Un arquitecto argentino hizo una casa modular en Montevideo y la transportó a Punta del Este
Siempre dispuesto a innovar, el Arq. Víctor Della Vecchia optó por un sistema modular que agiliza tiempos de obra y tiene bajo impacto ambiental.
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La geografía marcó el rumbo del proyecto de esta singular casa en Manantiales que lleva la firma del arquitecto Víctor Della Vecchia. La primera decisión fue elevar parte del terreno para tener vista panorámica de la laguna cercana. Consciente de la complejidad que tendría una obra a distancia, Della Vecchia tomó una determinación audaz: construyó los cimientos in situ, y el resto se fabricó con la técnica steel frame y en módulos, en un taller de Montevideo.
“Aunque está a 5 minutos de la playa, esta casa invita a descubrir que no todo se trata de tener vista al mar. La calma del campo y lo que se descubre al alejarse de la costa también es interesante”.
Ventajas del sistema modular, de primera mano
“Con estos nuevos sistemas, podríamos ser más eficientes y resolver parte de los problemas de acceso a la vivienda. Sin embargo, por ahora, hay poca difusión entre profesionales, instituciones y universidades”, sopesa el arquitecto Víctos Della Vecchia.
- Menor tiempo de obra y mejor control de las etapas de trabajo.
- Mayor eficiencia porque hay mano de obra especializada y existen parámetros estandarizados que garantizan la calidad de los procesos.
- Disminuye el impacto ambiental.
- Reduce los gastos de mantenimiento de obra y los retrasos por factores climáticos.
- En comparación con las casas tradicionales, estas son más livianas, brindan mayor confort térmico y favorecen el ahorro de energía.
Una casa en el camino (video)
Diseño amigable con el entorno
En sintonía con el modo de construcción, los materiales se aplicaron en seco. Así, bajo la cubierta extendida, se suceden una serie de volúmenes revestidos con madera tajibo, con características similares a las del lapacho, importada de Bolivia.
Un amplio sector social que integra cocina, comedor y living. El resto de los ambientes se articulan a través de recorridos que incluyen el paso por patios internos que dan privacidad y generan vistas atractivas.
En toda la extensión de la casa, las aberturas de piso a techo se abren por completo, con la fantástica posibilidad de vivir sin límites con el exterior.
La cocina está revestida en madera de lauro, de textura y color similar a la de tajibo. Para mantener el estilo despojado y cálido del resto del estar, todos los elementos de uso diario están fuera de la vista y guardados en alacenas mientras que los artefactos como el horno y la heladera, están panelados.
Vida al aire libro
La galería, de alero extenso y generoso, se despejó para estas fotos que se hicieron con la colaboración de Silvina Bidabehere y Mariana Rapaport. Sin embargo, en la vida diaria, este lugar es el más concurrido y está equipado con una mesa y juego de living exterior.
“Lo que más nos gusta de la casa es la fuerte conexión que tiene con el paisaje y que parece estar flotando en el espacio”.
La ventilación cruzada, el aislante térmico inyectable que aplicaron en el interior de los tabiques y la orientación, son los pilares sustentables de este proyecto.
Los listones de interior y exterior se colocaron uno por uno. No requieren ningún tipo de mantenimiento. Con el paso del tiempo y la intemperie, los de afuera irán tomando un tono óxido.
Interiores
En el dormitorio principal, que tiene un patio propio, el tabique contiene el escritorio, divide el espacio de descanso del baño en suite.
Además de la suite principal hay otros tres dormitorios, todos pensados con las comodidades de un hotel. Por eso, están equipados con vestidor, baño en suite y espacio amplio para moverse. Detalles cuidados al máximo: la alfombra del cuarto de huéspedes (Monoccino), igual que la de la cocina, son de Suecia y están tejidas con una técnica ancestral, pero con materiales modernos que garantizan su uso por años.
LA NACION
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