Evelyn Hoter es el alma de Peuma Hue, una estancia boutique de 215 hectáreas de naturaleza virgen dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi.
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En 1999, Evelyn Hoter encontró el nombre para su resort patagónico mientras cursaba una gripe en la que se leyó seis diccionarios mapuches. “Ellos tienen conexión plena con la naturaleza y se comunican con el mundo espiritual a través de sueños. Un peuma es un sueño que trae un mensaje importante para tu vida”. Peuma Hue significa lugar de sueños.
“Cuando nosotros llegamos acá, no había servicios y estaba todo tapado de rosa mosqueta. Pero tapado en serio. Tanto, que me tuve que subir al capó del auto para poder ver hasta dónde llegaba el campo. Fue muchísimo trabajo, hicimos todo de a poco. Año a año le íbamos agregando algo. Cada verano, una cosita más”, relata y es fácil imaginarla trepada arriba del vehículo. Es una mujer inquieta y determinada, además de estupenda anfitriona.
La estancia es la encarnación de su sueño. Hoy se compone de varias casonas de madera distribuidas en el parque a estratégica distancia, cada una con su propio bosque de coihues, radales o álamos, integradas a un escenario natural que deslumbra por la presencia de la cordillera y la quietud del lago que baña la costa.
No son simplemente cabañas, tampoco son casas en el sentido estricto. Estancia Peuma Hue está concebida como un ecolodge de múltiples posibilidades, un hotel boutique donde cada casona se compone de suites con vistas panorámicas, confortables, amplias y de cálida ambientación, que comparten un gran living con rincones aptos para el relax, la lectura, la charla distendida y, en tiempos de home office, sentarse un rato a trabajar.
Del otro lado del puente colgante que cruza el arroyo están el establo y la pampa donde pastan los caballos que adoran comer manzanas de la palma de la mano. La huerta agroecológica que nutre la cocina está a 200 mertros del Salón del Ñire, otra casona de techos altos donde se habilitaron espacios de oficina y salas de reuniones para quienes necesitan desarrollar jornadas de trabajo o de estudio sin interrupciones. Pese al entorno rural, todas las casas tienen alta conexión de internet. Dato clave en esta nueva normalidad.
Premiada en Argentina y a nivel internacional por sus prácticas sustentables en el turismo de lujo (elegida por National Geographic entre los hoteles recomendados de Sudamérica, el periódico inglés The Guardian la incluyó en la guía de los 30 mejores ecolodges del mundo), la estancia está ubicada a 25 km de Bariloche y comprende 215 hectáreas en el Parque Nacional Nahuel Huapi sobre la cabecera Sur del lago Gutiérrez, al pie del cerro Catedral.
Cualquiera sea el plan, ya sea vacaciones de aventura, retiros saludables, programas familiares o encuentros corporativos, en Peuma Hue ningún día es igual a otro, pero todos se apuntan a los “baños de bosque”, guiados por la propia Evelyn, reconfortantes caminatas de inmersión en la naturaleza con los cinco sentidos abiertos al bienestar. Un spa a cielo abierto, como le gusta decir a Evelyn.
Lecciones en el bosque
“Es tan hermoso nuestro planeta que no entiendo por qué lo tratamos tan mal”, dice Evelyn, que antes de radicarse en la montaña trabajó muchos años como psicóloga y también estudió filosofía, biología, historia, religión, genética y antropología, entre otras formas posibles de explicar la vida en conexión con el ambiente.
“Yo me siento un árbol más, será por eso que me llevo tan bien con los animales. Tengo el privilegio de despertar todos los días en este lugar sagrado, cómo no voy a compartirlo”, dice, en marcha rumbo a un mirador, a 1.300 metros, desde donde se divisan los lagos Mascardi y Gutiérrez.
En el bosque vemos coihues de base ancha que parecen hombres gordos con los brazos abiertos. Otros tienen troncos finitos como mástiles y se balancean bien alto buscando la luz. Hay lengas que entretejen sus ramas en una maraña de préstamos muy femenina. “Cuando salgo a caminar con niños, yo les digo que lo mismo que pasa con los humanos pasa con los árboles. Para crecer, no sólo dependen de la semilla, sino de dónde cae esa semilla para poder desarrollarse”.
