Con una ubicación privilegiada, sus 500m2 están marcados por una propuesta que reúne antigüedades, arte argentino contemporáneo, muebles de estilo y clásicos modernos.
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“Nos gusta combinar elementos de distintas épocas y orígenes”, afirman Marcelo Lucini (fundador de Aire del Sur) y Ariel Estanga. Lo dicen en referencia a su casa, un piso en un edificio de finales del siglo XIX, pero también al trabajo que hacen en su estudio conjunto. En los 500m2 de su departamento de estilo francés conviven obras de arte contemporáneo, antigüedades y muebles firmados, además de una variedad de objetos de los que se declaran coleccionistas, entre ellos los cristales de Murano.
Fueron la espacialidad y los techos altos los que los inclinaron por este departamento, aunque sabían que iba a implicar embarcarse en una reforma. Decididos a mantener algunos aspectos originales y modificar otros por completo, la dupla quería evitar la estética señorial y lograr una casa que los representara. Así fue que, mientras que las boiseries y las chimeneas permanecieron intactas, reciclaron baños y cocina y cambiaron la disposición de las habitaciones para imprimirle al conjunto su sello personal.
El living de Marcelo Lucini y Ariel Estanga es un reflejo de su gusto ecléctico. Amantes del arte contemporáneo argentino, ambos coleccionan piezas de renombrados artistas.
En el bar
Infaltable, el bar tiene su lugar protagónico gracias a la obra del artista marplatense John Mc Cam. Una lámpara plateada de la firma italiana Flos y unos muñecos de Karl Lagerfeld, para quien Ariel Estanga trabajó como cabeza de diseño en su línea de zapatos, acompañan las botellas y elementos de Aire del Sur, la firma con la que Lucini saltó a la fama hace más casi veinte años.
Espíritu coleccionista
“Soy coleccionista por definición. Hay alrededor de ciento cincuenta piezas de vidrio de Murano distribuidas por toda la casa. Otra pasión que tengo desde chico es el arte argentino”, comparte Lucini. En el estar íntimo se exhibe una colección de jarrones en la que conviven diseños de Gio Ponti, Marius-Ernest Sabino o François Legras con algunos provenientes de Murano.
El comedor recrea un salón parisino con su boiserie y la araña de caireles de cristal, originales del departamento. Un tapizado en pana rosa (para las sillas) y lila (para el sillón) fue la única licencia con la que dieron un guiño al juego de comedor estilo Imperio que perteneció a los antiguos dueños de casa.
Cocina de autor
La cocina tiene una estética despojada e industrial que la distingue del resto del departamento, pero no abandona los grandes nombres del diseño. Una mesa de los años 50 laqueada en negro brillante se acompañó de sillas de madera y metal, un modelo clásico de Jean Prouvé. Estética pero funcional, cuenta con una amplia superficie de trabajo en L y un extractor protegido por una estructura de hierro y vidrio esmerilado.
Uno de los ambientes que se remodelaron por completo para adaptarlo a una nueva y confortable funcionalidad fue la cocina. La diseñó nada más y nada menos que Germán Martitegui
Galería privada
“Había cinco dormitorios, que redujimos a dos para generar grandes dimensiones. Además, dejamos las paredes del corredor con el acabado rústico que quedó tras sacar el empapelado y rediseñamos la cocina para darle un toque industrial”, cuentan los dueños de casa.
Según la pareja, el largo pasillo que conecta toda la planta fue uno los tantos elementos que los conquistaron, ya que enseguida lo pensaron como una galería de arte.
Único en todo sentido, el departamento tiene catorce balcones franceses. Las puertas ventana, repartidas por toda la planta, le dan una luz espectacular a todos los ambientes.
Suite principal
Gracias a las reformas estructurales, la pareja logró tener una suite en la que además se integra el escritorio y un espacio de relax. Aquí también los muebles de estilo y los contemporáneos conviven con parte de la colección de arte de Marcelo: dos estrellas doradas de Tom Dixon y obra pictórica de Josefina Sierra Guzmán además de un tríptico de JOJO sobre la cama.
"En el dormitorio mantuvimos el color que había debajo del antiguo empapelado. De esta forma logramos un efecto moderno que resalta dentro de la elegancia propia del departamento."
Marcelo Lucini y Ariel Stanga, dueños de casa
Reorganizar espacios
El vestidor ocupa un cuarto entero y fue diseñado por los dueños de casa. La estructura de barrales y cajoneras amuradas a la pared se acompañaron con una banqueta Barcelona de cuero negro y una lámpara Sputnik al centro del vestidor.
Aunque el baño se recicló, se buscó conservar el espíritu de la construcción original. La bañadera de época, los pisos y revestimientos y los detalles como jaboneras y toalleros siguen esa línea.
Joyita de época
Ubicado en el corazón de Retiro, el edificio es una joya de estilo francés de fin del Siglo XIX. Pisos y alzadas de mármol, ascensor y escaleras con hierro y bronce y molduras pintadas en dorado están perfectamente conservados. Todo un viaje al pasado.
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