Desde una tienda deco que funciona en un caserón histórico de Corrientes, claves para crear efectos con texturas, colores y volúmenes sin olvidar lo más importante: el toque personal.
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En diciembre, las mesas ambientadas para las Fiestas son protagonistas en L’Épicerie, la tienda de ramos generales y decoración creada por las hermanas Paula y Victoria Saiach que funciona en un caserón histórico de la ciudad de Corrientes. Con sensibilidad y sentido práctico, crearon opciones que reúnen lo tradicional con detalles artesanales que honran la idiosincracia local. Toda una fuente de inspiración para empezar a planificar en casa.
Dorado para recibir el nuevo año
En esta mesa formal, Paula y Victoria quisieron destacar la imponente mesa de cedro de casi 4 metros que se encuentra en el comedor principal y forma parte del mobiliario original de la casa. Por eso, en lugar de utilizar un mantel, colocaron tres caminos superpuestos: uno estampado en tonos de verde, otro transparente y el tercero de yute para generar una atractiva base textil. Como centro, eligieron ramas de pino que dan el toque natural y luces sutiles que suman brillo y calidez.
Los cascanueces y los abetos le agregan a la mesa el interés de la altura sin bloquear la vista entre comensales.
"Para ambientar una mesa, nos enfocamos en lograr volumen, altura y no combinar más de tres colores."
Paula Saiach, cofundadora de L’Épicerie (Corrientes)
Lo que el río trae
Contadoras de profesión, Paula y Victoria Saiach, son dueñas de un espíritu creativo y emprendedor que está presente en toda la familia: son primas del diseñador de modas Javier Saiach, que llevó su identidad litoraleña a cada detalle artesanal de sus prendas, y de la chef Paula Méndez Carreras que, para estas fechas del 2022, recibió a Living en su restaurante Corazonada de San Antonio de Areco.
Hace 12 años inauguraron L’Épicerie, que comenzó como blanquería hasta que, alentadas por un público fiel, fueron sumando objetos de decoración. En mayo de 2023, abrieron su nueva sede en una joya arquitectónica del casco histórico de la ciudad. Se trata de una casa construida a mediados del siglo XIX, que permaneció en manos de la misma familia por cinco generaciones y siempre estuvo habitada. Más que una tienda, ‘Lepi’, como le dicen los clientes, es un paseo, un remanso que se puede visitar sin apuro.
Con temperaturas que pueden llegar a los 40 grados, en Corrientes, las noches del 24 y el 31 se pasan al aire libre, bajo los árboles o en las galerías que se adornan con guirnaldas de luces. En las mesas decoradas con ramas de quinotos, limoneros o naranjos que se traen de los jardines, se sirven comidas frías. Muy cerca, se arman las barras bien provistas de bebidas heladas. Si hay suerte, en algún momento llega el aire fresco desde el río y su costanera, que marcan el ritmo de la vida en la capital y son punto de encuentro indisctutible.
“Hay muchas formas diferentes de pasar las Fiestas, pero todos merecen que sea una noche especial”, reflexiona Paula que, junto a su hermana, ambientó desde mesas multitudinaria hasta una para una pareja que eligió comer en el balcón. Incluso, le prepararon la mesa a una persona que, fortuitamente, tuvo que pasar sola las Fiestas en Corrientes.
Opción sin brillos
En otro de los ambientes, las hermanas armaron una opción despojada y moderna, con tonos opacos. Sobre una mesa con tapa de cuero, desplegaron el camino estampado, posaplatos de arpillera negra y servilletas verdes. En las alas de las mariposas, el dorado marca una presencial sutil.
“El estilo rústico también es una linda alternativa: la unión del cuero, el lino y los candelabros de barro combina a la perfección con detalles dorados, ocres y verdes”.
Rojo, el color de Navidad
En el quincho de L’Épicerie, se organizó una mesa navideña informal donde predomina el color rojo. Sobre el mantel con estampa escocesa, el pino y las velas aportan altura.
El gran hallazgo de esta ambientación es la decoración aérea hecha con corazones de arpillera y estrellas de lienzo que cuelga desde la lámpara. Por su efecto delicado y atractivo, es una gran idea para imitar.
En Nochebuena, los chicos tienen un lugar privilegiado. Por eso, Paula y Victoria siempre piensan en detalles para ellos: un contenedor con bastones de caramelo, figuras y un presente en los platos. También sugieren poner una mesa a parte con menos cubiertos y vasos en lugar de copas.
“Esta es una noche ideal mezclar piezas de distintos juegos, para usar la vajilla que reservamos para ocasiones especiales o que nos legaron. Es una forma de traer a la mesa a quienes fueron especiales para nosotros”, sugiere Paula.
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