Después de años marcados de minimalismo, la tendencia se revierte. Colores, estampas y obras de arte a gran escala son algunos de los elementos con los que se construyen estos espacios llenos de estímulos.
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Todos escuchamos alguna vez sobre la ley del péndulo en la conducta humana: esa teoría según la cual toda conducta extrema eventualmente desemboca en la opuesta. De la política a la psicología, la tendencia está ahí. Y su aplicación más inofensiva está en el diseño. En los interiores, hace tiempo que las tendencias parecían plantadas del lado del minimalismo con sus paletas neutras y morfología limpia. Sin embargo, últimamente surgen con más fuerza voces de interioristas y diseñadores que apuestan por un lenguaje distinto. Colores, estampas y obras de arte son protagonistas en estos espacios que apuestan al estimulo y toman riesgos.
Bauhaus africano
La casa de la diseñadora de interiores, estilista y ex directora de Elle Sudáfrica, Laureen Rossouw, y su marido que reformaron junto con su hija, la arquitecta y artista plástica Renée Rossouw es un enorme ejemplo de esta tendencia a apostar fuerte. Fue mirando de afuera que Laureen y su marido quedaron encantados con esta casa de trazos Mid-Century e inspiración Bauhaus en las afueras de Ciudad del Cabo. Y la compraron aunque estuviera en pésimas condiciones.
“Mamá fue el motor de esta obra; yo fui su guía en cuestiones de luz, volumen y espacio. Cuando empezó con la ambientación, solo diseñé los pisos, un mural y algunos muebles. El resto es producto de su coleccionismo de años, de sus ideas y de sus deseos”, comparte su hija.
Un placard pintado de amarillo, las sillas de Le Corbusier en cuero teñido en el mismo tono, un escritorio azul, el rojo sinuoso en las cerámicas hechas por Laureen conforman un estudio lleno de energía
El living es un fabuloso ejercicio de geometría de inspiración Bauhaus, con paredes y ventanas semicirculares enfatizadas por un sillón de terciopelo verde del diseñador norteamericano Vladimir Kagan, que hizo de la curva su sello.
Para recibir
“Es un departamento especial por varios motivos, empezando por su estilo. Uno podría decir que es un edificio eminentemente neoclásico, pero tiene reminiscencias francesas también”, analiza Facundo Garayalde. Llegó acá hace más de una década, cuando solo eran él y su marido y socio, Wally Diamante. La segunda de las particularidades del piso fue la que les resultó ideal: en sus casi 300m2, la enorme mayoría le fue destinada a la parte social.
No parece haber habido mejor elección para Facundo y Wally, socios y dueños del Grupo Mass, una de las agencias de relaciones públicas más importantes del país. Y si sus espacios fluidos les dieron la bienvenida a infinitas reuniones, las paredes que los contienen alojaron a su “pequeña gran colección” de obras de arte, como ellos mismos la definen. Fondo y gran forma.
“Cuando nos mudamos ya teníamos una pequeña gran colección, que fuimos ampliando. Tanta pared nos daba la posibilidad jugar con las obras y seguir profundizando en el coleccionismo”
“La casa está repleta de objetos que fuimos juntando a lo largo de los años. Algo que tiene en común la mayoría es que los compramos durante algún viaje… y que siempre fueron cosas incómodas de traer”, asegura Garayalde. El dormitorio principal fue el único ambiente en el que se eligió una paleta neutra, aunque se interrumpe con dos elementos poderosos: una obra de Jojo y Bosco sobre la cabecera y almohadones y pie de cama de piel.
A la mexicana
“Me gusta mucho rodearme de belleza y de cosas bonitas, necesito estar en entornos que me inspiren y estimulen en todos los sentidos”, asegura Susana Ordovás. Hija de una inglesa y un español, nacida en Irlanda pero criada en África y radicada hace dos décadas en México, Susana empezó su recorrido profesional escribiendo sobre política y economía en medios ingleses, pero después de su primera licencia por maternidad se animó a dar un volantazo y apostar por el interiorismo.
“Sé que mis ambientes no son convencionales ni le gustan a todo el mundo, pero son mis ambientes. Lo que importa es que mi familia esté feliz de vivirlos conmigo”
Dueña de una estética personal y ecléctica, la casa de los años ‘50 en el barrio de Lomas de Chapultepec que hace 20 años comparte con su familia es una gran carta de presentación. Lejos de los espacios minimalistas que invaden las redes, la de Ordovás es una casa bien a la inglesa en la que estampas, empapelados y colores se combinan sin miedo.
“He tenido la suerte de vivir en muchos países y eso te abre mucho la cabeza. Hoy no me asusta nada y tengo gran aprecio por estéticas muy distintas.”
En papel y estampas
Quienes conocen a la diseñadora de interiores Sol Larrosa saben que lo suyo es el color y las estampas: nadie que busque otra cosa llega a ella. Por eso cuando la dueña de esta casa en Olivos, la contactó para trabajar en su anterior departamento enseguida se entendieron. Ese trabajo fue suficiente para que entablaran una amistad que ya lleva años y que las llevó a armar juntas este nuevo lugar.
“Trabajamos con la particularidad de que se trataba de una casa alquilada. Su idea no fue crear algo de cero, sino trasladar lo que ya habíamos hecho a un nuevo lugar”, explica Sol. En el cuarto de uno de los chicos, por ejemplo, la cama con respaldo y cubresomier se vistió con un estampado Vichy y las paredes con un empapelado de Enamorada del Muro.
“Entendiendo que no íbamos a hacer cambios estructurales, apostamos por otros recursos como los empapelados, que visten muchísimo y cambian por completo un ambiente”.
Con nombre propio
“Me gustan los lugares que ya tienen una personalidad; es interesante el encuentro de ese espíritu con la persona que llega para habitarlo. Acá empecé a armar todo muy a mi criterio, porque tenía que responderme qué soy y qué necesito”, afirma Eme Carraza, al frente del estudio que lleva su nombre, especializado en la ambientación de bares y restaurantes. Sin dudas su espacio responde a esa preferencia.
La propiedad tiene una pequeña casa adelante y un viejo galpón ferroviario al fondo, al que le vio potencial para transformarlo en su nueva vivienda y estudio. En la planta alta, que tiene acceso independiente desde el patio, armó un loft con cocina y living integrados, balcón y dormitorio.
“Soy expansiva, y para crear necesito un espacio amplio, sin muros, que se pueda transformar. Quería vivir en un lugar que no fuera una casa ‘normal’”, cuenta sobre este proyecto, lejos del deber ser y cerca de sus deseos.
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