Ubicado en el centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires, allí llegó el primer subte y se fundó Ferro, club distinguido por la Unesco. Los invitamos a conocer algunos de los edificios y propuestas recreativas más notables de un barrio celosamente custodiado por sus vecinos.
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Rosas todavía no estaba al mando de la provincia de Buenos Aires cuando, en 1821, Nicolás Vila compró la manzana que hoy delimitan las calles Rivadavia, Emilio Mitre, Juan Bautista Alberdi y Víctor Martínez. El inmigrante italiano fundó allí una pulpería y la coronó con una veleta de latón con forma de caballo. “A dos cuadras del caballito”, “frente al caballito”: la referencia empezó a resonar entre quienes frecuentaban la zona de quintas, y el nombre oficial se fijó con la llegada del Ferrocarril Oeste.
En 1857, poco después de inaugurarse el primer tren argentino –que conectaba el actual Microcentro con Floresta–, se denominó Estación Caballito a la parada cercana al comercio del genovés. Por aquí pasaría, también, el primer subte de América Latina –la línea A–, a principios del 1900.
Parque Rivadavia
Próximo a las vías del tren, Parque Rivadavia es –junto con el Parque Centenario– uno de los principales espacios verdes de Caballito. Los canteros e hileras de árboles se interrumpen en medio de la manzana para dar lugar al imponente monumento a Simón Bolívar, punto de reunión para vecinos y oficinistas que trabajan por la zona.
El Parque Rivadavia y el predio de la Iglesia Nuestra Señora de Caacupé fueron, en el siglo XIX, quintas privadas; la primera, perteneció a la familia Lezica; segunda, al presidente Julio A. Roca
Otro foco de encuentro son los puestos de libros y las mesas de ajedrez, sobre el remate oeste de la plaza, donde Walter Santestevan se mantiene estoico, desde 1973. “Somos pocos los que seguimos desde aquellos años, pero yo continúo fiel a mis clientes del barrio”, cuenta el dueño de Los Cinco, nombre que eligió para hacer honor al quinteto que integra junto con sus cuatro hijos.
Frente al parque, sobre Rivadavia, se encuentra la iglesia Nuestra Señora de Caacupé. Cuenta la historia que la primera versión de este edificio fue fundada por una congregación de monjas procedentes de Liverpool, a pedido de Manuelita Rosas, la hija del gobernador. Rivadavia 4879
Club Ferrocarril Oeste
No se puede hablar de Caballito sin hablar de Ferro, y no se puede hablar de Ferro sin hacer mención a su elegante edificio de estilo inglés de ladrillos, torres y arcos blancos alrededor del cual los socios se reúnen a tomar café cada vez que asoma un rayo de sol.
Al club “Verdolaga” lo fundaron en 1904 un grupo de 95 empleados del ferrocarril; desde entonces, sumó un notable abanico de actividades deportivas (tal vez mayor que cualquier otro club nacional) y generó un fuerte sentimiento de pertenencia entre los socios, al punto de ser distinguido por la Unesco en 1988 por los “servicios eminentes” prestados a la educación física, a la sociedad y al deporte.
Detrás de las rejas que se extienden por García Lorca, Avellaneda, Puente Caballito y las vías del tren, se esconden gimnasios, piletas de natación, salones de juegos y oficinas, así como una decena de canchas para todos los deportes y el estadio de fútbol más antiguo de la Argentina –distinguido por la singular “visera” o parasol sobre la platea– que también alojó innumerables e inolvidables recitales. García Lorca 350 @ferrooficial
Para detenerse a mirar
“Estriado” y lleno de “polleras y perlas”. Así han definido algunos historiadores a este curioso edificio (1936) frente al Instituto Universitario de la Policía Federal. Con una buena dosis de art déco, la sólida torre de cemento parece estar en movimiento. Es que la secuencia de curvas y relieves de las molduras, así como los círculos y esferas esparcidos en toda la fachada, aportan una cuota de dinamismo a este singular proyecto del ingeniero Alejandro Varangot. Av. José María Moreno 122
Ícono barrial
Las familias de Caballito hacen sus compras en el Mercado del Progreso desde 1889. También, aquellos que emigraron a otros barrios. “Yo les convidaba algo para picar a los nietos de mis clientes, que hoy vienen con sus hijos desde Zona Norte”, nos cuenta Guillermo Cabral Peretti (60), tercera generación a cargo de La Góndola, una de las carnicerías más conocidas del mercado, junto con Nucho, donde la fila de personas se mantiene constante a cualquier hora del día.
