La coqueta costa francesa de Antibes –entre Cannes y Niza– en una nueva temporada de competencias mediterráneas de yachting para grandes embarcaciones tradicionales; el velero argentino Matrero, diseñado por Germán Frers, está otra vez en la grilla de partida tras la buena performance del año pasado.
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La regata internacional Les Voiles D’Antibes inicia a fin de mes la campaña 2024 de los yates tradicionales más hermosos del mundo con la participación del reconocido y legendario Matrero, el velero diseñado por Germán Frers y capitaneado por su propietario, Rafael Pereira Aragón, junto a una tripulación experimentada.
“El lugar es fantástico, el mar un deleite y esta es una chance extraordinaria; pero sabemos que es un desafío internacional muy exigente con deportistas de primer nivel, incluso hay medallistas olímpicos. Son buenísimos. Y los barcos también. Pero estaremos surcando en las mismas condiciones”, dijo a LUGARES el líder del equipo.
Alineadas frente a las murallas del disfrutable casco antiguo, las velas de medio centenar de embarcaciones de las categorías Epoque, Classique y Spirit of Tradition se deslizarán sobre las cristalinas aguas aprovechando los vientos para recorrer 23 km de las costas en el marco de esta 29ͣ edición. Y nuevamente participará el citado navío representativo del Club Náutico San Isidro que en 2023 fue tercero en la categoría Classic clase IOR.
El reto concluirá el 2 de junio, pero además de la competencia marítima, en la costa habrá eventos, shows, gastronomía, venta de indumentaria e instrumentos náuticos y hasta conciertos de pop, rock, salsa, disco… para divertirse en las noches en el playón del Puerto Vauban, célebre por ser uno de los puertos deportivos más grandes y antiguos de Europa, con una historia que se remonta a la época romana.
Como es sabido, la Costa Azul tiene varios enclaves prestigiosos por sus visitas. Antibes también registra nombres de figuras que la han elegido como destino vacacional o residencia, como Pablo Picasso, el escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald (El gran Gatsby), el británico Graham Greene, el actor Tom Cruise y las actrices Marlene Dietrich y Nicole Kidman, entre tantos otros.
Más recientemente, eligieron este destino el entrañable Kun Agüero y su pareja Sofía Calzetti, quienes se hospedaron en el fantástico y señorial Hotel Du Cap-Eden-Roc, una residencia bellísima construida en 1870 y emplazada en un entorno paradisíaco junto al mar.
James Bond también estuvo aquí -con una joven- en la primera escena del film Los diamantes son eternos; pero no en plano amoroso; Sean Connery la interrogaba (y amenazaba) para que confesara el paradero de su archienemigo de turno. Vale agregar que este exquisito parador fue además el lugar preferido del novelista francés Julio Verne, del pintor bielorruso Marc Chagall y de una de las estrellas de la edad de oro de Hollywood: Rita Hayworth.
Un recorrido que encanta y relaja
Pero al margen de lo deportivo y las celebridades, Antibes entusiasma para explorar las marinas con los coloridos barquitos pesqueros activos en las mañanas y deslumbrarse además con los espléndidos y lujosos yates de tripulantes o pasajeros que seguramente se alojarán en algunas de las mansiones discretamente ubicadas entre la vegetación o en hoteles palaciegos.
Disfrutar de nadar en el Mediterráneo y relajarse al sol en las playas de arena fina -plan insoslayable en tiempos estivales- es muy sencillo porque son de muy fácil acceso y cercanas, como ocurre con los balnearios públicos de Sales o la Gravette. Si la elección es algo más privado, a unos 4 km es recomendable la cala de la Garoupe con su faro.
Al caer el sol, es tiempo de paseos por la ribera, tan lindos con los paisajes aquellos atardeceres pintados por el impresionista Claude Monet durante su estancia en la Riviera Francesa. Entre ellos, el óleo sobre tela “El Fuerte de Antibes”, de 1888.
