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Las páginas amarillas y viejas guías comerciales son ya una antigüedad, pero si las revisáramos podríamos ver cómo la cronología de los locales que se instalaron en una misma dirección, acaba conformando buena parte de la historia de una ciudad.
La intersección de Av. de Mayo y Perú no ha tenido, si se mira en perspectiva, tantos cambios. Sobre todo si se tiene en cuenta que es uno de los puntos neurálgicos más activos de Buenos Aires.
Esquina Noroeste. De La Positiva a Casa Tagini y El Coloso
En 1912 un joven Carlos Gardel salía sonriente del edificio de la esquina noroeste de Av. de Mayo y Perú. Acababa de firmar su primer contrato discográfico. La empresa era la Casa Tagini, fundada por Giuseppe Tagini, un comerciante italiano que había empezado como ferretero. Después de consolidarse económicamente se instaló en el magnífico edificio Art Nouveau construido por el suizo Christian Schindler, en cuyo local de planta baja se estableció primero la compañía de seguros La Positiva.
Dentro de esos 500 m2 los rubros estaban perfectamente organizados por sectores: ropa para mujeres y hombres, paraguas, abanicos, sombreros, artículos para el hogar, lentes, gramófonos, fonógrafos, cilindros, discos. A comienzos del siglo XX, el disco, a pesar de que era un objeto suntuario, se había transformado en una pieza clave para la difusión de la música, y por eso Tagini tuvo la idea de empezar a representar a grandes figuras. Además de Gardel, el empresario italiano fue el motor de las carreras de artistas de la talla de Gabino Ezeiza, José Betinotti, Angel Villoldo o Alfredo Gobbi, entre muchos otros.
A Tagini le siguió la tienda El Coloso. El edificio fue luego “planchado” y finalmente demolido en los años 60.
Esquina Sudeste: A la Ciudad de Londres
En la esquina sudeste se erguía el imponente edificio de la gran tienda A la Ciudad de Londres. Los hermanos Brun habían iniciado el negocio con el nombre de “Salones Argentinos” en un pequeño local de la calle Florida con apenas siete empleados. En 1876 se mudaron a Perú y Victoria (actual H. Yrigoyen), y así surgió la “primera casa de ventas de Buenos Aires montada al estilo del Louvre y el Bon Marché de París”, según la presentaba el diario La Nación de la época. Gracias a una perfecta organización y un excelente sistema de ventas, hicieron de ella el lugar preferido de la high life porteña. Pero el 19 de agosto de 1910 un incendio la destruyó por completo, y unos 600 empleados quedaron sin trabajo. Aunque fue por poco tiempo, porque la casa Gath & Chaves absorbió a la mayoría al abrir, en la esquina noreste, su anexo.
Esquina Noreste: Gath & Chaves
Se levantaba allí, en el edificio de Ortiz Basualdo que en 1895 había construido Edwin Merry, la Sastrería Schwarz & Marolda. En mayo de 1910, y en apenas cuatro meses, el arquitecto italiano Salvatore Mirate, reformuló el edificio para albergar el anexo Gath & Chaves. Desde 1954, funciona en la planta baja la confitería London City. Enfrente, en Av. de Mayo 602, donde ahora hay una cadena de farmacias, funcionó la Confitería París, de Cristóbal Solari e e hijo, que pasó a llamarse Ciudad de París y luego Montevideo Chico.