Julieta, Marina y Eugenia Lettieri eligieron vivir en el mismo edificio. Entramos en sus departamentos que, con plantas similares, reflejan tanto lo que las une como el estilo de vida de cada una, y nos cuentan cuáles son las claves para que la experiencia de ser vecinas sea todo un éxito.
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La arquitecta Julieta Lettieri fue la primera en mudarse al edificio Olivos Puerto I, proyectado por los arquitectos Gambotto & Sánchez Guex + Lescano, cuyo lujo mayor es la vista al río desde una fachada vidriada. Cuando las hermanas de Julieta siguieron sus pasos, ella y la arquitecta Floriana Chab, socias en el Estudio +54, proyectaron las reformas en los departamentos de Marina y Eugenia.
1. Julieta
Pionera entre las hermanas Lettieri, Julieta y su novio, Rafael Ferrari, fueron los primeros en mudarse al edificio. Aunque se había usado como oficina, Julieta enseguida vio el potencial de esta planta, un poco más ancha que las de sus hermanas, que la cautivó con la doble altura y la vista al Río de la Plata. Arquitecta y amante de la decoración, una serie de modificaciones basadas en el interiorismo fueron suficientes para moderar la presencia del hormigón, el vidrio y el cemento alisado de los pisos, rasgos que forman parte del estilo contemporáneo del edificio. Poniendo en primer lugar sus gustos, organizó sectores integrados pero bien definidos.
En el comedor se eligieron muebles y objetos en fibras que contrastaran con la estructura industrial de la construcción. La mesa de madera maciza, de Talleres Sustentables, se combinó con unas sillas tejidas (Cömodo Muebles) y una bandeja de fibras naturales de Claudia Adorno. Las lámparas colgantes de La Feliz y el cuadro de la serie ‘Co.inK’, realizado en chapa (Aquiles Arte) suman diseño.
"Desde el principio supimos que el comedor estaría en el sector de doble altura, porque queríamos jerarquizar este espacio que para nosotros es tan importante, con una buena mesa y el efecto de las lámparas colgantes."
Arq. Julieta Lettieri, cofundadora del Estudio +54
Vista y vecindad con el río
“El sillón del living, es ideal para tirarse a ver tele. La estructura es flexible: está compuesta por dos cubos, y los apoyabrazos tienen la misma medida que los respaldos; por eso se adaptan a dos configuraciones distintas”
La vista al Río de la Plata es uno de los grandes atractivos del departamento que, aunque tiene poco más de 100m2, se vive como una casa.
Vista cotidiana a los amaneceres o la salida de la Luna desde el balcón, o caminata al muelle de Olivos y sus restaurantes cercanos, a tres cuadras.
La cocina
La cocina se actualizó por completo con intervenciones inteligentes: pintaron la alzada de venecitas con pintura epoxi, diseñaron la alacena en beige y remataron con el bajomesada en un tono de verde que es tendencia.
Oficina suspendida
Con sus vistas abiertas, el estudio es un lugar inspirador. La mesa de pinotea fue hecha por la mamá de Julieta, que también es arquitecta, mientras que la alfombra y la silla plegable de acrílico fueron heredadas. La biblioteca, diseñada por la dueña de casa, es una estructura de tres módulos con cajones y estantes de chapa, que apenas se despega de la pared.
De la época en que funcionaba como oficina, mantuvieron el puente con piso transparente y, para el estudio, que balconea hacia el living, hicieron un cerramiento de vidrio y hierro
Al resguardo
Entusiasmados por el paisaje, al mudarse organizaron el dormitorio donde hoy está el estudio, pero después decidieron pasarse a este cuarto, más reservado y con vestidor. La cama tiene un respaldo (Apatheia) de terciopelo y mesas de luz suspendidas. En el espejo, apoyado contra la pared se refleja el escritorio y se ve el amanecer sobre el río.
2. Marina
Marina venía de vivir en el exterior cuando surgió la posibilidad de desembarcar en el edificio en el que ya estaba Julieta. Antes de mudarse, evaluó todas las variables y las positivas ganaban por goleada. Decidida a instalarse, le confió la reforma del departamento al Estudio +54.