La fachada blanca y moderna llegó después de 1920, cuando se incorporaron, tras una reforma, el reloj, los pocos ornamentos de estilo art déco y las letras curvas. El tinglado de hierro, típico en los mercados de cualquier parte del mundo, se conserva casi intacto y aloja 170 puestos que aggiornaron sus propuestas, entre las que figuran las tan demandadas dietéticas y verdulerías orgánicas. Rivadavia 5430. Lun. a vie., de 7.30 a 13 y de 17 a 20.30; sáb., de 7.30 a 14 y de 17 a 20.30.
Gigante del agua
El depósito de gravitación de la avenida Pedro Goyena está de estreno: a fin de agosto fue declarado Monumento Histórico Nacional, junto a sus pares de los barrios de Villa Devoto y San Cristóbal.
“El Palacio de las Aguas de la avenida Córdoba es histórico, pero teníamos la deuda de que se reconocieran los otros tres. Ahora sí, la unión hace la fuerza. Quedó protegida la gran familia de gigantes del agua”, dice, orgullosa, la arquitecta Celina Noya, responsable del patrimonio de AySA desde 1996.
Este edificio neorrenacentista de revoques símil piedra, simetrías claras y la clásica partición basamento-desarrollo-remate fue inaugurado en 1915 y alberga una malla de 180 columnas de hierro traídas desde Inglaterra, que sostienen 12 tanques de reserva.
"Es notable cómo cuidan el edificio los vecinos. Si ven que algún sector está en obra, llaman por teléfono. Son sus guardianes."
Arq. Celina Noya, responsable de patrimonio de AySA
Si bien la red de la ciudad se abastece hoy de ríos subterráneos, el edificio de Caballito puede guardar 72 millones de litros de agua y está siempre listo para reforzar el sistema. Av. Pedro Goyena, entre Beauchef y Av. José María Moreno, sin acceso al público.
Barrio Inglés
Un oasis de tranquilidad. Las seis manzanas que conforman el “barrio inglés” de Caballito pudieron resistir el desembarco de las grandes torres gracias a la protección patrimonial que le otorgó el Gobierno de la Ciudad. A lado y lado del pasaje Ferrari, las casas con balaustres y arcos –algunas, con techos de teja y franjas de ladrillo visto; otras, con remates rectos y paredes de un blanco impecable– se conservan en estados desiguales.
El diseño, de estilos variados, es obra del ingeniero Pedro Vinent y los arquitectos Eduardo Lanús y Alberto Coni Molina; la construcción, de los arquitectos Parodi y Figini, según vimos cincelado en cada una de las fachadas. Entre Emilio Mitre, Valle, Av. Del Barco Centenera y Av. Pedro Goyena.
Las casas surgieron de un proyecto de viviendas a crédito impulsado por el Banco El Hogar Argentino en 1923
El maestro pastelero
El logo negro con letras doradas ya adelanta el lujo de la producción de Eduardo Ruiz, embajador de la pastelería argentina en el mundo desde 2007 y múltiple ganador de títulos internacionales vinculados al arte de lo dulce.
“Es Ruiz, él es Ruiz”, comentaban con admiración al verlo los clientes de La Buenos Aires, la confitería de su papá ubicada en Flores, en la que se formó. Se caía de maduro: aquel tenía que ser el nombre de su emprendimiento, una vez que se independizara del legado familiar.
"La exhibición del producto es la protagonista del local."
Eduardo Ruiz, embajador de la pastelería argentina en el mundo
Hace seis años, Eduardo y su socio, Jorge Seijas, contrataron al estudio Pilotto-Sanguinetti (arquitectos de los locales de Rapanui) para crear una pastelería al mejor estilo europeo, donde los exóticos bombones y las tortas de notas frutales se lucieran como joyas. Av. Del Barco Centenera 534. Mar. a vie., de 9 a 14 y de 15 a 20; sáb.,de 9 a 20; dom., de 9 a 19. @esruizlapasteleria
Viaje a México
“¿Conocés a Luis Barragán?”, le preguntó el diseñador Sebastián Popritkin a su socia actual, Agustina Lanteri. “No, pero me gusta cómo suena”, respondió ella. La arquitectura, entonces, marcó el menú.
