Una experta en el rubro y dos dueñas de casas salidas en Living que se convirtieron en sets de filmación nos cuentan los detalles de una experiencia tan rentable como interesante.
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Más de una vez escuchamos la frase: “Las casas que aparecen en Living son para una publicidad”. Averiguamos un poco más y la verdad es que sí, algunas de ellas se usan como sets de filmación y hasta las reconocimos al verlas en la tele. Así fue nos contactamos con las dueñas de dos de esas casas, que además están vinculadas con el mundo de la publicidad, y la fundadora de una las principales agencias de locaciones para que nos contaran cómo es un día de filmación y cuáles son los pro y los contras de esta actividad en la que se incluye todo tipo de vivienda, ambiente, oficina y comercio.
Cada casa es un mundo
Celeste Terrera encontró su vocación gracias a su incesante curiosidad y a la irrefrenable costumbre de mirar casas. Había una construcción, a la altura del barrio de Belgrano, que veía desde el tren cuando iba a sus clases de traductorado de inglés y que le llamaba particularmente la atención. Un día se bajó para verla y entró junto con otro montón de personas. Era la sede Escuela Panamericana de Arte (la que tenía la colorida figura de la Gioconda) y allí se quedó para estudiar la carrera de Diseño de Imagen y Sonido. Se recibió y desde 1999, fue asistente de producción, asistente de arte, jefa de producción, y jefa de locaciones. En 2007, después de ser mamá, decidió abrir Shoot Me, su propia agencia de locaciones, que tiene un catálogo que supera las 4000 espacios entre casas, departamentos y oficinas entre otras opciones que busca y que le ofrecen.
“En los momentos de crisis económicas es cuando más ofertas recibimos porque el alquiler para locación es una buena oportunidad de aumentar los ingresos o cubrir los gastos de mantenimiento de casas que son muy grandes o quedan vacías”, explica Celeste que disfruta de cada etapa de su trabajo: desde mirar cada construcción cuando camina por la calle, sacar fotos de los interiores, conocer a los dueños de casa o determinar qué ambientes se van a destinar al vestuario, maquillaje o catering.
Terrera afirma que la variedad de estilos y de tipos de casas para locaciones es muy amplia y que la cocina de un comercial puede estar en cualquier barrio. Por lo general, en rubros como artículos de limpieza o medicamentos se usan lugares neutros. Durante varios años, con el auge de las series costumbristas fuero muy requeridas las casas de clase media. Más allá de las modas, reconoce que las favoritas de los directores son las construcciones racionalistas y de las décadas del 50, 60 y 70.
“Mi trabajo es encontrar lugares que pueden servir como escenario de películas, series, publicidades, producciones gráficas, eventos o reuniones de trabajo”, describe Terrera, que les explica a sus clientes cada detalle de lo que va a suceder antes, durante y después de la filmación.
La agencia también cumple el rol de representante de los anfitriones frente a los responsables de la producción y eso aumenta las posibilidades de que sea una experiencia positiva. Además de tomar los recaudos necesarios para cuidar las instalaciones, un integrante del equipo está presente desde el comienzo hasta el final de la jornada.
“Hay gente que se va durante los rodajes. En cambio, si la vivienda es grande, se quedan en un sector reducido. Si están bien predispuestos, te abren las puertas, te cuentan de su vida y se genera una convivencia muy cercana con todo el equipo”,
"Quienes alquilan su casa, deben estar preparados para recibir entre 50 a 100 personas si se trata de una serie, película o publicidad y entre 15 y y 25 para una producción gráfica o video."
Celeste Terrera, fundadora de la agencia Shoot Me
El proceso, paso a paso
- Cuando está definido el guión de un comercial, el jefe de locaciones recurre a la agencia para que busque el lugar de filmación. Por ejemplo, una cocina blanca, que tenga mesada de mármol y que, desde la ventana, se vea la calle. Cuando la agencia la encuentra, se realizan dos visitas con parte del equipo para sacar fotos, definir encuadres y relevar lo necesario.
- Una vez que la locación es aprobada, se coordina una nueva visita llamada “scouting técnico”, que incluye a los directores y asistentes.
- Se delinea el plan de rodaje, es decir: se definen los muebles que se van a usar o sacar de la casa, dónde se va a ubicar al catering, maquillaje y vestuario, generador, qué baños se van a usar y el horario de trabajo, entre otros aspectos.
