Dos arquitectas confluyeron en la aventura de unir el encanto de lo antiguo con la simpleza de lo moderno.
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“Que tuviera potencial”. Ese fue el norte que guió a una familia de cuatro hacia su nuevo hogar. Claro, una de sus integrantes es la arquitecta Mercedes Oneto, quien junto con su colega María Maqueda conforman el estudio MMO Arquitectas, responsables de la reforma. “Buscábamos una casa antigua con características especiales para intervenir y reinterpretar con nuestra impronta”, amplía Mercedes.
Casi centenaria y de estilo inglés, la solidez de la construcción permitió preservar sus rasgos característicos con una impronta más actual.
La búsqueda terminó frente a la torreta y los vitrales de cuento que definen la fachada de esta propiedad de 1930. También había jardín, como se pretendía: integrarlo al interior y dotar a la casa de una identidad propia fue la tarea siguiente.
Armonía y claridad en el ambiente principal
Nuevas aberturas y la ampliación y rectificación de las arcadas transformaron la planta baja en una sucesión de espacios conectados y plenos de claridad; el contraste con la pino tea recuperada los dotó de la sutil elegancia que ahora los distingue. ¡Qué logro!
Tras preservar los vidrios originales y las celosías de chapa, blanquearon la madera de las ventanas.
"Priorizamos colores tierra, grises y algún destello ocre o rosa viejo, que dan armonía y se amalgaman con la madera sin competir con el brillo del verde exterior"
María Maqueda y Mercedes Oneto, socias de MMO Arquitectas, a cargo de la reforma
El programa, en acción
“Buscamos introducir conceptos modernos en una casa antigua”. La premisa se plasma en la escultural mesa de comedor: una hoja de mármol Calacatta suspendida sobre una cruz de madera, hecha por el Estudio. La misma se rodeó de sillas ‘Bertoia’ y ‘Hee’ (Martins Casa). Lámpara colgante (Griscan Iluminación). Cuadro de Milo Lockett.
Cocina conectada hacia el exterior
“Sin duda el mayor desafío era la cocina. Es el lugar de encuentro y donde más tiempo compartimos: queríamos llenarla de magia”, cuenta la dueña de casa y responsable de la reforma.
La ventana plegable permite que el jardín y la cocina conformen un mismo espacio. Para definir la estética del conjunto, aprovecharon la resolución estructural y dejaron la perfilería a la vista, que acentúa el aspecto industrial.
Es frecuente que las casas antiguas estén implantadas en el medio del terreno, lo que desarticula el jardín. Por eso, la reforma incluyó abrir ventanas en todas las caras para aprovechar al máximo la entrada de luz y verde.
“Parte del objetivo fue conservar la mayor cantidad posible de vegetación. Nuestra premisa siempre es transformar y reinterpretar”.
Azareros, monsteras, rosa china y hasta un árbol de palta preexistentes fueron el eje en torno al cual se diseñó la galería, que está protegida por una estructura de hierro con techo de policarbonato sobre de listones de kiri.
Merecido espacio
La suite tomó el espacio de dos dormitorios organizando sus funciones con un tabique central que hace de respaldo de cama y separa el vestidor y el acceso al baño.
Brillante y funcional
Para el cuarto de su hija menor, Mercedes apeló a la funcionalidad. “Es un espacio bastante dinámico donde podemos ir cambiando elementos a medida que ella crece”. Originalmente era la suite principal. La reforma agrandó la ventana con un paño fijo central para ganar vista y luz.
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