Tiene 80 años y es anfitrión de Estancia Los Patos, un establecimiento que queda en San Miguel del Monte, que recibe huéspedes y que promueve la agricultura a favor del medioambiente.
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“Se ha liquidado la materia orgánica de nuestro suelo. Le han sacado todos los nutrientes y lo han empobrecido cada vez más. Han hecho minería con nuestra tierra”, asegura Ángel Estrada, homónimo y bisnieto del fundador de la editorial que marcó a más de una generación. Economista, estuvo 23 años al frente de la empresa de su familia, pero siempre se inclinó por el campo. Tío del polista Adolfito Cambiaso y primo de la periodista Mónica Cahen D’ Anvers, es amable anfitrión en Estancia Los Patos, sobre la RP 41, en San Miguel del Monte, a solo una hora y media de Capital Federal. Y tiene anécdotas, además de lecciones revolucionarias, para compartir.
“Hace doce años que en este campo no usamos químicos”, anticipa Ángel, copetín de por medio, para empezar a hablar de un tema que le preocupa y lo ocupa hace ya un tiempo. “No hay que matar los yuyos. Tienen que ser bienvenidos porque poseen nutrientes que otros pastos no tienen. Al sembrar hay que tratar de que nunca se vea la tierra; que todo el terreno esté cubierto de verde”, agrega Estrada, ante la mirada atenta de su actual mujer, Angélica Guerrico. Y, con efusividad, pero súper didáctico, sigue: “Con los agroquímicos han matado a los escarabajos, que son uno de los insectos que más fertilizan la tierra. Ellos hacen pelotitas con la bosta y la meten bien abajo en la tierra para alimentar a sus crías. Se ha matado también buena parte de la reserva de lombrices, que son las que hacen galerías y airean la tierra”.
Radicado entre la estancia y su casa de Buenos Aires, Ángel maneja el campo de 230 hectáreas que, entre otras cosas, tiene una plantación de alfalfa y potreros con ganado vacuno. Entonces cuenta cómo es que empezó a preocuparse por el medioambiente, cuando muy pocos de su generación lo hacen. “Una vuelta me encontré con un viejito que me vendió un fertilizante natural y me detuve a escucharlo… Después le presté atención a la familia Vasquetto, de Córdoba, que siempre siguió los principios de un brasileño que estudió la biocenosis –vida debajo de la tierra– y que no fue demasiado considerado mundialmente solo por ser de izquierda. Es que hay muchos poderes económicos asociados a las grandes empresas que venden químicos”, reflexiona Ángel y destaca también el conocimiento de André Marcel Voisin, el francés que estudió la ley de crecimiento del pasto. Según el galo hay una llamarada del crecimiento del pasto: que las vacas coman la parte de arriba, hasta una altura determinada, pero dejen la parte inferior.
“El pastor es el nuevo revolucionario de este siglo”, apunta mientras caminamos entre la alfalfa. “Porque el pastoreo racional consiste en dividir el potrero en potreritos, por medio de alambre eléctrico, y que las vacas no estén más de tres días en un sector, mientras el resto de los sectores descansan. Es un sistema de rotación que permite aprovechar mejor el momento de cada pasto y que permite mantener siempre verde el potrero, como una gran pantalla solar. Porque si hay pasto, el sol puede hacer la fotosíntesis: transformar la energía en azúcar e ir a las raíces de las plantas”, señala Ángel, de espléndidos 80 años. Y sobre la presencia de plagas responde que, si hay pastoreo racional, los mismos organismos de la tierra están preparados para combatirlas naturalmente.
Además, sorprende: “Aquellos que respetamos este sistema no solo cuidamos el medioambiente, sino que además tenemos buena rentabilidad. No gastamos en químicos; solo invertimos en alambre y en personal que trabaje moviendo la hacienda. Es sustentable desde todo punto de vista”, apunta Estrada. Aunque lógicamente aclara: “El que tiene soja me escucha y dice que soy un loco. Porque ¡ellos matan todo! Es el monocultivo que va a destruir el planeta. No quieren saber nada con esto… Mientras tanto, les entra la guita. De todas maneras, en Estados Unidos hay quienes están haciendo ensayos con soja perene, que no hay que volver a sembrar. Lo mismo con el maíz”.
Curioso, estudioso y didáctico, además de apasionado, Ángel cuenta que hace algunos años él y unos pocos locos hablaban e implementaban estas teorías, pero que ahora en Argentina son cerca de 5.000 los productores de distintas asociaciones que están organizados. Juntos, dan cada vez más seminarios y talleres sobre el pastoreo racional. “Es cuestión de que se hable del tema y de desterrar mitos. Porque ojo que yo era uno de esos que hacía bolsa el suelo, ¡eh! Tenía un campo en Balcarce y le metía herbicidas a lo loco. ¡Hacía todas las macanas! Incluso pasaba con el arado, que es lo peor que le podés hacer al suelo. ¡Imaginate que te den vuelta tu casa una o dos veces al año! Lo hemos hecho toda la vida y así, en los últimos cien años, hemos destruido la fertilidad de nuestra pampa”, asegura Estrada y celebra que como las tierras de Los Patos siempre fueron bajas, nunca padecieron el arado y por eso no están tan maltratadas.
Datos útiles
Estancia Los Patos. Nació como parte de Estancia El Rosario, que supo tener 130.000 hectáreas adquiridas entre 1806 y 1821 por Antonio Dorna, ancestro de Ángel Estrada, noveno contador del virrey Rafael de Sobremonte. En tiempos de Juan Manuel de Rosas –vecino con Los Cerrillos–, sufrieron una confiscación, pero recuperaron las tierras por vía judicial. La casa principal de la estancia fue construida en 1969 por el actual dueño y aloja huéspedes en cinco amplias y bonitas habitaciones para dos personas –tres en la casa principal y dos externas–. Tanta es la historia que condensa el lugar, que los huéspedes se sientan en las sillas en las que solía sentarse Santiago de Liniers antes de las Invasiones Inglesas y comen en los mismos platos que utilizaba el fundador de Editorial Estrada, allá por 1870. La estadía incluye la posibilidad de disfrutar de la pileta, además de vivir un día de campo con cabalgata, arreo de animales y tareas en la huerta. El chef Francisco Meyer Ayala está a cargo de la cocina y prepara delicias luego de consultar preferencias de los huéspedes, mientras que Victoria Gahan es quien recibe y con simpatía coordina detalles de la estadía. RP 41, San Miguel del Monte. T: +54 9 (11) 2659-1677. IG: @estancialospatos
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