Te explicamos qué se priorizó al invertir en su ambientación, cómo se distribuyó el espacio y qué detalles le dan personalidad.
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Pompi Gutnisky es fotógrafa de arquitectura e interiorismo y asidua colaboradora de Living. Tras años de capturar la esencia de los espacios, fue incorporando las claves del oficio, y así empezó, también, a pensar y decorar espacios. Como este monoambiente de 34 m2 con doble destino: alquiler temporario y, llegado el momento, primera vivienda de la hija de unos amigos.
Con la premisa de gastar lo menos posible, pero siempre valorando la durabilidad de los muebles por encima de su precio, la misión de Pompi Gutnisky fue hacer vivible e imprimirle personalidad a este espacio reducido.
Primero, lo primero
Al encarar el proyecto, Pompi asumió que lo más importante, aún teniendo pocos metros, era tener una cama cómoda, y decidió colocar una de 1,60m. La marcó en el espacio y a partir de ahí, evaluó cómo distribuir el resto de los muebles.
La cama y alrededores
- Hay quienes optan por un sofá-cama: va en gustos, en prioridades, en los hábitos, en lo que se espera del lugar.
- Acá se decidió poner una cama tradicional, pero de 1,60 en lugar de las clásicas de 1,40m de ancho.
- Se invirtió en un colchón confortable y un buen juego de sábanas blancas de algodón para que duren, no se hagan pelotitas y salgan bien las manchas. Todo se ve en un monoambiente.
- La ausencia de respaldo evita que se pierdan centímetros claves en el paso al baño.
- La TV tiene brazo móvil, para poder verla desde la cama y desde el sofá.
- En vez de mesas de luz típicas, Pompi optó por unos banquitos apilables que también podrían servir como auxiliares del sofá o sumar asientos. Eligió unos con la impronta del diseñador Alvar Aalto (Tortuga), porque son lo primero que se ve al entrar.
“Las mesas de luz lindas en el mercado son caras, toda una decisión. Y no quería una con cajoncito y velador.”
Un living albiceleste
Uno de los grandes desafíos de los pocos metros es sectorizar distintas funciones, situaciones, experiencias y vistas dentro del clima general que nos guste y con el que nos sintamos identificados para hacer de ellos un verdadero hogar.
Invertir en el diseño interior nos hace vivir mejor y ahorra dinero a largo plazo. Sentirnos cómodos en casa evita que terminemos comiendo o trabajando en ese bar al que, generalmente, vamos por su ambientación.
“Para cortar un poco la paleta de color neutra, que es más durable en el tiempo, elegí un toque de color azul que me remonta a las casas de vacaciones”.
Decisiones centrales
- En vez de elegir una mesa ratona estándar que pudiera entorpecer el paso al balcón y compitiera visualmente con la del comedor, se eligió un puff circular (Sol Palou Deco) en papel Kraft que, de faltar asientos, se podría utilizar como banco. “Le agregué un almohadón redondo realizado a medida para que sea más confortable”.
- Para quitarle frialdad al porcelanato y ayudar con la acústica, una alfombra que no necesite aspiradora. En Coto dio con dos de algodón lavable que, juntas, medían lo mismo que el sillón.
- Pompi eligió cortinas de voile, porque quería que se sintiese calidez de hogar, y de blackout textil para oscurecer (ambas, de The Linen Store).
- Dos láminas de Matisse, uno de los artistas preferidos de la dueña de casa, se enmarcaron con marcos de color natural (Conatus Taller). La proporción ideal: que el conjunto ocupe un poco menos que el ancho del sofá.
La iluminación
- Los artefactos de techo con spots direccionables brindan una buena iluminación de base al entrar, o para encontrar un botón sin tener que poner la linterna del celular.
- Es importante que, al apagar las luces de techo, otras luminarias creen diferentes escenas.
- Pensar las lámparas como “puntos de luz” que e puedan transportar. Acá se eligió una lámpara de pie ‘Frida’ (Fiumine) que ocupa poco lugar, es fácil de mover e ilumina muy bien.
- Sobre la mesa se puso una colgante de mimbre (Goodluck Casa) que lleva un foco especial reflector para iluminación cenital.
Comer y cocinar
“Las sillas de diseño son costosas y me pareció que era un gasto que no valía la pena. Estas modelo ‘Rio’ son económicas, cómodas y apilables, y hasta pueden quedar olvidadas en el balcón sin que se arruinen”.
“Elegí una mesa liviana y flexible que pudiera usarse como auxiliar en la cocina, como escritorio, para comer de a dos o hacer una picada para cuatro. Es de hierro pintado y tapa de madera laqueada y mide 0,65 x 0,90″.
Si bien Pompi hubiese apostado por muebles reciclados, las medidas tan precisas que debían tener para entrar en un espacio tan chico la disuadieron. El toque personal lo dio con detalles de vajilla y textiles.
Teniendo en cuenta que en espacio integrado cualquier luz despierta, en la cocina colocaron una roller de blackout lavable de la medida exacta del vidrio (de haber sido más grande, se hubiese apoyado sobre la manija permitiendo que se cuele la luz).
Un baño apto para ser toilette de visitas
En el pasillo, el paso al baño y un placard con puertas corredizas. Para no restarle espacio a la ropa, se hizo un estante bajo mesada en el baño para colocar las toallas.
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