Expositora de Experiencia Casa Living, la arquitecta Clara Cambrea, de Compañía Nativa, nos muestra el principal motivo detrás de su reciente mudanza.
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Clara Cambrea está entusiasmada. No solo por estar participando de la primera feria de deco curada por revista Living con espacio “Ánima” junto con su hermana y su padre, Florencia y Juan Cambrea, sino por el pronto lanzamiento de CN Estudio (Compañía Nativa Estudio), el estudio de arquitectura e interiorismo con el que se expande la marca familiar. “Lo veníamos pensando desde hace rato, pero Experiencia Casa Living fue un catalizador”. Por si fuera poco, el 20 de diciembre se mudó, junto con su novio, el diseñador industrial Rafael Puente, a esta casa que reformaron juntos. Venían de un departamento en San Isidro que les resultaba cómodo, pero querían un poco de verde y una parrilla, y acá nos muestran cómo optimizaron cada uno de esos metros.
"Queríamos una casa austera, que pudiéramos dominar y gestionar nosotros mismos. Y cortar el paso mientras hacemos el fuego, básicamente."
Arq. Clara Cambrea, de Compañía Nativa, al frente de la reforma y dueña de casa
Estética y función
“Hicimos el frente de la parrilla en chapa oxidada (están los que les encanta y los que te preguntan si no está terminada: no hay término medio)”, comparte Clara, que nos explica el proceso. “A la chapa se le pone un ácido para acelerar el proceso de oxidación; cuando se llega al color deseado, se lija un poco para sacar el polvillo del óxido y se laquea para detener el proceso con laca al agua o poliuretánica, esta última más eficiente en términos de sellado”.
“Compañía Nativa se distingue por sus muebles para espacios amplios, y se hacen grandes para que con pocos puedas equiparlos. En este caso, lógicamente los hicimos chicos”.
“En la intersección de la galería con la pileta dejamos un sector descubierto para el fogón, no solo para que no se prenda fuego lo que está arriba, sino para extender el comedor cuando invitamos gente”
Orientación
“Cuando buscábamos casa, estábamos fijados con que tuviera el jardín con orientación norte... y acá es exactamente lo contrario. Pero bueno, como la casa es baja, proyecta poca sombra en verano (hasta tuvimos que poner unas cortinas en la galería para poder tomar unos mates a las seis). Ahora, aunque sus rayos estén más rasantes, sigue entrando el sol”, detalla Clara.
“Recostamos la galería sobre el este, para recibir el sol de la tarde (que es cuando más estamos) y pusimos la pileta bien al fondo para que absorba todo el calor posible”.
“El recorrido del banco también tiene que ver con captar el sol disponible: contra las medianeras recibís el primero y el último. Desayunamos en la sección con colchoneta junto a la pileta, un rincón reparado donde no corre viento”, detalla la arquitecta y dueña de casa.
Después de diez meses de obra, el proyecto final contempla 100m2 cubiertos, 20m2 de galería con parrilla, una pileta de 12m2 y una porción de pasto de 40m2.
La pileta de 6x2m y 1,20 de profundidad está revestida con piedra Bali de terminación rústica.
Con vistas al futuro
“La casa está preparada para hacer un primer piso en algún momento. No va a tomar toda la planta: será un dormitorio principal con estudio y el resto, terraza”, nos cuenta Clara. Desde luego, está pensado para no proyectar sombra sobre el jardín (o la estrictamente necesaria). En esta casa, todo está inteligentemente previsto.
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