Por primera vez, el Museo Nacional de Bellas Artes tiene un café anexado con propuestas para todo el día en sinergia con el ámbito artístico que ocupa.
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Hacía tiempo que el predio detrás del Museo Nacional de Bellas Artes no mostraba señales de vida. Atrás habían quedado los años de Modena Design, el bar que funcionaba de la mano de sponsors como Ferrari y Maserati, donde se respiraba Fórmula 1 y al que le siguió los pasos Mercedes Haus, con Novecento.
Construido en 1960 para la exposición 150 Años de Arte Argentino, el pabellón anexo al museo es obra del arquitecto César Janello, uno de los máximos exponentes del diseño nacional. Y en noviembre de 2021, tras unas temporadas a puertas cerradas, al icónico pabellón situado sobre Figueroa Alcorta (frente a la Facultad de Derecho) le llegó la hora de volver a brillar, ahora en manos de Diego Díaz Varela y con una propuesta radicalmente distinta: no más marcas automotrices y basta de darle la espalda al museo. Por primera vez, se pensó en diseñar un espacio que funcionara como la cafetería y el restaurante del Museo Nacional de Bellas Artes.
Para Diego, que desde pequeño estuvo en contacto con el arte, este proyecto tuvo especial relevancia. Su padre supo ser el presidente de la Fundación Pettoruti, de la que ahora él mismo es tesorero. Al asumir el mando de este proyecto de la mano de La Fernetería, su prioridad fue enaltecer la obra arquitectónica de César Janello. El primer piso del edificio es la última sala del museo y en planta baja funciona el ahora flamante Bellas Artes Bar. Las icónicas Sillas Janello dicen presente en los distintos espacios del complejo, en tanto las carpinterías del local buscan estar en concordancia con la estética del difunto maestro.
En cuanto al concepto gastronómico, se ideó un proyecto integral para abordar todo tipo de público, tal como lo hace el museo. El trío se compone de un stand de sándwiches al paso con una propuesta más informal, una cafetería que funciona durante el día y el restaurante, con un menú orientado a almuerzos y cenas, una carta intervenida por distintos artistas, platos y cócteles de autor.
La Fernetería Bar & Eatery
Con toques de arte
Conquistó Palermo Soho en 2018 y ahora sumó un eslabón aquí, donde redobla la apuesta con una nueva carta para los amantes del fernet y la cocina italiana. La intención genuina de integrarse al mundo de las bellas artes es evidente con platos como los agnolotti Bellas Artes (mitad ricota y mitad remolacha, con pesto de tomates secos), aunque la propuesta abarca desde entradas, postres y ensaladas hasta pastas caseras y carnes en su punto justo.
Los cocktails de la casa incluyen una sección premium con maravillosas creaciones de Martín Suaya que perpetúan el legado del museo. El trago Pablo Picasso, por ejemplo, es un exponente del cubismo, que combina la circunferencia de la copa, el cubo de hielo y el rombo del garnish. El llamado Salvador Dalí parece salido de un mundo surrealista, es muy refrescante y viene dentro de una jaula (hace alusión al freno de la expresión creativa y se abre para “dar rienda suelta al pensamiento irracional y onírico”). Y el Emilio Pettoruti rinde homenaje al pintor argentino: el cóctel vanguardista se ofrece dentro de un cofre como el que usaba el maestro para guardar sus pinceles y pinturas.
Todos los días de 12 h hasta el cierre. Reservas online.
Colette Caffetteria
Antojos a la francesa
El café es italiano y la pastelería, francesa. Su nombre homenajea a Colette Boccara, arquitecta y diseñadora pionera del movimiento moderno en nuestro país, además de primera mujer de César Janello. También ceramista, fundó Colbo en Mendoza, donde producía vajilla en serie elaborada con gres rojo extraído de la Cordillera de los Andes. Su legado continúa con piezas de fuerte identidad local que se pueden apreciar en Colette, un espacio creado a la medida del Bellas Artes Bar.
La nueva cafetería del museo reina en el espacio al aire libre, con livings exteriores y hamacas a la sombra de los árboles. Uno de sus recomendados e irresistibles es el croissant relleno de frambuesa con cobertura de chocolate. Cruffin de manzana y carrot cake son otros destacados de la carta.
También sirven waffles, açaí bowls, scones y chipás, además de opciones más consistentes como huevos varios, omelettes, ensaladas, salmón rosado con fainá y paillard de pollo con vegetales, sándwiches varios y una imperdible Thin Crust (pizza finita y crocante).
Todos los días de 9 a 20. Por orden de llegada.
Trapizzino Shop
Sándwiches romanos al paso
Los famosos trapizzinos de La Fernetería se emanciparon y ahora tienen un stand propio. También conocidos como la fusión entre la pizza y el sándwich (en italiano, tramezzino), se componen de una focaccia cortada en forma triangular y enrollada, que hace las veces de base, mientras el interior se rellena con ingredientes típicos de la cocina romana.
Las nueve variedades disponibles son rigatoni con pomodoro y ricota (se trata de un pan relleno de pasta); mix de hongos con berenjenas, morrones y cebolla; pollo con guacamole y salsa picante; salmón ahumado con huevo revuelto y palta; ragú de bife de chorizo y pomodoro; jamón cocido con pomodoro y mozzarella derretida; burrata con jamón crudo, tomates asados y rúcula; falafel con lechuga, tomate y yogur; y por último el glorioso pastrón con cebolla caramelizada, Dijon y pickles de pepino.
Versátiles como pocos, los trapizzinos maridan a la perfección con el café de la mañana y los aperitivos de la tarde. Por aquí ambién se ofrecen cosillas para picar, cafés y dulces. El broche de oro son los Trapi Cocktails, que continúan con la modalidad al paso y ofrecen tragos embotellados. Hay mojito, garibaldi, cynar Aperol Spritz, Negroni y uno llamado Paseo en Scooter.
Todos los días de 9 a 24 h. Sin reservas.
Bellas Artes Bar
Av. Figueroa Alcorta 2270 +54 9 11 2325-5530
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