De pronto, el bosque desaparece y caminamos al borde de un río seco, un lecho de piedras, troncos, arena y ramas. “Esto no existía hace 15 años. Es producto de una avalancha cuando colapsó el Catedral Sur, en 2006. Si algo tan estable como una montaña se puede mover, me gusta pensar que eso nos debería decir algo”, reflexiona.
Caminando con Evelyn se aprende a interpretar el bosque, a conocerlo, a sentirlo también. Es una de sus obsesiones, casi su misión en la vida, que quien pise “Peuma”, como ella le dice, se lleve de regreso la experiencia de una energía nueva. Entonces, mientras vamos escalando la ladera a un ritmo que delata que lo hace todos los días, mientras habla con naturalidad, explica pormenores de la vida del bosque. “Las lengas y los coihues son parecidos porque son de la misma familia, Nothofagus, que quiere decir ‘No es un haya’. La lenga es caduca completamente y el coihue renueva sus hojas en parte, por eso siempre se ve un poco verde. En otoño se los distingue bien porque las lengas se ponen rojizas”. Anotada la lección de botánica.
Nos acompañan dos perras, una blanca y una negra. La clarita se llama Tara, en honor a la diosa buda, una Golden Retriever de mirada atenta que es puro entusiasmo. La otra es Sofi, que apareció un día por la estancia y se quedó para siempre. Van juntas adelante como dos amigas contentas, marcando el camino. Cuando Evelyn advierte que pasaron 10 minutos sin verlas, detiene la marcha, gira media vuelta, pone la boca como si estuviera a punto de largar una argolla de humo y emite un aullido de lobo, tres segundos, dos veces. “Disculpen chicas, pero yo no sé silbar y nos comunicamos así”. Cuando amaga con repetirlo, las perras ya están moviendo la cola de nuevo a sus pies.
En acción
Con 2 km de acceso a la costa, navegar es una de las actividades preferidas y aptas para todo público dentro de la estancia. Diego Efron, de Pura Vida Patagonia, experimentado guía de trekking, rafting y escalada en el PN Nahuel Huapi, llega con los kayaks dobles y reparte chalecos, faldones y un par de lecciones rápidas antes de entrar al agua. La propuesta es llegar a la desembocadura del arroyo Van Titter, que nace la laguna Tonchek junto al Refugio Frey. Los que van sentados atrás controlan la dirección en el timón, las que vamos adelante ajustamos la posición a los pedales y todos, sin distinción, a remar rítmica y acompasadamente.
El movimiento se va haciendo cada vez más natural mientras pasan a altura doméstica las bases rocosas de las montañas. El agua es tan transparente que se pueden contar hasta las últimas piedritas blancas, a 40 metros de profundidad. Ya en la playa, con las canoas desparramadas secándose en la arena, hay una caminata de exploración y una merienda de recompensa antes de encarar el regreso a la estancia, que se distingue a lo lejos (una hora de remo) por el cepillo dorado que marcan los álamos en la costa.
Los paseos a caballo son otra opción estimulante para internarse en el bosque de radales y coihues a ritmo manso y en fila india, detrás de Juan Schenfeld, el baqueano de 22 años que monta a Candy, una yegua pintada de andar elegante. Un zaino, una baya y un tordillo, que los huéspedes bautizaron en su momento como Rayo, Gringa y Barak, completan la tropilla que nos lleva sin sobresaltos hasta el mallín que hace de divisoria de aguas de los ríos Negro (en el Atlántico) y Manso (en el Pacífico). El guía comenta que el suelo de ese extenso humedal queda destrozado durante la época de brama de los ciervos, espectáculo sin igual para el que hay que esperar al próximo mes de marzo y seguirlo desde alguna lejana mata.
RN40 km2014, cabecera Sur Lago Gutiérrez, PN Nahuel Huapi.
info@peuma-hue.com
Wpp: +54 9 294 4501030
IG: @peumahue
Confortables casas y cabañas, todas con habitaciones en suite y amplios ventanales al lago, el parque y la montaña. Plan de aventura y programas de bienestar. También, retiros y vacaciones familiares. Alojamiento con servicios opcionales para 2 a 4 personas, desde $27.000 por día.
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