Tenía una premisa clara: la cocina debería ser el centro de la casa y prefería una isla a un comedor formal. Las arquitectas atendieron su pedido: eliminaron la división entre la cocina y el living, y plantearon un mueble que funciona como fuelle entre los dos sectores y sirve como espacio de trabajo y apoyo. En frente y con las mismas líneas, la isla tiene lugar de guardado y se prolonga en una mesa, la única alta para comer.
"En el departamento de Julieta, se nota el valor que se les da a los objetos de diseño, al trabajo hecho por artistas y el gusto por lo ecléctico. En el de Eugenia, se ven la avidez por viajar, la capacidad de orden y de optimizar recursos. En el mío, creo que logré la sensación de hogar que dan la unidad y la calidez."
Marina Lettieri, dueña de casa
Sumar calidez
Al igual que su hermana, Marina no sentía que la propuesta más industrial de la construcción respondiera tanto a su estilo, de ahí la decisión de reformular los ambientes existentes para darles su impronta. En el living, un sillón en L se tapizó en pana naranja con tela antimancha (Baume) y se acompañó con una banqueta de hierro esmaltado (Taller A Prima) y una alfombra de lana cruda (Elementos Argentinos).
“Elegí una paleta vibrante, con colores como naranja y tonos tierra que generan calidez y armonía, y combinan con el verde de las plantas, con la madera y los detalles en negro que son parte del estilo del edificio”
En su justa medida
Aunque Marina supo enseguida que mudarse cerca de sus hermana era una ganancia, no esconde que una de las claves de la convivencia son los encuentros cortos, a veces de 20 minutos. Responsable de su reforma, el ejemplo de su hermana le sirvió para saber que el cuarto más reservado era la mejor opción sin necesidad de una prueba piloto.
“Cuando me mudé, no quise llenarme de cosas. Me gusta que todo tenga un sentido. Por eso, hay detalles que todavía están en proceso”
3. Eugenia
Cuando Eugenia sintió que era momento de dejar la casa familiar, nada podía ser más tentador que mudarse al mismo edificio que sus hermanas. Ubicado en un entorno natural, cerca de sus padres (y mucho más cerca de Julieta y de Marina) y en la zona del club donde juega al hockey, la ecuación cerraba por todos lados.
Criadas en una familia con varios arquitectos, la menor de las tres ya tenía varias ideas para su primer departamento: quería una ambientación minimalista, también le gustaba la onda industrial del edificio, pero la atraía un estilo bohemio y décontracté. El problema era unir esas inspiraciones tan distintas. Finalmente, un viaje a Ibiza con sus paisajes, la atmósfera y su estilo de vida, marcaron el rumbo de la reforma. Eugenia supo cómo hilvanar una decoración depurada y luminosa que la hace sentir de vacaciones en su propia casa.
Uno de los aspectos que más llama la atención de los visitantes (y que evoca el estilo mediterráneo) es la pintura de las paredes, que tiene una terminación aterciopelada, con la textura de un estucado.
Vacaciones todo el año
“Quería lograr un clima que me diera placer porque hago home office y estoy mucho tiempo en casa. Por eso, elegí muebles de madera, texturas de microcemento y una paleta de tonos claros”, cuenta Eugenia. Uno de los detalles fundamentales ala hora de recrear eso que buscaba fue la pintura “Velvet” (Alba), que tiene microperlas que le dan un efecto iridiscente. Las lámparas tejidas de fibras naturales, son otro de los elementos clave a la hora de generar clima y son de De La Luz Pantallas.
Detalles que son todo
Si de Ibiza hablamos, imposible pasar por alto el módulo hecho en placas de yeso, con nichos de líneas curvas: punto focal de la planta baja. Al igual que Micaela, Eugenia quería una cocina integrada, pero no estaba dispuesta a resignar el comedor. Como la quería chiquita y despojada, la ingeniera ambiental pidió explícitamente a las arquitectas que no hubiera espacios que invitan a acumular.
"Las alacenas son elementos que se dan por sentado, pero cargan visualmente los espacios y llevan a acumular cosas que no son necesarias."
Eugenia Lettieri, ingeniera ambiental
La cofradía
“Me encanta vivir en el mismo edificio que mis hermanas. Si a alguien le tienta la posibilidad de hacerlo, se lo recomiendo mucho. Siempre tuvimos buena relación y creo que podemos sostenerla por nuestra comunicación, porque somos muy sinceras”, cuenta Eugenia. Si sobrevivieron a una obra, seguro pueden convivir sin problemas.
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