- Luego se fija la citación y, antes del rodaje, se realiza la factura de pago. El valor estándar de alquiler por una jornada de 12 horas, va desde los $500.000 a $1.000.000, sin contar las horas extra que pudieran sumarse.
- El día de la filmación, una persona de la agencia “abre” la locación y realiza los trabajos necesarios para proteger los espacios (corrugar pisos o paredes, cubrir con tela los sillones, etc) y acompañar al equipo y a los propietarios para que todo funcione armoniosamente.
- Una vez terminada la producción, se realiza una recorrida con el responsable de la casa y el jefe de locaciones para chequear que todo haya quedado en perfecto estado. También se realiza el cómputo de las horas trabajadas.
- En caso que haya que hacer algún arreglo, se busca a un proveedor para presupuestar lo que se deba reparar para que la locación quede en el estado en que se encontraba antes de la entrar a trabajar.
- Los dueños de casa deben estar presentes en el comienzo y en el final de la jornada y disponibles para cualquier tipo de consulta. También deben estar preparados para que haya cambios de ubicación o retiro de muebles.
- En departamentos o barrios cerrados, es necesario contar con la autorización de la Administración o Consejo de Propietarios.
- Las productoras se encargan de tramitar un permiso de parking para estacionar sus camiones y motorhomes en la Municipalidad de la jurisdicción de la propiedad y también cuentan con personal de seguridad.
Antes del 2001, este trabajo era muy artesanal: había que tocar timbre casa por casa y dejar una tarjeta. Después de 2001, cuando Buenos Aires se convirtió en un gran set de filmación, los equipos se expandieron y se profesionalizaron, cuenta Terrera.
En primera persona
“A mí me divierte porque soy directora de casting y estoy relacionada con el medio, pero mi marido, que es músico, al principio sufría un montón por todas nuestras pertenecías y, sobre todo, por el estado general de la casa. No es una fiesta. Es un sacrificio bastante grande porque el día de la filmación probablemente tengas que irte de tu casa, donde van a quedar unas 60 circulando por todos los ambientes. Tus cosas van a estar embaladas, en lugar de tus muebles van a poner otros y si quedan los tuyos, es necesario que alguien esté cerca para cuidarlos”, relata Mercedes Muñoz, a quien conocimos cuando hicimos la nota de su casa para Living (que podés ver haciendo clik acá).
“Los pisos y las paredes sufren bastante. Nosotros compramos alfombras de goma y dejamos los pisos forrados antes de que comience el trabajo. Por lo general las productoras sacan fotos de la casa tal como está y empiezan a desarmar o a mover todo, de acuerdo a lo que necesiten usar. Después se guían por esas fotos para dejar todo como estaba. Dos días después de la filmación, por lo general, ofrecen la posibilidad de volver a pintar las paredes que hayan quedado rayadas o de restaurar lo que fuera necesario”, agrega Mercedes.
Es importante saber que, antes de la jornada de trabajo se realiza lo que se llama despeje, que consiste en poner conos en la calle para reservar el espacio para los autos y camiones que van a venir el día siguiente. Entonces, la convivencia con los vecinos se puede resentir un poco. Además hay que tener en cuenta que, aunque el rodaje se realice en un sector de la casa, el resto de los ambientes se utilizan para que se instalen los equipos de distintos rubros.
"Es una actividad redituable. En un solo día de trabajo, obtenemos dinero que nos viene bien para seguir pagando el crédito y recuperar la inversión que hicimos en la reforma. En se sentido, la casa se vuelve autosustentable."
Mercedes Muñoz, directora de casting
Testimonio II
Marisa Frate es artista, diseñadora y trabaja en las áreas de arte y vestuario de realizaciones audiovisuales. Por eso, conoce a la perfección los detalles de una producción y se siente cómoda al estar rodeada de colegas. Su casa, que también fue publicada en Living (hacé click acá si la querés ver), aparece en varias publicidades.
“Durante las filmaciones, tu casa deja de ser tu casa y se altera la dinámica familiar, sobre todo para mi marido, que trabaja en casa. En el caso de los chicos, no es grave, porque sus actividades coinciden con los horarios de la producción y, si no, buscamos algo para hacer hasta que finalice la jornada”, revela Marisa.
Acerca de los aspectos que hay que tener en cuenta, advierte que es importante adelantarse a las situaciones, estar preparados y saber qué espacios va a poder usar la familia y cuáles no. De todas formas, Marisa valora la experiencia. “Me gustan las transformaciones y el hecho de que alguien vea la posibilidades que tienen mi casa desde otro punto de vista”, asegura.
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