Una crianza signada por el culto a los objetos condujo a la dueña de esta casa en San Fernando a renovar la ambientación para nutrirla de color y calidez después de una etapa del más estricto minimalismo.
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Cuando se proyectó la casa, hace quince años en el Bajo de San Fernando, el plan era tener una planta abierta, con áreas definidas por las piezas de mobiliario estrictamente necesarias, minimalismo puro. Pero al cambiar la configuración familiar, Carolina Perrot, investigadora social, consultora y autora quiso renovar el interiorismo.
"Mi mamá es antropóloga; me crié en la cultura del objeto y acá no había casi ninguno. Como buena investigadora, hice un PowerPoint con todo lo que quería ir comprando para sumar calidez"
Carolina Perrot, dueña de casa y directora de la consultora Uuevo
Minimalismo y calidez
“En un punto me di cuenta de que la casa ya no me representaba, era demasiado minimalista. Los libros, las plantas, los objetos decorativos y las alfombras comandaron la nueva ambientación”, cuenta Carolina
Después de la puerta, el segundo golpe de efecto llega con una escalera de hormigón macizo, de resonancias casi ancestrales, bañada de luz. Eje central de la obra, da cuenta de dos premisas que se repiten en cada ambiente: la conexión con el afuera y la ausencia de divisiones absolutas (además de su función primordial, separa parcialmente el living del comedor).
La idea de la “escalera al cielo” fue tomada de una casa japonesa. Cuando las hijas de Carolina eran chicas, estaba protegida con redes. Ahora despojada, luce su esplendor casi totémico
La biblioteca de madera (La Base Studio) aporta calidez material y, además, permite cambiar de posición los estantes para adaptarlos según la necesidad.
Fuerte presencia del color
El fondo amarillo de la estantería fue elegido para destacar la vajilla y convertir los objetos cotidianos en una suerte de obra de arte
A la planta baja la sectorizan la escalera y unas pocas puertas corredizas, que siempre están abiertas
Paso al verde sin interrupciones
La transición a la pileta se da a través de una galería revestida en Travertino y un deck de madera sobreelevado. Muchos de los árboles ya estaban en el terreno; otros fueron plantados de acuerdo con el proyecto de la paisajista Marcela Brudnick, al frente de Savia.
Al cielo
Escalera arriba, lo primero que aparece es un espacio de lectura con hamaca, plantas y vista a la copa de los árboles.
En otro ejemplo de la voluntad de mezclar adentro y afuera, esta área busca recrear la sensación de una plaza
Sector privado
Para su cuarto, Carolina eligió un estilo veraniego con amarillo, plantas y objetos de caña para sentirse relajada, como si estuviera de vacaciones.
La dueña de casa le compró la alfombra del dormitorio a un tejedor de Santiago del Estero, que resultó ser un fanático de su libro Asco (2020).
Desde el piso de arriba, la vista del jardín y la pileta tamizada por el filtro de un Acer palmatum
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