Primero, reivindicarían al arquitecto mexicano con el uso de materiales rústicos, como el ladrillo –además, un clásico del barrio–, y el juego de colores intensos y contrastados; segundo, armarían una carta con platos a base de maíz, tacos y salsas especiadas.
Barragán sigue el concepto de lonchería, por lo que el menú completo de comida rápida sale a cualquier hora del día.
“La combinación de esta comida con el café de especialidad quedó ideal”, dicen. Los vecinos están de acuerdo, porque desde que abrieron hace un año, no paran. ¿Los favoritos? Dúo de aguacate y maíz, tortillas divorciadas y la torta de lima y pistacho, hecha con harina de maíz (¡bien mex!). Nicasio Oroño 1195. De lun. a sáb. de 8.30 a 20; dom., de 9 a 19 @barragan.cafe
Casa Boni
Una casa transformada en espacio de arte, diseño y gastronomía a puertas cerradas, donde suceden talleres con regularidad y se montan cinco muestras anuales de artes visuales. Todo eso es Casa Boni.
“Es una propuesta muy íntima y cuidada”, asegura Patricia Moreira, directora de este rincón en el que conviven las artes plásticas y las culinarias. Con reserva previa y un máximo de doce comensales, por las noches se sirve un menú de cuatro pasos.
Hasta fin de octubre, puede visitarse la muestra “Bibelot”, de la artista visual argentina Carolina Antoniadis. José Bonifacio 278. De jue. a sáb., de 16 a 20. @casa_boni_arte
Patio de los Lecheros
A esta antigua estación de tren llegaban vagones lecheros desde las zonas tamberas del sur de la provincia de Buenos Aires. Era, hasta 1961, el punto de reunión de los vendedores que esperaban la llegada de la mercadería para salir a distribuirla, un hábito que llegó a su fin con la prohibición de la venta de lácteos sin pasteurizar.
Medio siglo después, el terreno volvió a cobrar vida y fue puesto en valor en el marco del programa BA Capital Gastronómica, en 2016. Desde entonces, es elegido cada tarde por miles de visitantes que buscan sacar provecho a la amplia oferta de eventos y puestos de comida. Donato Álvarez 175, dom. a miér. de 9 a 00, jue. de 9 a 2, vie. y sáb. de 9 a 3. @elpatiodeloslecheros
VÍAS ACTIVAS: Todos los fines de semana se puede pasear gratis por Caballito en los tranvías históricos de la ciudad. @amigosdeltranvia
Jardín secreto
Con mesas a la sombra de pérgolas verdes y rodeadas de árboles, en noviembre de 2021 abrió Chill Garden en el jardín delantero de esta casa que perteneció a Leandro N. Alem, fundador de la Unión Cívica Radical.
El próximo paso será incluir una alternativa exclusiva, puertas adentro, para los fanáticos del vino y la gastronomía gourmet, según cuenta Valeria, la encargada. La música se ajusta al modo relax, con playlists creadas por los dueños. Las pastas, las estrellas del menú, van desde sorrentinos de mollejas o gambas al ajillo hasta ravioles fritos de calabaza o bondiola. También son furor las tortas, como la Black Mamba, una bomba de chocolate negro y blanco. Pujol 935, mar. a dom., de 10 a 0.30. @chillgarden.ba
Más que una plaza
En las doce hectáreas del Parque Centenario ocurre de todo. Además de bancos, árboles y calesitas, hay una laguna y un anfiteatro; está el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el observatorio de Amigos de la Astronomía e, incluso, dos hospitales. En el centro del terreno circular, alrededor del espejo de agua, no se escucha ni un motor, pese a la cantidad de autos que circulan por las avenidas perimetrales, Patricias Argentinas y Díaz Vélez.
“Es un lugar muy bien aprovechado. Las familias juegan, leen al sol y toman clases de baile gratis”, cuenta Vanessa Bell, una joven angloargentina que vive a unas pocas cuadras de allí y organiza tours de arquitectura y diseño por la zona.
"Se hace notar que Caballito está en el corazón de la ciudad. Hay mucha identidad y sentimiento de comunidad entre vecinos, que son activistas del barrio. Aquí reina el community-watch."
Vanessa Bell, @cremedelacremeba
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