La diseñadora Sol Larrosa conocía mejor que nadie su casa cuando decidió ir a vivir ahí: años antes de mudarse la había decorado para una familia de clientes y amigos que finalmente la dejaban. Apropiarse del lugar y volver sobre cada espacio fue parte del desafío.
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“Nos mudamos acá un poco empujados por la oportunidad”, confiesa la decoradora Sol Larrosa. El gran disparador para irse a vivir a lo que, hasta hace unos meses, era la casa de una clienta y amiga fue la posibilidad de alquilar su loft en Villa Crespo a una empresa que buscaba un lugar para sus oficinas.
“La única condición era que había que entregar la casa en quince días”, explica. Hace un tiempo que la idea de mudarse a una casa con jardín había cobrado fuerza en su casa, que se presentara esta oportunidad en el momento en que su amiga dejaba la casa que habían diseñado juntas fue la coincidencia que necesitaban para animarse a cambiar.
"Al principio me parecía muy raro irme a vivir a la casa de un clienta, pero después dije: ¿Por qué no? puedo cambiarle la onda y hacerla mía."
Sol Larrosa, diseñadora de interiores y dueña de casa
Terreno conocido
La primera ventaja a la hora de entrar a su nueva casa fue el conocimiento profundo que tenía del lugar. “Yo no sólo había decorado la casa, sino que había ido a verla antes de que la alquilen para darles mi opinión e incluso le había hecho el estudio de feng shui”, explica Larrosa.
Entendiendo que la mudanza tenía que hacerse en tiempo récord, el tener tan presente los ambientes, sus detalles y posibilidades fue fundamental incluso a la hora de definir qué se llevaban y qué no.
“Una de las primeras decisiones que tomamos fue que no íbamos a armar un comedor clásico. Preferimos usar ese espacio para una especie de ‘sala de juegos’ con el pool y ajedrez”
Cada casa, un mundo
“Cada familia tiene su dinámica y prioridades; no es lo mismo una casa con chicos chiquitos que una en la que todos son adolescentes y adultos”, reflexiona la dueña de casa
En el escritorio de Larrosa, las sillas se tapizaron a tono con la alfombra, mientras que un escritorio de vidrio y madera se pintó en bordeaux.
Lo dice comparando la casa que ella misma diseñó para sus amigos con cómo la pensó para su propia familia. Sin embargo, la reflexión aplica a ellos mismos, que pronto volverán a ser padres después de muchos años. Aunque no lo sabían al momento de firmar el contrato, la mudanza sí los encontró empezando a repensar sus propias dinámicas. “Nosotros estábamos más cerca de que los chicos se vayan de casa que de pensar en bebes”, confiesa.
Puertas afuera
Como la mayoría de las familias que se mudan a provincia, el gran anhelo de Sol y su familia era tener un jardín con parrilla y pileta para disfrutar de los días de sol. Entendiendo que la mayoría de las invitaciones iban a ser puertas afuera, decidieron dejar como único comedor para muchas personas el de la galería, que al estar comunicada con el living y la mesa de pool se integra con el área social.
El contraste entre lo contemporáneo de sus muebles y la estructura clásica genera un interiorismo de impacto.
“El espacio que hoy ocupa el living era el comedor. Aunque con los anteriores dueños lo habíamos respetado, en nuestro caso preferimos armar un living conectado al family y la galería”, explica Larrosa. Esa decisión de ubicarlo en el espacio más chico del living-comedor original significó resignar metros pero tener un mejor acceso al jardín y vista.
Fina estampa
Sello indiscutido de Larrosa, su casa no sería suya si no estuviera llena de colores y estampas. En el dormitorio principal la diseñadora combinó una cama diseñada por ella y tapizada en un género de Pierre Frey con un edredón a rayas y cortinas en terciopelo.
“En mi terraza hice exactamente lo que desrecomiendo a mis clientes: compré el juego de mesa y sillas antes de mudarnos. Yo imaginaba que acá, igual que en mi casa anterior, íbamos a desayunar los dos en el cuarto, pero eso no pasó y todavía no las usamos”
Para todos los gustos
En lenguaje adolescente, en el cuarto de uno de los chicos el empapelado de los Rolling Stones diseñado por Sol marca el tono.
“El cuarto del bebe fue otra de las cosas en las que me adelanté: todavía no se si lo usaremos ni como terminará siendo pero me dieron ganas de armarlo y empecé por definir los colores”
En el cuarto de Rafa, el bebe que viene en camino, también se aplicó un papel de la colección de verano que Sol diseña para Enamorada del muro. “Combine figuras geométricas y rayas, que siempre están presentes en mis proyectos, con una paleta atemporal”, explica Larrosa.
El monoambiente
“El family es el lugar de la casa en el que más estamos, lo bautizamos el monoambiente”, cuenta Sol riéndose. Del coqueto comedor diario al lugar para mirar televisión con un sillón XL, el ambiente resuelve las necesidades más básicas con un diseño más exigente.
En la cocina la diseñadora hizo una reforma básica en la que retiró las alacenas y reemplazó los revestimientos originales por unos Subway.
Cultivar los hábitos
“El jardín lo hacemos nosotros. Fue una decisión que tomamos poco después de llegar y espero poder sostenerla en el tiempo”, cuenta Sol. Aunque su panza de siete meses la empieza a limitar, la jardinería fue una de las tareas más terapéuticas que descubrió tras su mudanza.
"Mi miedo antes de mudarnos era poder sentir que estaba viviendo en lo de Sol, me preguntaba: ¿me sentiré cómoda o me sentiré en la casa de otros? Pero nada de eso me pasó. Venir acá fue la mejor decisión"
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