Ya en el centro histórico es un deleite transitar por la seguidilla de calles angostas circundadas de fachadas antiguas con flores Santa Rita o geranios y puertas variopintas alternadas por pequeños negocios de moda, diseño, souvenirs, cafés o detenerse para comer en algunos de los restaurantes ubicados alrededor de las plazas.
Parte de la entretenida caminata es conocer el refinado e impecable Mercado Provenzal, que es un alarde de colores y fragancias de flores y diversos productos comestibles frescos. Eso sí, da pena ser turista frente a los mostradores de quesos y embutidos; pena de no estar cerca de casa para llenar al menos una bolsa de sabores.
Emblemas con historia y arte
Icónica presencia edilicia es el geométrico y estrellado Fuerte Carré, considerado Monumento Histórico, donde estuvo 10 días preso Napoleón Bonaparte durante la Revolución Francesa. Esta fue una de las primeras construcciones estratégicamente amuralladas que se levantaron en el Renacimiento bajo las órdenes del rey Enrique II. Por este bastión también se paseó el agente 007 junto a Kim Basinger en la película “Nunca digas nunca jamás”. Fue una persecución memorable alrededor de la impresionante estructura.
Hablando de ficciones, otro hecho que rescatan los antibois (tal el gentilicio local) es que fue donde el escritor Nikos Kazantzakis concluyó su maravillosa novela llevada al cine como “Zorba, el griego”. Una placa lo homenajea en la plaza principal de la Comuna Libre de Safranier (un barrio con cierta autonomía) creada en 1966 y que tiene su propio alcalde.
En el casco antiguo, frente al mar y al lado de la Catedral de Nuestra Señora de la Platea (que es monumento histórico desde 1945) está el templo que honra a la principal figura cultural de su historia: Picasso. En 1925 el Castillo Grimaldi fue adquirido por la ciudad y en 1946 el pintor aceptó la propuesta de instalar ahí su estudio. Entre septiembre y noviembre creó 23 cuadros y 44 bocetos. Veinte años después se creó el Museo homónimo y a esta generosa producción se sumaron aportes de piezas cerámicas y obras pictóricas compradas que enriquecieron y conformaron una valiosa colección.
En tanto que la foto imperdible también se ata a lo artístico. ¿Cómo no hacerse una toma en una inmensa escultura hueca de 8 m de altura? Nómade es el nombre de la obra del artista español Jaume Plensa que representa un hombre sentado, mirando el Mediterráneo y hecho poéticamente de un sinnúmero de letras.
Si el tiempo lo permite, vale recorrer la próxima Juan-les-Pins, del otro lado de la península, reconocida por su impresionante pinar, las playas de arena dorada, los casinos y la activa vida nocturna. Asimismo, a unos 5 km, está Marineland, un parque temático que es el zoo marino más grande Europa, con orcas, delfines, lobos marinos y tiburones, entre otras atracciones y juegos.
Por supuesto, el foco desde el jueves 30 son las regatas con multitudes de entusiastas en las playas y barcos para palpitar las vicisitudes de los nobles y resplandecientes veleros históricos minuciosamente mantenidos y restaurados con una pasión única.
El Matrero argentino será tripulado por Sebastián Córdoba, Felipe Varela, Diego Weppler, Gustavo Fernández, Alejandro Chometowski, Martín y Eduardo Zimmerman, Félix Fernández Madero, Tomás Peuvrel, Martín Busch y Pereira Aragón.
“Son cuatro días para sumar puntos en la clase IOR Classic, que tradicionalmente fue la fórmula 1 de la vela oceánica hasta principios de los 80 y hoy es una categoría dentro de las regatas de barcos clásicos. Tenemos una gran expectativa porque en 2022 conseguimos el primer puesto, al año siguiente el tercero y esta vez ¡vamos a tratar de volver a ganarla!”, concluyó Pereira Aragón.
Diez días después de Les Voiles D’Antibes, le pondrán el cuerpo y la energía a la siguiente competencia europea, que tendrá como escenario la costa italiana tirrena de Porto Santo Stefano de Monte Argentario.