Dicen que a pocos días de llegar a este ranchito en Rincón de Cobo desaparece cualquier rasgo de tensión. La playa, el entorno rural y una decoración que agasaja despliegan su efecto benéfico.
- 3 minutos de lectura'
Una cadena de médanos monumentales son custodios de un paisaje dominado por vientos, llanuras y pinares que se extiende desde la ruta 11 hasta una playa abierta que solo conocen unos pocos. En ese marco agreste se encuentra Rincón de Cobo, un emprendimiento desarrollado en los terrenos de una antigua estancia familiar, pensado para quienes disfrutan de la unión del campo y el mar que se da en estas zonas del Tuyú.
Aquí, Paula Delledera y Matías Montoreano proyectaron una casa elevada, de líneas simples, integración total con el exterior y rica en detalles que hacen tan disfrutable los días al aire libre como los momentos de la vida cotidiana puertas adentro. Una experiencia que con el correr de los días invita a bajar el ritmo, interpretar el lenguaje de la naturaleza y convertir el descanso en una vivencia transformadora.
“Quisimos que la casa tuviera la unión de los materiales rústicos del campo con la onda marina e informal de la playa. El azul del frente, una clara referencia al océano, es el único color intenso que usamos. Nos gusta el contraste que genera con las aberturas blancas”, cuenta Paula.
Rústico y marino
“A partir de una caja neutra, nos concentramos en la decoración. No estamos de acuerdo con la idea de que en una casa de alquiler todo debe ser estándar. Al contrario, cuanto mejor se ve, más se cuida y se disfruta”.
En un solo ambiente espacios integrados y bien definidos. Una arquitectura simple con techos a dos aguas de chapa y madera y pisos de cemento alisado que continúan en el interior.
Paula y Matías usaron maderas duras para los muebles y géneros resistentes (pero también cálidos) como bull, gabardina o denim para las fundas y almohadones.
Si las sillas tienen su recorrido, que se note bien. El toque actual lo dan los almohadones. Un banco de carpintero adaptado como consola y mueble de guardado, es un hit entre los huéspedes.
Azules, turquesas y tonos acqua son una constante para crear una atmósfera alegre y marinera.
Barra con columnas de una estación antigua de ferrocarril y tapa de madera. Banquetas de hierro y asientos de tela pintada a mano (Laura Patorniti). Lámpara (Huup Iluminación). Servilletas de algodón (Claudia Adorno). Estantes de madera hechos por Matías.
Se puede ver el mar cómodamente desde el living de una de las galerías. Almohadones estampados (Ana Szarun), piezas clave del soft furnishing, fundamental en las casas de descanso. Las estampas aportan el color y los géneros, la textura.
En la playa se descansa mejor
“La cama estaba contra una pared. Levantamos este murete de mampostería para separarla parcialmente del baño y ubicarla frente a la ventana que da al mar”.
El nicho suma estilo al volumen que, a su vez, genera una suerte de vestidor frente al placard.
En el baño en suite, mesada y bañadera de cemento alisado. Toallas y cepillo de madera (Claudia Adorno). Alfombra (Elementos Argentinos).
En el contexto de una arquitectura simple, objetos de calidad y con estilo definido hacen la diferencia.
Galerías que funden el interior con el verde
Reinas de los atardeceres después de la playa y los desayunos sin apuro, las galerías cuentan con diversos sectores y vistas. Relax asegurado.
Rincón bajo los árboles
“Jamás pensamos que los huéspedes solo estarán en la casa para comer y dormir. Preferimos que se apropien de todos los espacios”, cuentan Matías y Paula, que sumaron este nuevo rincón bajo los árboles junto a la laguna que ellos mismos recuperaron.
Más notas de Casas de playa
"Pensé que veía tiburones pero no...". La historia detrás de la única casa de la costa diseñada por Clorindo Testa: dónde está
En Ibiza. En lo alto de una colina, renovaron una casa de los 90 con diseño mediterráneo revisitado
En el Bosque Peralta Ramos. Así es la casa cálida y transparente de dos destacados diseñadores marplatenses
Más leídas de Revista Living
Minimalista. Una casa de arquitectura moderna sorprende en el barrio de las "calles románticas"
Pasamanos de casas. La decoró para una amiga y terminó mudándose ahí años después
En el centro de San Isidro. Reconoció el potencial de una casita inhabitable, la abrió a la luz y le dio una distribución actual
Con galería, quincho y todo lo que nos gusta. Una casa de Luján luce su meditada sencillez en un terreno de árboles añosos.