Los socios del estudio Vayes Augusta Arquitectos, y dueños de casa, lograron conectarse con el lugar y potenciar sus proyectos laborales y creativos.
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Hacía tiempo que los arquitectos Agustina García Albarido y Martín Bayley Bustamante, socios del estudio Vayes Augusta Arquitectos y dueños de casa, evaluaban dejar la ciudad para instalarse en Manzanares, donde se crió Martín. Finalmente, a comienzos de 2020 compraron este terreno en el barrio Los Cerrillos y, a la vez que transitaban el embarazo de su hija, empezaron a trabajar en proyectos de arquitectura dentro de la zona. De esa unión creativa nació el deseo de su propia casa, a la que se mudaron en septiembre de 2022 junto a la pequeña Elisa.
"Pensamos un encuentro entre arquitectura y naturaleza, una casa que nos conectara con sus ciclos. Nos gusta llegar y relajarnos, estar en calma, descalzos. Seguimos cómo evolucionan las plantas, la salida de la luna, los cambios en la luz del sol"
Arqs. Agustina García Albarido y Martín Bayley Bustamante, dueños de casa
El estilo de la casa lleva el sello del estudio de la pareja, y también remite al lugar: los establos (en este terreno había canchas de polo), mucho hierro (vinculado al tren cercano) y un poco de la arquitectura criolla colonial de Manzanares. El living-comedor queda parcialmente dividido por el hogar construido en obra, que se funde con los muros y el piso. Además de su función espacial, calefacciona toda la sala.
“Decidimos tener un solo comedor, para no llenar la casa de mesas”, comparten Agustina y Martín. Lo ubicaron junto a la salida a la galería, y queda conectado con la cocina mediante a una gran abertura.
Verano eterno
“Como la oscuridad del invierno me bajonea, quería una casa que se sintiera de verano todo el año. La prioridad fue que, apenas empezado el día, encontrara mucha luz en la cocina. Me alegra, arranco diferente”, explica Agustina. Consideraron una cocina verde, pero con el entorno alcanzaba. Se decidieron por este azul, que les transmite serenidad.
Conexión
Como la vivienda está ubicada en un terreno triangular, delimitado por las vías del tren, idearon un quiebre –el pasillo de circulación vidriado– que genera un patio que articula, y a la vez separa, los espacios privados de los públicos.
La orientación cuidada en cada ambiente, el interiorismo y la elección de los colores hacen que la luz natural impacte de manera que, tal como querían, los inspire permanentemente. “Todo está hecho en función de que podamos dibujar, pintar, diseñar o trabajar en nuestros proyectos”, explican.
Contorno
“Pensamos una buena galería, espaciosa y larga, que de hecho recorre ambos módulos e incluye el patio. Estás en el jardín pero, al mismo tiempo, algo resguardado”
“Elevamos un poquito la casa para que las ventanas abarcaran las copas de los árboles. Por eso, al césped se baja mediante un par de escalones”, nos cuentan. Para neutralizar el ruido y las vibraciones del tren, pusieron ventanas de DVH y pilotines cada un metro con estribos cada 5 cm unidos con la viga de encadenado y la platea. Paredes exteriores –incluida la de la parrilla– revestidas con siding cementicio.
En el corazón del patio cumplieron el deseo de tener un Acer palmatum ‘Atropurpureum’, que les permite disfrutar en todo lugar de sus hojas verdes, amarronadas o color bordó, según la estación.
Atelier propio
“Aunque se puede pintar donde uno quiera, aproveché esta nueva casa para tener mi taller. Siempre dibujé en formato chiquito, pero ahora, con techos altos y piso disponible para apoyar, pasé a una escala mayor”, cuenta Agustina. Las obras que rodean el living-comedor, los lienzos colgados en el atelier, las cortinas de la galería intervenidas y el empapelado del cuarto infantil son un claro ejemplo de cómo la nueva casa le abrió nuevos caminos creativos a su proyecto, Augusta.
“Concebimos ambientes cálidos y luminosos para acompañar nuestras actividades artísticas, de diseño y arquitectura. Es una alta cuota de motivación ambiental y, también, de tranquilidad para potenciar la creatividad”
Espacio privados
Con acceso a través del pasillo vidriado, desde el living, las habitaciones tienen orientación norte, están protegidos por la galería. Al suroeste, un muro de 50cm de ladrillos termoeficientes Klimablock también reduce el impacto del ruido del tren.
Para lograr un baño creativo para su hija, Agustina y Martín compraron siete cajas de muestras de azulejos (Vives Cerámica; Elephant Design), que cortaron a medida y combinaron para crear este colorido diseño.
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