Con un diseño que abraza la serenidad de su entorno, esta casa de Pilar pronto se convirtió en el refugio de una pareja que se decidió a cambiar de vida.
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En un terreno de 1.585 m2 de un nuevo barrio de Pilar inspirado en la temática del polo, esta casa cautiva con la belleza y rusticidad de sus materiales. La arquitecta Belén Putruele, su propietaria, es socia de su colega Joaquín Primón en el Estudio Etiqueta, al frente de un equipo del que se declara orgullosa. “En un principio, la idea fue construir la casa como inversión, pero con mi pareja nos enamoramos del proyecto. Decidimos comprarla y personalizarla con los detalles finales”.
Cambio de ubicación
A más de 60km de su antiguo hogar en Buenos Aires, apostaron por un cambio radical en su cotidianidad, algo que se nota en la dedicación puesta en el diseño del paisajismo, las pérgolas que tejen un vínculo armonioso entre espacios y los sectores de fuego (puntos de encuentro íntimos y acogedores). “Las especies en el frente tienen hojas que se tornan fucsias en invierno y, con las heladas características de Pilar, viran al violeta. Todos estos juegos de colores transforman la estética de la fachada y se complementan con la madera, que envejece de manera natural adquiriendo matices grisáceos y manchas negras. Queríamos que la casa respirara y cambiara con las estaciones y el transcurso de la vida”, dice Putruele.
La abertura circular impacta en el hall y, como si fuera una lente gigante, permite atravesar con la vista el playroom, el conversation pit en la galería y llegar hasta la pileta.
Espacio social integrado
“Nuestros invitados quedan asombrados cuando entran por primera vez”, comenta Belén. “Descubren un espacio blanco y despojado, donde la sensación de amplitud se percibe gracias a los techos altos e inclinados”.
“En el volumen que contiene los espacios de relax, se fusionan la sala de estar, el comedor y la cocina. Dado que es visible desde toda la casa, se optó por un estilo limpio que oculte sus funciones y la integre con el estar”.
Síntesis material
Grandes exteriores
"Envolvimos los volúmenes exteriores con madera de kiri sin tratar para que envejeciera de manera natural, mostrando sin disimulo el paso del tiempo. Los techos de chapa tipo click, por su parte, aluden al estilo nórdico."
Arq. Belén Putruele, socia de Estudio Etiqueta y dueña de casa
“Somos muy cocineros y muy anfitriones. Entre invitaciones a comer asados o unas pizzas amasadas por nosotros, no es inusual tener por lo menos 25 personas en esta casa pensada para generar encuentros”.
“A primera vista parece una media sombra para proteger el conversation pit, pero es una red reforzada que diseñamos, adonde subimos con almohadones por una escalera para echarnos a disfrutar de atardeceres y estrellas”.
“Me apasiona el estilo retro de los años 60 y 70, así que nos propusimos capturarlo en el diseño interior, destacando las líneas curvas y las formas ovaladas”.
“Los techos de los cuartos reiteran, en menor escala, la esencia del espacio social. Queríamos una atmósfera acogedora y lúdica, sentirnos como en una casita dentro de la casa”.
- Interior y exterior: La carpintería vidriada marca la entrada principal de la casa (aberturas en PVC, de Cerantola), diseñada para proporcionar apertura y una profundidad visual que atraviesa la vivienda y llega al jardín del fondo sin obstáculos.
- Pequeños lujos: Hubo mucho trabajo previo para que no se vieran la zinguería ni los desagües pluviales. “Con Trinidad Ochoa, directora de obra del Estudio, pusimos especial atención a cómo ocultarlos detrás de la piel de kiri’'.
- Perspicaz: Las puertas corredizas con vidrio acanalado son una respuesta original para comunicar espacios con transparencia casi total.
- Piedra libre: “Integrada al estar, una cava y estantes de almacenamiento para bebidas y cosas ricas están diseñados para agasajar a nuestros invitados.’’
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