Lorraine Frey heredó esta casa de paredes secas en el pueblo francés de Cabrières d’Avignon. Allí, despliega los textiles de la mítica casa Pierre Frey y despunta su amor por la jardinería.
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“En algún momento de su historia, esta casa se dividió en dos, y mis padres compraron una de esas mitades para recibir a sus hijos y nietos en las vacaciones de verano. Yo la heredé hace siete años, y la suerte quiso que, con Patrick, mi marido, tuviéramos la oportunidad de comprar la otra parte y reconstruir la vivienda original”.
Quien nos recibe es Lorraine Frey, que durante muchos años trabajó como encargada de prensa y relaciones públicas de la celebrada empresa francesa de textiles Pierre Frey, que la familia de su esposo fundó en 1935 y hasta recibió el sello de “Empresa del Patrimonio Viviente” de Francia. Hoy, finalmente con un poco más de tiempo, retomó la actividad artística que comenzó a los 20 con estudios en la Escuela de Bellas Artes de Ginebra y, luego, en Studio Berçot, prestigiosa escuela de diseño de moda en París.
Galerías que se viven y comparten
“Las actividades principales durante las vacaciones de verano rondan en torno al jardín, las compras en los mercados (orgánicos o de pulgas), la cocina y el recibir”. Capa sobre capa de intereses y amores que, por verdaderos, quedan expuestos con naturalidad en este recorrido.
Además de la inclinación familiar y de la huella que dejó en su sensibilidad una infancia en Sudáfrica, algo que reconoce como una enorme influencia son los años que trabajó en la revista Mon Jardin & ma Maison. “Era una publicación fabulosa. Allí tuve una sección mensual en la que descubría para los lectores personajes y jardines increíbles. Fue una experiencia muy feliz y enriquecedora”.
“Me apasiona el paisajismo, particularmente el desorden organizado de los jardines ingleses. Me siento en deuda con la escritora y paisajista inglesa Vita Sackville-West, cuyo jardín en Sissinghurst inspiró este, verde y blanco, que es mucho más humilde y amateur, obviamente”.
El sol, también en el interior
Los troncos, pelados y blanqueados, son una presencia discreta pero constante en los ambientes principales.
Living de invierno
La casa se hizo de la unión de dos. Por lo tanto, hay dos cocinas, dos comedores y dos livings que conservaron para agasajar a la familia numerosa: cinco hijos e hijas con sus respectivas parejas y doce nietos. Y se trate de paredes de piedra o muy sencillas y blanqueadas, la constante es la riqueza de los textiles, como no podía ser de otra manera contando con el catálogo de Pierre Frey.
En el llamado “living de invierno”, la chimenea original se modernizó con un frente de obra redondeado y encalado.
Detalles de la Provence
Portadora de tanta identidad, la mesa no podía provenir de otro lado que no fuera un mercado de pulgas de la zona.
El living de verano
Con techo de piedra abovedado, este era el living original de la granja. La apariencia monolítica de las sillas ‘Litho’ armoniza con el espíritu ancestral del ambiente. Diseño de Guillaume Delvigne, son parte de la muy editada colección de muebles que ofrece la firma Pierre Frey.
“La alfombra era de mi abuela y envuelve mucho afecto. Estoy feliz de haber encontrado en Pierre Frey el género ‘Ankara’ para los almohadones y la manta sobre el brazo del sofá. Tiene el mismo espíritu”.
Para disfrutar del sol y los aromas
“Lo primero que noto cuando llego a Cabrières es el calor del sol atrapado en las paredes de piedra. Después, la luz del jardín, única. Los perfumes. El canto de las chicharras”.
Vincular con telas
Los espacios de la suite están vinculados por telas en blanco y negro. Detrás del sofá, se colgó el mismo modelo del comedor. Lejísimos del “en casa de herrero…”, acá se juega con lo nuevo y lo clásico del catálogo familiar.
"Uno de los géneros que más me enorgullecen es el negro o el amarillo con dibujos geométricos blancos. Se llama ‘La Sorgue’ y se hizo sobre un diseño de los años 50 del ceramista Jean Buffile."
Patrick Frey, marido de Lorraine, al frente de la empresa textil familiar
Algo que distingue a la pareja es su amor por el arte de la Provence de mediados de siglo XX, el caso de la pequeña obra en negro y ocre de Raymond Guerrier.
Delicado paisajismo
“A mi madre le gustaba muchísimo la jardinería y sentó las bases de este parque con la ayuda del paisajista Gérard Truc, a quien conocí por haberlo entrevistado para Mon Jardin & ma Maison”.
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