Los cambios reflejan la ampliación de la familia y sus renovadas inquietudes artísticas.
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Cuando se mudaron aquí, hace unos 30 años, este departamento del barrio de Palermo estaba en sintonía con el estilo de un edificio clásico. Con el paso del tiempo, surgieron nuevas dinámicas familiares: los hijos de los dueños de casa, que ya dejaron el hogar, están en pareja con artistas y eso se reflejó rápidamente en la incorporación de una paleta variada, sin perder los detalles tradicionales.
Los cambios son notorios y bienvenidos: los grabados fueron reemplazados por pinturas coloridas, y el empapelado de estilo inglés dejó lugar a estampas lúdicas. También renovaron la cocina y actualizaron la distribución. El resultado es una acertada unión entre identidad definida y moderno confort.
"Antes, en el living, los sillones enfrentados les daban la espalda a la ventana y a la chimenea. Con la nueva distribución, se ampliaron la vistas y la luz"
Soledad Llorente, diseñadora de interiores
Cocina a nuevo
La reforma más reciente se concentró en la cocina y el comedor diario que se actualizaron radicalmente después de 30 años.
“Volvimos a diseñar cada sector, cambiamos la distribución y los materiales. Renovados, la cocina y el comedor diario se usan mucho más”, cuenta Llorente.
Sobre la ventana de la cocina se instaló una cortina roller para lograr intimidad durante la noche, cuando los interiores iluminados quedan más expuestos.
La pared izquierda fue transformada con un mueble de piso a techo con puertas y un módulo abierto de guayubira para pequeños electrodomésticos.
Tan útil: en el cajón de los cubiertos instalaron un sistema de iluminación que se enciende al abrirlo.
“El sector de servicio se abrió al uso diario. Si bien se mantienen como ambientes cerrados, tanto la despensa –que antes era un escobero– como la sala de planchado quedaron luminosas y cómodas”
Íntimo y sereno
El dormitorio principal conserva un aire clásico: renovaron las paredes con un color verde hoja, engamado con las estampas de los textiles.
El piso original de roble es seña típica de los pisos de categoría de los edificios de esta época.
El nicho que ocupaba el botiquín se mantuvo. Revistieron su interior con madera y le colocaron una puerta de espejo que corre sobre un riel.
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