Isabela Calvacanti es la mujer detrás de Zazá Bistró Tropical, una emblemática esquina de Ipanema que hace 25 años reúne amantes del buen vivir. Dueña de una identidad y carisma único, pocos dominan como ella las sutilezas del estilo carioca.
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Hace treinta años, Isabela Calvacanti -más conocida como Zaza Pierek- era una ejecutiva más en las oficinas del departamento de marketing de Unilever en San Pablo. Cuesta imaginarla lejos de Río de Janeiro, más específicamente de Zazá Bistró, el restaurant en el corazón de Ipanema que hace 25 años timonea. El punto de quiebre por el que deja la vida ordenada de “la corpo” al universo emprendedor –y más específicamente al gastronómico- tiene nombre propio: Cello Camolese. “Cuando me casé, Cello ya trabajaba en gastronomía con sus restaurantes. El trabajaba de noche y yo de día, así que era complicado. Y bueno… todos conocemos el dicho: si no puedes con el enemigo, únete a él”, recuerda.
Corría el año 99, Zazá transitaba el embarazo de su primer hijo, Francisco. La comida natural y orgánica que priorizaba esa etapa fue el punto de partida de un menú que rediseña personalmente cada temporada hace ya 25 años. “Poco después de empezar, mi marido abrió un nuevo restaurante que fue un gran suceso así que se abrió de Zazá ¡Y ese es el secreto de treinta años de matrimonio!”, se ríe.
El negocio familiar no funcionó en su caso.
Ya compartíamos la casa, los chicos, ¿para qué compartir también el trabajo? Ese fue el momento en que renuncié para dedicarme exclusivamente a Zazá. Hoy tengo una socia con la que nos complementamos perfecto, siempre digo que es mi segundo matrimonio.
Visto de afuera, hay algo del imaginario carioca que está muy presente tanto en vos como en tu restaurante, ¿cómo funciona eso?
¡Me encantaría tener fotos viejas de Zazá para mostrarte! Cuando empezamos, la decoración era súper barroca, ¡porque yo era muy barroca! Después empecé un proceso personal por el que fui dejando ese estilo –que también es muy brasileño, pero más de la región del centro- para abrazar mi costado más Iemanjá, la reina del mar de la religión Umbanda. Fue un proceso personal que finalmente se reflejó en lo estético: lo marino, el azul, el sol.
"En mi caso, el cambio es siempre de adentro hacia afuera."
Isabela Calvacanti, fundadora de Zazá Bistró
Íconos cariocas
Río de Janeiro es una ciudad icónica. Las playas, los morros, el Cristo, la samba, la bossa y el diseño son parte de esa identidad innegable que hace a lo carioca. Zazá y Cello no se criaron en Río, llegaron a la ciudad desde San Pablo a fines de los noventa. Sin embargo, no sorprende que hace casi 25 años se animaran a comprar una casa del reconocido arquitecto Zanine Caldas en el barrio de São Conrado.
“Habíamos tenido nuestro primer hijo y vivíamos en un departamento muy lindo en la zona del botánico. Ahí fue que empezamos a pensar en una casa con un jardín, por más chico que fuera”, recuerda Isabela. Emplazada en el morro con vista al mar, la casa fue la primera que vieron. Además del diseño de Zanine, el lugar tenía un jardín proyectado por el artista y paisajista Burle Marx.
Vivir en una casa así debe representar un desafío: el querer mantenerla pero también apropiársela.
La casa es de 1965, nosotros la compramos en el 2000 y le hicimos algunos cambios. Hicimos un ambiente con una chimenea, una gran terraza y, mucho tiempo después, un lugar para entrenar abierto al jardín. El responsable de la reforma fue un arquitecto amigo y sí, fue complicado, porque queríamos ser muy respetuosos de la casa pero también necesitábamos apropiárnosla. El arquitecto nos propuso lo que consideraba la mejor solución: hacer algo completamente moderno.
“Como imitar a Zanine no tenía sentido, lo mejor era dejar muy claro que esa parte no era su obra sino un anexo”
Brasil tiene una identidad muy fuerte en diseño, un estilo muy propio. ¿Cómo lo definirías?
No sé definir lo brasileño, sí puedo hablarte desde mí y lo que creo que en algún punto nos define. Creo que, en general, nos gusta el espacio e intentamos no cargarlo tanto. En casa prácticamente no hay paredes: muchos ambientes son abiertos y los muros que limitan con el exterior tienen ventanas muy grandes. Tenemos pocas paredes para poner adornos u obras de arte, ¡por eso en las que tenemos elegimos muy bien los artistas!
“Yo nunca busco ajustarme a las exigencia estéticas de los demás ni de la época; no es algo que me preocupe”.
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