sendero peatonal que sale a la izquierda del puente peatonal del río Correntoso. Está junto a la desembocadura de ese curso de agua (donde se practica pesca con mosca) en el Nahuel Huapi, y tiene un sector no tan amplio de arena pero desde el que se puede esperar el momento en el que sol se pone por detrás del cordón cordillerano.
5. Bahía Mansa y Bahía Brava
A un lado y al otro del istmo de Quetrihué están estas dos playas, a las que se accede caminando desde el Boulevard Nahuel Huapi (donde hay estacionamientos municipales). A la derecha, antes del ingreso al Parque Nacional Los Arrayanes, está la playa de Bahía Mansa (Bahía San Patricio es su nombre real), más calma, con árboles que dan sombra, juegos de plaza y algunos troncos sobre la arena para sentarse. Al otro lado está la playa de Bahía Brava, más abierta y recta de cara al lago, con servicio de guardavidas y sillas anfibias. En las dos hay muelles desde los que parten paseos embarcados.
6. Bahía Manzano
El barrio de Puerto Manzano es uno de los que cuenta con mayor oferta de alojamiento. En su bahía está el puerto deportivo y también la playa pública que se puede visitar bajando por la calle Los Pinos. Por su ubicación, según la hora del día se puede disfrutar del sol en uno u otro lateral.
La zona tiene un abundante bosque, por lo que la costa combina arena, piedras y árboles por igual en este sector del lado este del lago Nahuel Huapi. Desde Bahía Manzano parten excursiones a bordo de veleros y catamaranes para explorar los alrededores desde el agua.
7. Bosque de Arrayanes
Para quienes emprenden la caminata por el Bosque de Arrayanes, la playa es uno de los premios que entrega la misión cumplida. En el punto más lejano al que se puede acceder a través de los senderos –luego de la tradicional casa de té y el punto de información turística– hay una silenciosa playa pedregosa, muy amplia, en la que se puede hacer picnic y descansar con vista al lago. Si se llega a bordo de un catamarán, el amarre será en el muelle de esta playa.
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