Más allá de las formas, reflejan el anhelo de crear un espacio de relax y disfrute en casa. ¿Cuál elegís?
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Para soñar o para avanzar en la decisión cuidadosamente meditada de construir una, van algunos diseños que nos gustan porque ofrecen propuestas logradas que se integran a la casa y el paisaje.
Escultural
Para su casa familiar, el arquitecto Martín Drlje y Gabriela Mirada, pensaron el sector del jardín como un ambiente más en el que pudieran pasar varias horas. La gran protagonista de este espacio es la pileta transparente y escultural con frente de vidrio laminado y templado (10mm + 10mm) y desborde hacia el perímetro con lecho de piedra.
“Cuando diseñamos la pileta, la pensamos como una fachada más. Por eso optamos por el frente de vidrio, que capta la atención desde el agua o desde la casa”, cuentan Gabriela y Martín
Las formas importan
En sentido perpendicular a la galería, para no invadir las visuales hacia el jardín, la pileta se diseñó con revestimientos artesanales de 10x10cm en dos colores: verde oscuro para el fondo y patrones geométricos turquesas que evocan los andariveles de las de competición. Los espacios exteriores también están plagados de detalles creativos proyectados por el estudio Lerner-Raffo en esta casa de estilo racionalista.
Ritmo paulista
La presencia del hormigón no le quita nada de frescura a esta casa construida en una barranca para una familia que había vivido en San Pablo. Al contrario, el mural hecho por el artista grafitero Alan Myers de la una mística tropical a la medianera y al sector de la pileta.
Un deck cementicio fue una solución térmica y antideslizante para bordear la pileta sin resignar estilo.
Placeres cotidianos
En un terreno triangular, el arquitecto Juan Detry, del estudio Detry Miguens, proyectó la pileta a la salida de la cocina y el playroom. Así se convierte en un espacio de uso cotidiano enriquecido por el color y el aroma de un paisajismo exuberante con especies que mantienen su esplendor con una o dos podas al año.
Al conectar la pileta con el comedor diario, mantuvieron despejada la galería y también el jardín.
Superficie ganada
Ansiamos tanto la pileta, pero ¿qué pasa con la superficie que resignamos? En el jardín esta casa chorizo reformada, implementaron este recurso genial: un deck móvil y plegable que les permite disfrutar este espacio, que es el más soleado durante los meses de frío.
El borde de la pileta está a la misma altura del césped para acentuar la continuidad con el jardín.
Las formas del agua
El estanque y la pileta abrazan a esta casa transparente, de líneas modernas y marcan recorridos claros y armónicos. Así, los espejos de agua, se convierten en un elemento permanente que trasciende el uso de verano. El resto de este proyecto de la arquitecta Ximena Fontán Balestra con paisajismo de Alejandra de Dominicis, se podrá ver en nuestra edición de diciembre.
Vergel silvestre
Diseñada como un estanque, la pileta de venecitas verdes tiene bordes que llegan a la superficie con un rebaje que deja a la vista una presencia mínima. Así, completa la abstracción que propone el jardín, invitando a avanzar entre la (aparente) maleza para llegar al agua. “Este jardín silvestre planeó con especies autóctonas que se adaptaron naturalmente, requieren muy poco mantenimiento y riego”, señala el arquitecto Ignacio Montaldo.
Todo el año
Fuego y agua fueron dos elementos que los dueños de Casa Huella quisieron incorporar, y así surgió la idea de este espacio en desnivel con piso de piedra partida, donde las llamas del fogón quedan protegidas del viento, se disfrutan desde bancos suspendidos en quebracho.
En altura
En un departamento que tiene todas las comodidades de una casa, faltaba el remate perfecto: hacer de la terraza un refugio para los fines de semana. Lo lograron con una terraza verde, la pileta con pared de acrílico y un quincho transparente que diluye los límites entre exterior e interior. Deseos cumplidos.
La pileta tiene jets de hidromasaje, luces interiores de led en colores, cascada y colector solar para templar el agua y prolongar el uso.
Gana por elevación
Este proyecto en Costa Esmeralda, a cargo del arquitecto Luciano Kruk, se hizo en dos etapas: primero la casa, y luego la pileta que está elevada del suelo y separada algunos centímetros de la galería. Quienes descubren la construcción no pueden ser indiferentes ante su original diseño: emerge desde el suelo hacia la copa de los árboles y, según el ángulo de observación, parece suspendida en el aire.
Tan familiar
Un espejo de agua completa la escena de esta galería en la que no falta nada: sombra, vistas abiertas y un living confortable. En un principio, el arquitecto Tomás Magrane y su mujer, la diseñadora de interiores Martina Correa, pensaron en que fuera un estanque, pero cuando nacieron sus hijos, la transformaron en una pileta de 50 cms.
Feliz resolución
Poca obra mucho color en este renovado chalet de los 70. A la pileta le quitaron las rejas, la pintaron de aguamarina y la iluminaron. El jardín conservó sus plantas más antiguas, ahora bien acompañadas. La escultura del artista Manuel de Francesco suma un toque lúdico.
Sin huellas
¿Por qué es tan verde el césped que rodea a esta pileta redonda y lúdica? Muy fácil: porque es sintético. Fue el recurso práctico y super canchero de los dueños de casa para vivir realmente sin límites entre exterior e interior. Sin barro ni suciedad, disfrutan el jardín de día y de noche. Cerca del agua, canteros con cactus.
Con vista al río
En el bajo de San Isidro, Sofía Arzani y Santigo Boffi deAB Estudio diseñaron esta casa de tres pisos que remata con una terraza que mira hacia el río. Además, se dieron el gusto de la pileta que se puede llenar con agua fría o caliente abastecida por la misma caldera de la casa. Tiene una mochila con un flotante que se encarga de mantenerla siempre llena y de renovar, automáticamente, el agua cada vez que se usa.
Semi olímpica
En el fondo de su casa, un antiguo palacio oculto en la ciudad, un nadador de aguas abiertas y su pareja hicieron esta pileta de 25 metros de largo, revestida en venecitas e ideal para entrenar. A la ambientación inspirada en la Alhamabra le sumaron un viejo portón que encontraron durante la reforma.
En la terraza
En la terraza de este departamento del edificio Pont Bleu, del Estudio Abramzon, la pileta estaba proyectada en paralelo a las ventanas del quincho, pero en la primera observación del lugar tanto los dueños de casa como los arquitectos optaron por llevarla a uno de los extremos es el área que recibe más horas de sol, se aprovecha mejor el espacio y es más seguro para los chicos.
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