Tomás Magrane y su mujer, la diseñadora de interiores Martina Correa, ubicaron la construcción en lo que era una antigua cancha de tenis y la dotaron de interiores integrados a una fantástica galería.
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Quienes hayan vivido esa sensación de arraigo única allí donde los fines de semana la familia se vuelve clan sabrán de qué hablo. El arquitecto Tomás Magrane es uno de ellos, y el sitio donde para él la magia ocurría era el campo de sus padres, a cómoda distancia de la ciudad.
Cuando pasaron los años, él y su hermana Victoria vieron en una cancha de tenis en desuso junto al garage de la construcción principal el lugar ideal a partir del cual hacer un anexo para usar con sus propias familias. Y de paso mantener la mística de las grandes reuniones en un entorno verde y libre con la que se habían criado.
Continuar el estilo familiar
"Mi padre me dijo: ‘Podés hacer lo que quieras, pero mantené el estilo de la casa original’."
Arq. Tomás Magrane
Funcional integración
Súper práctica y pensada para una casa de fin de semana, la cocina integrada al living-comedor está resuelta en el mínimo espacio. Todo lo necesario y todo lo bello para pasarla bien.
“Inspirados en los zócalos de las caballerizas, donde son más altos, por supuesto, pintamos uno que recorre la casa. Es de un gris que fuimos logrando entre Marina y yo, y que es el mismo que usamos en la galería.
Una galería que marca la diferencia
"Cualquier casa sin gracia se puede convertir en una genial con sumarle galerías y patios: además de aportar al diseño, ofrecen sombra, aire fresco y espacios diferentes para vivirla."
Arq. Tomás Magrane
“Un tema aparte fue encontrar tejas similares a las de la casa original, que está muy cerca. Conseguimos algunas y al resto les hicimos un tratamiento especial para añejarlas”.
“La idea original era tener un estanque como espejo de agua, pero cuando tuvimos a los chicos, nos pareció mejor hacer una pileta para ellos de 50cm de profundidad”.
En conexión con el afuera
“Que los ambientes den a la galería te cambia la experiencia de vida en una casa: por la independencia que significa, porque descansás protegido por su sombra, o con la puerta abierta sintiendo el fresco del jardín. Nos encanta”.
“Para el cuarto de los chicos, trajimos unas camas que habían sido de mis hermanos. Nos gustaba la idea de recuperarlas. El cubrecama es un género a cuadros que le encanta a Martina”. Como las puertas-ventana son de altura estándar, pusieron los barrales bien cerca del cielo raso. “Es un excelente truco cuando los techos son bajos: a la vista te los sube automáticamente”.
“Como el terreno ya estaba elevado, resolvimos la pendiente diseñando estos escalones que le dan marco e interés a la casa, además de conectarla de forma más cómoda con el resto del jardín”.
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