Recorremos algunas de las reformas que proyectó y dirigió Camila Monge, llenas de carácter y con un particular manejo de los materiales.
- 4 minutos de lectura'
Camila Monge es dueña de un estilo original y lúdico, atravesado por el color y la geometría. Como arquitecta, paisajista y exmiembro de la comisión Malba Joven, vuelca en sus reformas nociones de diseño, naturaleza y arte. Vemos una, dos, tres de sus cocinas, y es fácil adivinar que es ella quien está detrás, dejando una huella de paletas poco vistas, en las que todo engama –incluso, los tiradores artesanales de hierro pintado, hoy devenidos en su marca personal, los cuales saldrán a la venta en los próximos meses–.
"La cocina es el alma de la casa, la esencia de la familia. Por eso me gusta prestarle atención y cargarla de personalidad. Tengo la suerte de que me eligen clientes que también apuestan a dar una cuota distintiva a ese ambiente"
Arq. Camila Monge
El primer impacto visual de sus obras lo produce el laqueado de las alacenas y bajomesadas. “Las sensaciones que transmite el color son realmente únicas, y vivir en espacios coloridos habla de la persona que habita ese lugar, a la vez que genera emociones y recuerdos en los que lo visitan”, asegura.
GUIDO
Su prueba piloto fue en la calle porteña de Guido, en un departamento de tres ambientes en el que vive un matrimonio joven con su familia. “Les gustaba el verde y el azul, y les pregunté si se animaban a llevarlo a la cocina y, de ahí, a las paredes. A ella, decoradora, le divirtió la idea. Desde entonces, empezaron a contratarme clientes que me señalaban esa reforma como ejemplo”, recuerda Monge.
En esta obra de 2019 aparecen otros elementos que se repiten en sus diseños: muebles varillados, con textura, que generan juegos de luces y sombras; círculos y diagonales, que descontracturan y simulan movimiento, y alzadas que se desmaterializan hacia las puntas.
“Me incomoda la rigidez de los laterales de las mesadas; busco la vuelta para hacerlos más suaves. En este caso, probé con revestimientos ‘Subway’ en espiga y con juntas verdes, para que parezca que la pintura se mete entre las piezas”
Guido fue la segunda cocina para la cual Monge mandó a fabricar tiradores personalizados. “No encontraba en el mercado alguno que me gustara, así que los mandé a hacer con un herrero. Desde entonces, diseño un modelo especial para cada cliente”.
Los tiradores son de hierro pintado, hechos sin matrices ni máquinas. “La imperfección los hace especiales”, confía la arquitecta, que actualmente trabaja en el lanzamiento de su marca, en la que ofrecerá un catálogo de formas con al menos diez colores distintos de la cartilla de Sherwin Willams y ediciones limitadas que surgirán de la fusión con artistas.
Para la primera edición especial de su marca de tiradores, que estará disponible pronto, Camila Monge trabajó explorando texturas junto a la diseñadora argentina Agostina Branchi, que se enfoca en obras textiles
Al margen del sello estético, Monge busca garantizar la funcionalidad en sus proyectos. “Es primordial que la circulación sea cómoda y que haya suficiente mesada. Para esto, siempre que se pueda, está bueno agregar una isla de trabajo, sobre todo, en cocinas que tienen mucho uso”.
“Abajo del horno siempre pongo un cajón, para que no resulte un espacio perdido. Nunca está demás sumar lugar de guardado”
“Me gusta dejar algo de lo que estaba en los departamentos y hacer referencias a lo existente. El varillado de esta cocina es una forma moderna de aludir a las puertas con varillas perimetrales que aparecen en el resto de la casa”
JUNCAL
En este monoambiente de la calle Juncal descansa, solo algunos días de la semana, una pareja que vive en Rosario. El departamento es chico y la cocina tenía que ser práctica, pero, no por ello, relegada al servicio. “Es un ambiente tan jerárquico como el living, que también tiene la capacidad de recibir y transmitir calidez”, insiste Monge.
Ante la falta de superficie, en la alacena queda oculto el secaplatos. “Tiene doble uso: escurridor y guardado”
Las premisas estéticas fueron dos: remitir a la piedra y al círculo. “La clienta me hablaba de que su papá era de Vals, una pequeña localidad de Suiza rodeada de montañas, y me mencionaba las rocas de ahí. Lo traduje en aplicar colores fríos y una mesada de vetas grises. También es fanática de los círculos, por eso construimos la arcada y sumamos detalles curvos”, dice la arquitecta, quien ediciones atrás, cuando mostraba su casa a Revista Living acertaba en afirmar que “el uso del color abre el corazón de las personas”.
Una vez más, el lateral de la alzada de Silestone huye del ángulo recto para refugiarse en la suavidad de una curva y cerrar el concepto del círculo, forma geométrica que la clienta pidió introducir en el proyecto
DORREGO
El verde vuelve a aparecer en la cocina de Dorrego, pero, en esta oportunidad, con un tinte de mayor intensidad y en todas partes: piso, muebles, paredes y techo.
“El tono más celestón de las paredes lo marcó el piso, en el que se jugó con diagonales para descontracturar. Muchas veces, primero llega el objeto y después el color”
La combinación de las placas de terrazo verde con las grises responde al piso cerámico que ya existía en el resto del departamento, de este último color, y las aristas rígidas fueron nuevamente esquivadas en la subida del Dekton.
“La curva no solo da movimiento sino que invita a un recorrido visual por la cocina”
En esta obra se respetó la distribución original de la cocina, con algunos ajustes para mejorar su funcionamiento. “Tenía alacenas chiquitas, que las hicimos llegar hasta el techo para aprovechar el espacio. También subimos el nivel de la barra para marcar una división visual con el comedor y dar algo de privacidad a quien está en la cocina”.
A la mitad del mueble de la barra se accede desde la cocina y, a la otra mitad, desde el comedor
Desde el sur del país, en donde pasa sus vacaciones anonadada por el paisaje de los lagos, los bosques y los refugios, Camila Monge hace una última reflexión acerca del color. “La naturaleza siempre propone escenas en las que todo está a tono, combinado, sin estridencias. Esas imágenes me inspiran mucho”, dice, y concluye: “Suelo proponer paletas desaturadas porque me parecen visualmente más amables”.
Más notas de Cocinas
Más leídas de Revista Living
Las mesas más lindas. Claves y secretos para armar arreglos espectaculares
En Barracas. Marcada por el arte, su casa terminó transformando el Pasaje Lanín
Inspiración práctica. Te mostramos tres cocinas en L con excelentes ideas de guardado
De Chile a Suecia. Con sus propias manos, una joven pareja reformó una casa del 1800 perdida en el bosque