La arquitecta y los dueños de casa cuentan cómo trabajaron en equipo para elegir materiales con historia y definir un planteo que integra o divide los ambientes por completo.
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Después de buscar bastante María Victoria Somoza y su marido Maximiliano Sobotowicz, encontraron en San Fernando un lote con una casa que tenía potencial pero que había que reconstruir casi desde cero. Sin dudarlo, María Victoria convocó a la arquitecta Alejandra Lista. Aunque solo se conocían a través de las redes sociales, intuía que era la persona indicada para acompañarlos en la experiencia de construir su primera casa, con las dudas, las certezas y el esfuerzo que esto implica.
Tenían visiones diferentes acerca del proyecto; la arquitecta planteó ambientes con grandes ventanales y líneas puras mientras que María Victoria, con una mirada entrenada para la decoración, ya pensaba en aberturas de demolición, postigos de colores y muebles heredados. Priorizaron la escucha mutua y avanzaron sin tensiones en un trabajo en equipo que enriqueció a todos con aprendizajes y vínculos fuertes.
Dinámica familiar
Después de pasar la puerta de ingreso, un pasillo distribuye hacia los cuartos (a la izquierda) y al final del corredor se llega al ambiente principal.
"Como se trata de una casa de una planta, nos concentramos en una distribución que marcara claramente la división entre los sectores de uso social y los privados"
Arq. Alejandra Lista, responsable del proyecto
A mano y a la vista
A tono con el espacio abierto que se comparte día a día, la cocina se organizó de manera práctica: sin alacenas y con estantes porque según el criterio de Victoria: “todo lo que está a mano se usa”. Para iluminar el área de trabajo en la mesada, debajo de los estantes colocaron leds.
“Me gusta que estemos todos juntos, por eso priorizamos tener un gran ambiente que integra cocina, comedor y living”, dice María Victoria, que planeó cada detalle de una ambientación funcional y preparada para la vida diaria sin resignar la calidez que dan los tonos neutros y la madera.
“La ambientación evoca los detalles típicos de las casas de antes: techos de más de 3 metros, pisos de damero, puertas de demolición, aberturas de vidrio repartido de colores”, dice María Victoria.
Conectada a la cocina y el living, la galería se vive como otro espacio de uso cotidiano.
"Desde el comienzo de la obra, tenía claro cómo quería que fuera la casa y cuál sería el lugar de los muebles que atesoramos. Alejandra me escuchó y entendió mis necesidades, aunque tuviera una visión diferente"
María Victoria Somoza, dueña de casa
Sector privado
Los dormitorios dan al patio de entrada. En el de Emma y Matilda, la pared en rosa suave marca el tono infantil.
En el cuarto principal pintaron la pared de la cabecera de color gris ‘Nórdico’ (Alba).
Relax. Es la sensación que provoca en los dueños de casa el color que eligieron para los postigos de la casa.
Luz natural
En el baño principal y en el toilette, que son internos, generaron nuevas losas para abrir el techo y colocar lucarnas que llevan luz natural. En el toilette, puerta galponera (El Depo). Sobre la mesada de hormigón armado in situ, bacha de apoyo rectangular Roca. Espejo (Puerto de Frutos). En el baño principal: espejo reciclado por la dueña de casa, mueble restaurado (Stellita Bonelli) y paredes pintadas de gris ‘Hielo’ (Sherwin Williams).
En el plano, las claves de la obra
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